lunes, 25 de diciembre de 2006

PAJARICOS, PERSONAS, Y EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA.

Martín pescador, halcón peregrino, andarríos chico, garza real, pinzón común, pito real, tuercecuellos, …; gracias por el bonito paseo.

Me escriben Raúl y María Pilar. Personas por cuyas vidas pasé hace años, en calidad de maestro (o sucedáneo), que me escriben unas palabras, me recuerdan, me cuentan, me preguntan. Creo que algunas, como María Pilar, sí lo saben: ellas son la explicación de lo que uno es ahora.

Ya he acabado con la Rubia, y, aunque sólo sea un libro, de nuevo se han removido las poquitas certezas que tenía sobre esta vida.

Su último capítulo aborda asuntos relacionados con la conciencia. En primer lugar me asombra que, tras varios capítulos en los que se abordan asuntos sobre robótica, física cuántica, agujeros negros, teletransporte, etc., y uno apenas alcanza a comprender el increíble nivel de complejidad en el que se halla la ciencia, en lo que se refiere a la conciencia existe total disparidad de líneas de investigación. Quizá sea uno de los principales puntos de desorientación científica actual. ¿No es incomprensible saber tanto del mundo sin saber siquiera qué alcanzamos a conocer, qué significa conocer?; o directamente, ¿conocemos lo que conocemos?, ¿conocemos?.

Existen ramas que avanzan hacia el estudio de los procesos hormonales, nerviosos, inmunológicos, que suponen generan esa especie de “darnos cuenta de que somos”; otras defienden los campos electromagnéticos cerebrales como fundamento de dicha sensación; también hay quienes defienden la conciencia como una mera ilusión perceptiva; o aquellos que la tratan como un avance evolutivo fruto de la aparición del lenguaje, y que supone una ventaja en la supervivencia frente a otras especies.

Por otra parte, he descubierto por qué cuando comencé a ser novio de Paula llegaba hasta el semáforo de la Plaza Europa, por la noche, sin darme cuenta del trayecto realizado desde que la dejaba en su casa hasta allí. Parece que la percepción visual sigue dos vías: una hasta un centro de procesamiento consciente, y otra hasta un punto arcaico del encéfalo, de naturaleza inconsciente. La cuestión es que la carretera y el tráfico seguían en ese tiempo vías perceptivas inconscientes, puesto que las conscientes estaban ocupadas “pensando” otras cosas. A este respecto, hay un experimento estremecedor: un tipo con el área cerebral encargada de “tomar conciencia de lo visto” dañada fue capaz de pronosticar con un 99% de aciertos donde estaba una señal que él no era capaz de “ver conscientemente”.

Hay otras muchas cosas, como el asunto de la percepción diferida de la realidad, pero no es lugar. El libro es Cómo Clonar a la Rubia Perfecta, crónica de la ciencia del siglo XXI. Recomendado si uno quiere escalar un poco, y asomarse a contemplar parte del horizonte de la realidad, o de la ilusión de lo real.

Y luego, otra vez, pienso en la escuela, y me planteo si el 95% de las cosas que allí hacemos tienen algo de sentido, o realmente no sirven para nada, y estamos justo dejando de hacer lo más importante. De sesenta euros para seis meses, ¿cuánto habría que gastar en témperas?.

sábado, 23 de diciembre de 2006

FORTUNAS, AFORTUNADOS, ESPECTÁCULOS, Y VOLUNTADES

Me asusta cuando enchufo la televisión y en todas las cadenas se ve lo mismo. Es señal de que algo va mal, hay un atentado, ha nacido otra infanta, se ha muerto alguna faraona del cante, o simplemente me encuentro ante un ejercicio de estupidez colectiva.

Creo que es el caso de la lotería. Alegremente desayunaba y me he atrevido a encenderla con el ánimo de escuchar alguna noticia (en el comedor es misión imposible escuchar la radio, desgraciadamente). Y...!zaca!, todos los botoncicos de la tele con las bolas. Bien está que uno aspire a comprarse la Minipimer sin esfuerzo, pero de allí a depositar las esperanzas vitales de un país en el sorteo, donde tienes la estadística mundial en contra..., hay un trecho. Creo que es más rápido, más barato, y más probable, esforzarse y trabajar como medio para alcanzar las aspiraciones personales (Azor Tundra, toma nota, que la segunda evaluación planea amenazante). En el peor de los casos, siempre se puede ser constructor, o de ARAMON (sí, ya, es lo mismo).

El festival de navidad ha pasado, y es una gran alegría. De nuevo, mi promesa de no volver a participar. El asunto concluyó con los niños y los maestros cantando alegres coplillas sobre los sacramentos. Gracias a mis padres por mi carácter ordenado, merced al cual el asunto me cogió recogiendo el ordenador y el proyector.

Todo es cuestión de perspectivas. Quien en 1922 alentaba al país en favor de la cultura como fundamento de todo desarrollo (no desarrollo del que ahora hablan), quizá, si echara un vistazo hoy, se arrancaría hasta las neuronas. Hoy he vuelto a hablar con Don Santiago, y aún está más preocupado. Dice que ve el asunto turbio tirando a negro, y que las hogueras hoy ya no arden, pero casi.

Emilio, mi José particular, me regaló un dicho el otro día. Dijo que (él) era más de pueblo que un campo de remolacha forrajera. Me autoaplico el concepto, y, en virtud del mismo, declaro mis firmes convicciones de que volar a ocho kilómetros del suelo no puede acabar en nada bueno. He tenido una vida plena, he estado rodeado de buena gente, y he tenido suerte. A mí, me echen de comida para los buitres, y mis cosas, las vendan y compren libros para la escuela. Gracias.

miércoles, 20 de diciembre de 2006

PROPÓSITO DE ENMIENDA Y PERDÓN DE LOS PECADOS.

Ya me lo dice Don Santiago cada día desde el cuadro. Estos días le noto enfadado. Nada más abrir la puerta me busca con la mirada y me pide justificaciones. Coño, y yo qué le voy a decir. Que sí, que ya sé que la escuela lleva su nombre, y que eso implica ciertas responsabilidades, y que habría que evitar retorcidos senderos, y que el espíritu riguroso y crítico, la ciencia, la duda metódica, el afán de descubrir, …, deberían ser los cimientos, pero señor Santiago…esto es lo que hay. Las herencias desgraciadas tienen estas cosas. Déme tiempo.

De nuevo nos hallamos en un tiempo caótico. Preparar el famoso acto navideño supone un continuo trasiego de niños, un ir y venir de preparativos, de esfuerzos malempleados, de prisas, de contenidos y programaciones maltrechas. Con mis pequeños alumnos resulta imposible trabajar, al no poder enlazar dos horas seguidas. Todos los cambios en horarios, actividades, etc., les afectan especialmente. Luego se oyen voces que hablan de niños alterados en estas fechas. Cómo no van a estarlo, con tantas tonterías.

Añadiré otra añoranza ansotana: la de contar con independencia total a la hora de trabajar en la escuela. Lo del trabajo en grupo es un gran invento, pero tiene dos caras. Y ya son muchos años de encontrarme con la mala. Hacer un mínimo esfuerzo coordinativo con alguien cuando no crees en el trabajo a realizar, e incluso eres radicalmente contrario al mismo, resulta especialmente amargo para el cuerpo.

Intento encontrar un recipiente en blanco y negro, pero con tanta tecnología esto es ya difícil. Sin embargo, no consigo ver en color el contenido. Qué infortunio.

lunes, 18 de diciembre de 2006

SOBRE CITAS.

Boletines: sigue el “seamos todos disimuladamente miserables, y no que uno levante el cuello y deje en evidencia a los demás”.

Desde hace muchos años, las secciones de citas de las revistas han llamado poderosamente mi atención.

Ese pequeño sorbo de agudeza concentrada, de sutil ingenio, o, simplemente, el navajazo más mortífero para el enemigo. En palabras del malvado Grenuille, ahora de moda, las citas quizá serían como gotitas de esencia absoluta de vida. Con ellas descubrí a los geniales hermanos Marx, o el agudo humor del omnipresente W. Churchill (todo un filón en estas artes).

Intento recordar frecuentemente alguna de Groucho Marx como:
- Yo encuentro la televisión bastante educativa. Cuando alguien la enciende en casa, me marcho a otra habitación y leo un buen libro.
- Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros.
- Inteligencia militar son dos términos contradictorios. La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.
- Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.
- La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.

También recordaré siempre una de Churchill, que estando en el parlamento inglés fue increpado por una señora:
- Señor Churchill, si usted fuera mi marido, pondría veneno en su café.
A lo que nuestro amigo del puro respondió con gran calma:
- Señora X, si usted fuera mi mujer…, me bebería ese café.

Dentro de los kilos y kilos de carga que suelo pasear por la geografía aragonesa, he traído al pueblo un libro de citas del que hoy he hojeado su capítulo dedicado a la educación. Esta es una rápida selección:
- Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno el gran deseo de aprender (Arturo Graf).
- El porvenir está en manos del maestro de escuela (Víctor Hugo).
- Estudia como si fueras a vivir siempre; vive como si fueras a morir mañana (Alanus de Insulis).

También, las de otros que no guardaban gran recuerdo de la escuela:
- Sin duda, los maestros están mal pagados por su labor de cuidadores de niños, pero, en cambio, están vergonzosamente sobrepagados por su trabajo de educadores (John Osborne).
- La educación consta sobre todo de los que hemos desaprendido. Nunca he dejado que mi instrucción escolar se interfiera con mi educación. (Mark Twain).
- Si se enseña algo a un hombre, jamás lo aprenderá. Los que son capaces, crean; los que no lo son, enseñan (G.B. Shaw).

Creo que esta figura puede suponer un aprovechable recurso en la escuela, aunque con mozos un poco más crecidos…

A partir del jueves se puede contemplar en Madrid una muestra conmemorativa del septuagésimo quinto aniversario de las Misiones Pedagógicas. Todos, pero alguno más despacio, deberíamos dar un paseo por allí y maravillarnos de la idea que aquello encerraba.

No hay más que tres acontecimientos importantes en la vida: nacer, morir y vivir. No sentimos lo primero, sufrimos al morir, y nos olvidamos de vivir (Jean de la Bruyére). Contemplé tanto tu belleza, que mi vista te pertenece (C. Kavafis). Felicidades Paula. Qué viejos somos ya.

viernes, 15 de diciembre de 2006

REVOLTIJO.

En la clase de segundo ciclo, con los que me voy compenetrando poco a poco, no hemos podido hacer hoy la sesión de educación física. No sé bien por qué, hemos empezado hablando de personajes como caperucita, y hemos llegado a temas como la Guerra Civil Española, La Segunda Guerra Mundial, la vida en estos pueblos cuando los problemas eran problemas, o mi trabajo en un comedor escolar. No es una programación muy ortodoxa, pero su interés y sus expectantes ojos bien valen un pequeño paréntesis.

Por cierto, ayer me dio apuro concluir preguntando si no era este el oficio más hermoso. Lo pregunto hoy.

Hace unos minutos he acabado mi parte para la obra de navidad. Los alumnos se encargan del gran esfuerzo de memorización e interpretación, y yo me encargo de tratar de tocar los sentimientos de las familias con unas cuantas fotos y palabras.

En el mundo real, varios temas:

Me asombra y preocupa la terrible propagación desde hace un tiempo de publicidad pornográfica en las revistas de cualquier pelaje. Bajo el pretexto de sms, politonos, megatonos y la madre que los parió a todos, aparecen todo tipo de escenas impresentables, y posibilidades de descarga para cualquier niño. No hablo de revistas típicamente chabacanas, sino de ya casi cualquier tipo de revista. Y ya ni me preocupa que lo vean: creo más preocupante la evidencia que suponen del nivel cultural y educativo en el que se maneja nuestra sociedad. Los niños de nueve o diez años ya están cansados de descargarse vídeos y fotos de este tipo y lo asumen como algo normal. ¿Todo vale?, ¿es esto lícito por parte de las publicaciones?, ¿no estudia nadie ética y deontología profesional?.

Catalán y chapurreao: leo en Heraldo que en Calaceite la Institució Cultural de la Franja de Ponent celebra algunos actos, donde nombran “los ataques sufridos por esta villa catalana desde hace más de trescientos años, que aún hoy duran encabezados por los gobiernos aragonés y español”. Según se suele leer, Calaceite ha sido toda la vida municipio aragonés. Con este punto de arranque hablo con varias personas, y se destapa un auténtico lío, donde lo único que parece claro es el afán de algunos de reinterpretar la historia tantas veces como sea necesario, como si de un éxito de Sinatra se tratara, con la menor vergüenza posible y con total ignorancia histórica. Pero el asunto degenera hacia el idioma, y aquí sí que encuentro el caos: unos me hablan de un “hablar mal” de los lugareños (como el de mi querido libro…), otros de puro catalán, otros de mezcla de catalán, valenciano y castellano, otros de tantos idiomas como pueblos (calaceitano, valenciano, leridano, castellonense, albuferano, morellense, villabajeño, …) y, para aclararme, Jaime menta a la madre de todos ellos, añadiendo que son unos sinvergüenzas sin la menor idea del asunto.

Despedida y cierre: ¿acaso no habré perdido el juicio?. En Heraldo también: programa de Aragón TV sobre la conveniencia de crear en la escuela una asignatura de educación en valores para la ciudadanía (mi chirrían las entrañas al escuchar el nombre). Tertulianos: diputada del PP, diputado del PSOE, presidenta de CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos), vicepresidente de CONCAPA (Confederación Católica Nacional de Padres de familia y Padres de Alumnos), periodista, y escritor. ¿Podría darse un congreso sobre la operación de los juanetes del pie derecho sin la presencia de un médico?, ¿alguien teorizaría sobre en momento exacto de añadir el azafrán al arroz sin un cocinero?, ¿No haría falta alguien que tuviera algo que ver con la educación en un debate sobre currículum?.

Hay otro (Agujeros Negros y Alabeos del Tiempo, Kip Thorne) que busca material para hacer real la teórica posibilidad de viajes en el tiempo a través de los agujeros de gusano, y acaba encontrando algo denominado densidad de energía negativa. Lo que significa básicamente que pesa menos que nada. Y la verdad, después de lo del debate anterior, esto ya no me parece extraño.

miércoles, 13 de diciembre de 2006

COSAS DEL SENTIR.

Hay algunas cosas que me preocupan. Pero hoy no. Hoy prefiero decir que hay muchas cosas bonitas por contar. Y la fortuna de haberlas vivido.

Hace unos días escribía mi alegría y emoción por la respuesta de los niños ante la precaria iniciativa relacionada con el de préstamo de libros y revistas. Más o menos, una biblioteca del cretácico (sesenta y cinco millones de años por recuperar…).

Hoy, una niña de tercero, con serios problemas de comportamiento y trabajo, ha venido a verme al acabar las clases para devolver la última revista leída y pedirme consejo para otro préstamo. Ha cogido un libro sobre fauna de la Península Ibérica, ha apuntado sus datos en la hoja correspondiente, y, cuando se marchaba con una inusual sonrisa, ha dicho el mágico “muchas gracias José Luis, hasta mañana”. A ti señorita, que me ayudas a encontrar nuevas llaves.

También hace unas semanas, comuniqué a los de segundo ciclo la posibilidad de colaborar en la colección naturalista que tenemos en marcha en mi clase.

Llegando ya las horas de los búhos, bajando de tomar mi ducha espiritual diaria, me he tropezado con otros dos tipos de cuarto. Tras evitar el atropello, me indican que han salido de excursión para buscar alguna huella, rastro, indicio, evidencia animal que aportar a la colección. Sorpresa y satisfacción por su interés, un par de preguntas, otras tantas respuestas, un adiós chicos, hasta mañana, y un hasta mañana José Luis, a ver si encontramos algo.

Hace algo más de un mes, tuvimos la fortuna de recibir una niña nueva en clase. Su llegada traía la dosis correspondiente de incertidumbre, y la previsible vuelta a su país tras la navidad.

Caminaba por la plaza cuando la he visto junto a su madre. Alguien ha parado en ese instante el tiempo, y he entrado en la farmacia aún atontado por los pensamientos. Esta niña es alegría en movimiento, y nos ha regalado muchas semanas de trabajo, curiosidad, sonrisas, y compañerismo. Ella, su madre, la cabina, y unas palabras enviadas hacia lejanos lugares. El saludo breve del que está en otra parte. La angustia reprimida, la soledad, dudas. Quizá, en vez de decir tonterías, debiéramos aprender del esfuerzo silencioso y doloroso, de las vidas con preocupaciones auténticas.

Peñarroya de Tastavins, un maestro con dudas, demasiadas cosas por comprender, pero feliz.

lunes, 11 de diciembre de 2006

DICIEMBRE ACUSADOR.

Diciembre es el mes en el que compruebo que soy un muy mal maestro.

En diciembre mi mesa es una montaña llena de libros, hojas sueltas, cuadernos sin corregir, notas con asuntos pendientes.

En diciembre, además, discurre mi tercera unidad de Educación Física, que trata la Expresión Corporal. Mi experiencia me demuestra que el contenido que mejor dominas (mi especialidad en este caso) suele ser el peor parado en la lista de prioridades a atender. Y si se da el agravante de encontrarme ante un contenido poco dominado como la citada expresión corporal, el resultado me deja disgustado cada día. Evidentemente las clases funcionan bien, los alumnos realizan un importante trabajo, …, pero mi labor se parece poco a algo organizado, sin una dirección e intención claras.

Conozco soluciones, lo que no es difícil (… más trabajo…), pero aún así llega un punto donde intentar hacer una programación personal para conocimiento del medio (una de verdad, no la de broma de los libros de texto), otra para el área de lengua (una que genera ganas de leer y escribir, no de lo contrario…), otra para educación física para mi clase, otra para educación física para segundo ciclo, leer la prensa diaria (el País, Heraldo de Aragón, Diario de Teruel, El Mundo, …) para que mis alumnos conozcan las noticias, intentar gestionar y animar el sistema de préstamo de libros que he improvisado, …, me supone una carga que llegados a este punto del calendario comienza a desmoronarse irremisiblemente. Añádase la claustrofobia de los miércoles. Y lógicamente debo leer, visitar, observar, estudiar, …, para poder encontrar por ahí, por los rincones del espíritu, algo que ofrecer a los alumnos.

Bien está que esto se parezca al vuelo de una mariposa, pero es que mi mariposa en diciembre vuela caótica y desorientada. Será el cambio climático.

viernes, 8 de diciembre de 2006

EL AZOR TUNDRA ME LO ENSEÑA.

El gran duque, el rey de la noche, qué maravilla.

Egagrópilas y huesos variados para la escuela.

jueves, 7 de diciembre de 2006

PAISAJES, BIBLIOTECAS: ARTE.

Aunque no soy un entendido de la misma, creo que paisajes y lugares como los de ayer tienen algo que ver con el arte: son capaces de provocar unas sensaciones, un bienestar, y una felicidad, imposibles de alcanzar de otro modo. Por eso, aunque sea cuando me jubile, tengo que vivir en este lugar. Y si ni siquiera entonces puedo, pues que me entierren allí.

La biblioteca de Colegio Público Miguel Servet de Fraga ha sido premiada con el primer premio en el Concurso Nacional de Buenas Prácticas para la Dinamización e Innovación de las Bibliotecas Escolares 2006.

Además, la biblioteca del C.P. San Juan de la Peña de Jaca ha recibido el segundo premio.

Mariano Coronas y Alfredo Larraz son los responsables de las bibliotecas de estos centros. Ya muchas de las cosas que hago cada día en clase tienen un poco de ellos. Les felicitamos y nos seguimos sintiendo afortunados de poder seguir aprendiendo de su labor.

¿Por qué Heraldo de Aragón no abrirá hoy con esta noticia?. ¿No es más importante y más bonita que la estupidez del festival navideño suspendido?, ¿Le preguntará algún periodista al presidente Zapatero por la labor de estas bibliotecas?, ¿el obispo de guardia hará un comunicado alabando la inefable acción cultural que representan estos maestros?.

lunes, 4 de diciembre de 2006

COMBUSTIBLES FÓSILES Y LIBROS EMPRENDEDORES.

Uno no puede escribir sin gasolina. Sí, se comienza con ganas, con ilusión de plasmar varias ideas, pero luego llega lo inevitable: el dedo comienza a atascarse, las frases salen a tirones, y las ideas, tras varios sustos, deciden pararse. Y vuelves a arrancar, pero ya sabes que te deberán empujar. Quizá llame al departamento de Educación y pida unos bidones. Sólo para emergencias. Seguro que lo comprenden.

Corrió el rumor de que en esta clase leemos muchas revistas y libros, que los llevamos a casa, que los escaneamos, y que hacemos incluso zumo con ellos. Cuidado con el de la Muy Junior de este mes, que sale amargo.

Tras consultarnos, los niños de las otras clases se mostraron interesados en poder leer nuestros libros, poder llevarlos a casa también, e incluso poder llegar a saborearlos, si se dejaban cocinar.

No presté demasiada atención al asunto, pero, para gran sorpresa, el viernes a las 16:50, tenía una fila en la entrada de la clase con más de veinte niños esperando para elegir su lectura del fin de semana. Gran ilusión, pero también cierta confusión al comprobar lo fácil que resulta incitar a algunas cosas y lo poco que se hace en muchas ocasiones.

Los niños conservan casi intacta (algunas veces…) su capacidad de sorpresa, sus ganas de conocer el mundo, de descubrir bonitas fotos, magníficos paisajes, impresionantes animales, trepidantes aventuras, por lo que, a veces, resulta tan fácil como decir “oye, por qué no miráis esos libros y revistas, que seguro os gustarán y os los podremos dejar una temporada”.

Niños que aún no me han escuchado en clase durante dos meses, han cogido distintas lecturas con unas ganas sorprendentes.

También queda la pena de no contar con una instalación adecuada donde se pudiera aplicar un esfuerzo organizado y con mejores resultados. Lo llaman biblioteca. Ahora convertidas, tantas, en lugares donde los niños se inician en www.minijuegos.com y otros juegos en red, con un griterío escandaloso, ajenos muchas veces a los tesoros que se esconden tan cerca. Libros.

Comenzamos a preparar nuestra obra para el festival de navidad. Nada desearía menos que un periodista molestase, otra vez, al Presidente del Gobierno, o que los obispos tuvieran que hacer otro alegato sobre el desastre laico-escolar, o que la Confederación Española de Padres Exaltados (CEPE) me exigiera responder ante mi falta de compromiso educativo. Con lo majicos que están los chicos con el disfraz. Menuda responsabilidad tenemos.

viernes, 1 de diciembre de 2006

¿QUÉ OCURRIRÍA SI…?.

Como gente de bien que pretendemos ser, hoy debemos sentirnos agradecidos de la ilustre compañía Timofónica de España. Hoy Jaime y yo hemos hablado más de dos horas por teléfono. Y, hombre, sin intereses sexuales ni económicos en juego, creo que el asunto es reseñable.

El sentimiento de Jaime del jueves por la tarde es igual, creo, al mío del miércoles por la tarde hace dos años. Sólo cambia que sus alumnos aún no tienen granos (lo que, por otra parte, facilita bastante el asunto).

Y ahí me veo consolando al pobre hombre, recitando las mejores frases que he podido recolectar en este tiempo de los maestros buenos a los que he tenido la fortuna de conocer: “tranquilo, mañana cualquier gesto o detalle te devolverá la sonrisa; es cuestión de crearte un huequecico con la gente que merece la pena y caminar con ilusión; hay que preocuparse por estar cerca de aquellos de los que aprender; pese a todo, seguimos teniendo el oficio más hermoso. Con esto basta.”.

De todos modos, es complicado animar cuando eres el que más negro ve el asunto. La tentación del monte.

Leo la revista Muy Interesante desde hace unos doce años. El arco iris sobre el cielo nublado. En ese tiempo jamás he captado indicio de posicionamiento político o social. Ha sido ajena a toda polémica y su esfuerzo se ha centrado en ofrecer una magnífica panorámica de la actualidad científica y cultural cada treinta días. El pasado mes, por primera vez, me sorprende la existencia de un artículo en el que creo captar un buen grado de enfado. Trata sobre el movimiento denominado creacionismo, o diseño inteligente: una especie de movimiento cristiano fundamentalista que trata de eliminar de un plumazo la teoría de la evolución (Darwin…) y dilapidar un cimiento básico de la ciencia moderna. Si tienen un rato desocupado, echen un vistazo al asunto, que asusta. Y no son cuatro tipos de conciencia distraída, sino que sus teorías han estado presentes en varios currículos de estados americanos, han ofrecido charlas en universidades como Yale, cuentan con acérrimos defensores como el cardenal de Viena, o, en España, sus ideas han aparecido este año en artículos del Diario Vasco y La Razón, y en un dossier especial en ABC. Incluso han estado presentes en la Universidad Complutense de Madrid, y se apoyan en un seminario permanente (“ciencia, razón y fe”) de la Universidad de Navarra.

Como contrapunto, Muy Interesante, cita al Dalai Lama, quien en su último libro afirma que “entender la naturaleza de la realidad se consigue mediante la investigación crítica: si el análisis científico demuestra de manera concluyente que ciertas afirmaciones del Budismo son falsas, debemos aceptar los hallazgos de la ciencia y abandonar esas afirmaciones”.

El Azor Tundra está estudiando asuntos sobre la descendencia de Napoleón, o el hipoclorito de floripondios. Entre rato y rato, se acerca a los Galachos de Juslibol y observa fochas, zampullines, herrerillos, carboneros, cernícalos, y otras maravillas aladas. Ya casi le conocen los ornitólogos del lugar. Pronto descubriremos a los búhos reales y a las lechuzas. Pronto también nos reencontraremos con el olor a Pirineo. Este tipo me proporciona buena parte de los motivos para seguir sonriendo.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

EN CUANTO PUEDA, ME BAJO.

“O cambiamos nuestra manera de producir y consumir o vamos hacia un desastre socio-ecológico de proporciones inimaginables”. Esto dice Jorge Riechmann, presidente de Científicos por el Medio Ambiente (CIMA), y conferenciante hace pocos días en Alcañiz.

Leo también que los de la nieve y las grúas andan con sensación agridulce. Por una parte sienten que no haya nevado porque las pérdidas que sufrirán en el próximo puente serán cuantiosas. Pero, por otra parte, la bonanza climatológica les permite prolongar sus obras. Ya saben, quito estos pinitos de aquí, echo un montoncico de cemento allí, campo con veinte hoyos ahí arriba (en la puntica de la montaña, por las vistas) , etc. Estudios meteorológicos en los Alpes informan que en los próximos 20 años deberán cerrar el 50% de estaciones invernales por falta de precipitaciones. Mientras, nuestro modelo de desarrollo, Spain is different, se basa en seguir construyendo y ampliando las pistas.

El asunto no me duele especialmente por el ser humano, que es quien, al fin y al cabo, está generando la tragedia. En todo caso, me duele por los antepasados que sobrevivieron duramente y nos permitieron hacer las barbaridades actuales, y, sobre todo, por la maravillosa naturaleza víctima de nuestra condición miserable. Quizá hubiera sido mejor idea ser un celacanto, o una serpiente lisa meridional.

Estos días reviso prensa atrasada para seleccionar noticias para mis alumnos, y, además de aspectos relacionados con lo anterior, suelo encontrar algunas perlas de la inteligencia humana:

El asunto del tabaco, y de la polémica iniciada por la Comunidad de Madrid al contravenir la norma marco nacional. Lo último en esta estéril discusión se refiere a la queja de los fumadores causada por su reclusión, dentro de restaurantes, en zonas cerradas. Indican que en estas zonas se acumula todo el humo y acaba molestándoles. Tuve que releerlo varias veces, pero no, no había letra pequeña, ni doble fondo, ni as en la manga, ni nada de nada. Tal cual, el tipo soltó el despropósito y lo enlazó con sus siguientes argumentos. Anonadado y perplejo.

Argumentación de padres, conserjes, personal de cocina y limpieza sobre la conveniencia o no de que la escuela de los niños celebre el festival de navidad con villancicos o con rituales paganos. Ya siento que el periódico y la televisión no encuentren otros asuntos educativos durante el año para tratar, y que deba atender semejante problema. En todo caso, el lío parece inevitable, porque se vende que la escuela es laica y esas cosas, pero luego ocurre que antes de la clase de conocimiento del medio los niños reciben clase de religión, la mayor parte de las fiestas son de índole religiosa, los trimestres se organizan según estas festividades (tercer trimestre ridículo por segundo año consecutivo), etc. Ambigüedad permanente.

Leo a otro que dice: “el mundo es muy difícil de entender”. Será eso. O igual es que lo estamos haciendo ininteligible.

lunes, 27 de noviembre de 2006

LOS NIÑOS, LOS PROTAGONISTAS. EVIDENTEMENTE.

Los gritos me sobresaltan, corro a la ventana, y allí aguardan varios niños de edades variopintas, desde infantil a sexto de primaria. Apuran sus últimos minutos del fin de semana. Intentan coger a un pobre mozo al que, según varios, han de capar. También hay otros enfrascados en una hoguera a base de cardos y cáscaras de almendras.

Después de algunas bromas se hace muy tarde, y algunos padres se dirigen hacia casa recogiendo a los hijos desperdigados por el pueblo. Algunos miran con incredulidad a ese maestro que hace ciertas cosas extravagantes (¡tiene la clase llena de bichos y fotos!) y que a semejantes horas habla desde la ventana con algunos niños.

Cuando se va, ella, tan pequeñaja, me dice que mañana llevará a clase una revista en la que salen lobos. Además, en la portada se ve la diferencia entre la huella de las patas traseras y delanteras. Una niña de primero atenta a libros y revistas para llevar a la escuela y completar lo que vamos aprendiendo cada día…; además, ese buenas noches, … que duermas bien, José Luis …; maestro feliz.

Paula, ya y felizmente en el octavo: ¿no te das cuenta que hay que estar en algún sitio de estos?. Niños que corren por las calles a las once de la noche, que hacen hogueras, que acuden a casa para saludarte, paseos por la noche, escondidos entre los pinos, el cielo lleno de estrellas, un huerto, cinco perros. Yo también haría una cuadra.

Hoy hemos concluido nuestra unidad de Educación Física de patinaje. Con los niños de segundo ciclo hemos hecho una especie de representación final a la que hemos invitado a toda la escuela y a las familias. Los niños han tenido unas sensaciones de nervios y ansiedad nuevas en muchos casos, pero finalmente han plasmado de forma muy bonita el trabajo realizado a lo largo de las sesiones y que, junto con el trabajo hecho en el cuaderno, y otras actividades alternativas, han concluido con una gran satisfacción. Similar a la sentida con la gimnasia rítmica el año pasado: disfrute y felicidad de los alumnos, gran trabajo y progreso motriz, importante trabajo en el cuaderno, implicación de las familias y del resto de la escuela, etc. Aunque en este caso me faltaban mis compañeros de Pintacoda.

Y cambiando al tercio de banderillas, vía Jaime, me llega que ocho cachorrillos de golden retriever esperan algún dueño que desee el regalo. Como en tantos casos, los desafortunados serán sacrificados. Si alguien desea un perro en su vida…

viernes, 24 de noviembre de 2006

NUEVOS MUNDOS

Hoy hemos disfrutado enormemente de nuestras redacciones sobre los reptiles misteriosos, de sus lecturas en voz alta, y de nuestra lectura diaria del libro que ya me leía Don Gustavo. Sólo perturbada esta felicidad por la posibilidad de encontrar a la salida de la escuela a la terrorífica lagartija del tamaño de un burro.

Ayer, junto a la maestra de educación especial y la psicopedagoga, acudí al Centro de Educación Especial Gloria Fuertes de Andorra. El objetivo era conocer formas de trabajo y recibir ideas nuevas para poder aplicar en nuestra clase. También debíamos conocer criterios y referencias para decidir el futuro inmediato de un alumno con discapacidad: la escuela ordinaria con las adaptaciones oportunas, o un centro específico.

Yo tenía claro hasta ayer que el lugar de este alumno no era la escuela ordinaria, considerando básicamente que en un centro de educación especial podrían darle una atención mayor y mejor que la escasa que yo le ofrezco cada día. Sin embargo, hoy pienso lo contrario.

En el centro nos atendieron dos personas amabilísimas, que nos transmitieron gran sensación de profesionalidad y de claridad de ideas. Nos explicaron cómo funciona el centro, qué niños hay allí, qué futuro les espera, conocimos las instalaciones, etc. Una idea clave sobre nuestro caso consistió en que se debía mantener al niño en la escuela ordinaria el mayor tiempo posible. Básicamente hasta que hubiera indicios por parte del alumno o de los compañeros de que la convivencia no era posible.

Nos señalaron que las auténticas prioridades educativas de este niño se referían a su autonomía personal (cambiarse de ropa, comunicarse de la mejor manera posible, respetar turnos y otros hábitos de carácter social, etc.) y que la escuela ordinaria era el medio idóneo para estos aprendizajes, dado que disponía a cada momento de ejemplos de los que aprender. En el centro de educación especial este aprendizaje por imitación era prácticamente inexistente. También aconsejaron retirar esas fichas de repasar, recortar, pintar, letras de los contenidos de trabajo preferentes con nuestro alumno.

La reunión concluyó con el acuerdo de que el niño asista a una sesión de evaluación para poder contar con datos objetivos que permitan un informe y unas recomendaciones más precisas.

Desde otro punto de vista, debo decir que la visita fue una difícil experiencia, puesto que supuso un acercamiento brusco a un mundo que desconozco completamente. Entrar y observar a los niños, los distintos grados de discapacidad, los más pequeños, los más afectados, sus juegos, sus palabras, obliga, ipso facto, a pensar en algunas cosas sobre la vida. En varias ocasiones salí de alguna clase con un complicado nudo en la garganta.

En cualquier caso, me quedo con el reconocimiento a los maestros que allí trabajan, en unas condiciones que a mí me resultan tan complicadas, consiguiendo auténticos milagros con sus alumnos.

miércoles, 22 de noviembre de 2006

PANES, CASTIGOS, LIBROS.

El buitre ya está cocido y la cabra está ahora con la lejía. Los preparativos para la escuela van por buen camino.

Pregunto al panadero por semejante hermosura de calabazas y me responde que son para asar, mezclar con miel, y preparar las casquetas. Apesadumbrado, dice que es ilegal, que los de sanidad ya le prohibieron hacer pasteles y varios tipos de pastas, y que ahora le exigen cambiar el obrador, la luz, y hasta el pomo de la puerta. También dice que ya han venido varias veces a ofrecerle esas maquinitas que hacen esa especie de sucedáneo de pan, abominable y asqueroso. Por supuesto, les mandó a escaparrar. Para eso, prefiere dedicarse a otra cosa. Piensa en las trabas puestas a un oficio como el suyo (igual que al resto de artesanos y pequeños comercios), y no comprende bien la situación. Ahora se premia al centro gigantesco, a la máquina de las cien barras por minuto, a la distribuidora de tomates insípidos y de manzanas relucientes. Sin sabor, sí, pero brillantes, y con los conservantes, pesticidas y otras zarandangas apropiadas. Fabricados en obrador de oro por empleados con corbata.

Le he pedido 6 casquetas de las ilegales y he marchado a casa. Aseguro que lo único malo que tienen es que si comes doce de tirón te puede doler el estómago.

Hoy varios niños están castigados sin salir a jugar. A la una he ido al ayuntamiento y cuatro alumnos me han acompañado, sin escuchar demasiado lo de avisar a sus padres para que no se preocuparan. Los pobres zagales han llegado cuarenta y cinco minutos tarde a comer. Sus padres han juzgado que con seis años no se debe hacer semejante fechoría, por lo que el peso de la justicia ha caído con gran entusiasmo sobre sus pequeños cuerpos.

Cristian encontró hace poco un artículo muy bonito en una revista y dijo con gran convencimiento: “ves José Luis, lo que tú dices: que en los libros podemos encontrar muchos tesoros”. Matrícula de honor para Cristian.

lunes, 20 de noviembre de 2006

LO DE SIEMPRE: NIÑOS, PISOS, NATURALEZA.

Leo que en España se construyen cerca de un millón de pisos cada año. No hace falta decir más.

Leo también cada semana a Juan José Millás. Ya le he nombrado otras veces, pero lo volveré a hacer. Recuerdo que comencé a leer sus columnas en El País cuando hace dos años recorté unas líneas que trataban sobre un preso americano al que perdonaban la pena de muerte por tener el coeficiente intelectual especialmente bajo. Le salvó ser tonto, decía.

Cada día estoy más contento con mis pequeños alumnos. Siguiendo a los Empiristas ingleses y a mi concepto catastrófico de la naturaleza humana podría decirse que es un placer tratar con personas aún no contaminadas por la experiencia humana. Niños que conservan intacta la capacidad de sorpresa ante la vida y sus maravillas.

Estos días se nombra por aquí lo mal que tienen los maestros el asunto de su formación continua. A cuento de esto, me planteo la mía. Hace dos años, tras la primera cornada oposicionil, casi mortal, me matriculé en el curso de doctorado propio de la Facultad de CCAFD. Lo probé y sabía demasiado amargo, así que apenas lo saboreé. Incluso creo que estaba envenenado.

Ahora, aparte de algunas jornadas y de algunos sencillos cursos, pienso varias cosas: pienso en un doctorado serio relacionado con la pedagogía; pienso en filosofía; pienso en biología (apruebo unas cuantas y así el Azor Tundra me coge justo en segundo y me va dejando apuntes).

Hay una idea que me encanta. Es una idea india muy famosa. Casi siempre representada cuando un general americano (sí, claro, era de ARAMÓN) va a hablar con un jefe indio y le pregunta por el precio de unas tierras. El jefe indio, perplejo, le indica que no puede vender nada, que la tierra no se puede vender porque no pertenece a nadie: al revés, los hombres somos parte de la tierra, pertenecemos a ella, le dice. El general americano se parte de risa, y supongo que le pegaría un tiro y empezaría a repartir el pastel. Pienso en esto y me sobrecoge la acción humana: apenas sabemos sobre nuestra evolución, apenas sabemos sobre nuestro lugar y función en la tierra, en el universo; apenas sabemos sobre algo, pero mientras lo averiguamos arrasamos con lo que encontramos.

En blogs como este de Brookei, o en Desde el Secano (blog sin plomo y libre de cloro), o en ANSAR, encuentro cada día un pequeño remanso de paz y de personas que son capaces de sorprenderse y maravillarse aún con los pequeños milagros de la naturaleza.

miércoles, 15 de noviembre de 2006

Acabo de perder 84 folios de trabajo. Pensaré que hay cosas peores.

Hemos dedicado la reunión de la tarde a discutir las propuestas de mejora para la Ley Aragonesa de Educación. Ya es la tercera tarde que dedicamos a esto. En principio, me parece buena idea, porque se genera un clima de diálogo y reflexión interesante, pero:

Parece una manera manifiesta por parte de la administración de acallar posibles voces discordantes que se lamenten de la falta de consenso y debate social. Me temo que es una maniobra estratégica, y no un deseo real de escuchar a padres, maestros, alumnos, etc. Considero humanamente inviable que sean capaces de tratar, y luego interpretar, las toneladas de información que les van a llegar. Son decenas de preguntas abiertas a que abarcan asuntos de la mayor y la menor concreción imaginable. Y llegarán propuestas y opiniones de casi todos los centros educativos (miles de folios), de muchos profesores a título particular, y de algunas otras instancias. A menos que pretendan aprobar la ley dentro de 10 años…

Frecuentemente los debates se convierten en un “cuéntame tu caso, Mari Loli”, donde cada maestro no ve más allá de su problema de ayer en clase, y se echa en falta, yo al menos, un maestro de 55 años, por ejemplo, culto y trabajador, que ponga cordura y conocimientos en algunas cuestiones en las que parecen existir tantas verdades como opiniones.

De todas maneras, vuelvo a lo mío. La vida de las personas establece continuamente interrogantes. Y yo creo que tirando del hilo siempre se llega a las mismas cuestiones esenciales. La escuela no se escapa a esto. Hablamos de padres, de sus relaciones con la escuela, de horarios, de reconocimiento social, de estrategias óptimas para enseñar, de necesidades materiales y económicas, etc. Y llegados a un punto en el que surgen atascos, desacuerdos, …, siempre me viene a la cabeza la que creo es la madre del cordero: ¿para qué enseñamos?. Yo no lo sé, pero todos deberíamos, en el peor de los casos, hacernos la pregunta.

Me da miedo. Creo observar visiones muy sesgadas de la realidad. Unos que miran en una dirección, otros en la contraria, otros que miran al suelo o cierran directamente los ojos. Unos que quieren que el niño sepa leer en primero y otros que quieren que el niño lea cuando salga de la escuela. Unos que quieren evitar la reclamación del maestro del siguiente ciclo o etapa, y otros que rinden cuentas únicamente ante su honestidad y el futuro del alumno.

Por otra parte, me entristece profundamente que haya maestros que no sienten pasión por lo que enseñan, que no creen en ello, que ni siquiera lo conocen. Cualquiera puede enseñar a mis alumnos a sumar, a restar, los animalitos del bosque, y la polisemia. ¿Dónde está el valor añadido (que feo suena este término económico) que debo aportar?. Yo lo encuentro en la ilusión que intento transmitir, en las puertas que pueda abrir, en posibilitar encuentros, libros, descubrimientos. Cuento cada cosa que leo y me ven leer, cuento el placer sentido con el ejercicio, intento que aprecien mi sorpresa por la vida, por cada cosa pequeñita y maravillosa de la naturaleza.

¿Cómo puedo coger un libro de conocimiento del medio y no conocer ni las calles del pueblo donde enseño?, ¿cómo puedo enseñar una actividad que he malaprendido dos días antes?, ¿cómo puedo incitar a la lectura si cada noche mi menú cultural es la puta televisión, y mi preocupación se refiere a la longitud, color, textura y sabor, de las bragas de Fulanita, la última nominada?, ¿qué pretendo transmitir?, ¿pretendo algo?, ¿hay alguien ahí dentro?.

Con gran ilusión compré el fin de semana los libros Maito Panduro y Ojos de Nube. Bien sé que hay maestros de los que sólo cabe mirar y aprender. Y escritores como Gonzalo Mouré de los que disfrutar. Ayer los leí y pretendía darlos a conocer, puesto que, desgraciadamente, mis alumnos aún son demasiado jóvenes para ellos. El intento ha durado unos diez segundos, hasta que alguien ha comprobado que no tenían dibujos y que la cosa iba de gitanos. Concienzudo análisis. Anda, cambiemos de canal.

Cada día amando más vivir, el cielo, las montañas.

lunes, 13 de noviembre de 2006

EL AZOR EMPRENDE VUELO.

Seré rápido porque me están vigilando y debo esconderme pronto.

Saludo blogiano a Julio Tejedor, un profesor del que aprendimos bastante en la Facultad de Huesca. Ahora es director de urbanismo, o algo parecido, del Gobierno de Aragón. El domingo analizaba en Heraldo bien contento y satisfecho el desarrollo urbanístico del Pirineo y se jugaba varios apéndices corporales a favor del juego limpio de ARAMÓN. Él sabrá.

En todo caso, sí me gustaría poner una cita (perdón, pero no la recuerdo literalmente) de Ortega y Gasset, cuyo nivel filosófico se suele equiparar con el olvido al que se le ha condenado: “un individuo no es sino la mitad de uno mismo; la otra mitad está formada por el paisaje en el que vive”. No estaría pensando, supongo, en lo mismo que yo cuando dijo esto, pero tiene aplicación. El caso es que ahora España se debe estar llenando de tipos a quienes les falta la mitad de sí mismos, o peor, su otra mitad es un colgajo cancerígeno y humeante de cemento y humo.

El otro día cuando dije que no quería lotería, como de costumbre, se encendieron las alarmas: pobre desgraciado, puede que nos toque a todos excepto a él. Aduje que no me hacía falta el gordo, que ya era suficientemente feliz. Todos rieron y me miraron con cierto aire protector. Qué infeliz, debieron pensar.

Y despidámonos con una feliz noticia. La semana pasada contemplamos el feliz alumbramiento de un nuevo blogecico. El blog en cuestión es de Pablo Capilla Lasheras, mi hermano. Al mozo le cuesta quitar el plato de la mesa tras la comida, y suele ponerse muy raro cuando está cansado. “¡Hala maño!, ¡que me dejes!” suele ser su advertencia. Ahora Pablo tiene ya quince años y comienza a tener buenas ideas por la cabeza. Incluso tengo ya la fortuna de poder aprender muchas cosas que él me enseña. El jodido tiene la suerte del instituto, donde tanto me gustaría a mí volver ahora. En su blog trata los asuntos que le preocupan, como los relacionados con la naturaleza o la escuela. Seguro que es una actividad que te ayuda en muchos sentido Pablo. Enhorabuena.

jueves, 9 de noviembre de 2006

¿OPOSICIÓN PARA ABEJA?.

Veo a la abeja tan feliz…y me da una terrible envidia. Coger su madera para fabricar su panal, llevar su vida de obrera, de zángano, o de reina, quién sabe, y morir, tranquilamente, sin dar mal a nadie. Claro, y si un tipo hace una tontería excesiva le clavas el aguijón en un ojo.

Cada día me vuelvo más raro, y lo peor es que estoy tremendamente orgulloso de ello. No sé si esto será normal. Paula siempre que se enfada me dice que he cambiado mucho en los últimos tiempos (me lo dice desde que la conocí). Como para no cambiar, con ocho viviendas, mil conocidos, diez trabajos, numerosas desventuras y patadas en el culo. Y demasiados fallos.

Situaciones como las de ayer donde estoy rodeado de tipos felices a los que no era capaz de seguir la charla, la broma, el motivo de la risa fácil. Incluso una charla espontánea donde me acuchillaron el rincón más sentimental de las tripas. Desconcierta ser la nota que desafina.

Echo de menos alguien con el que marcharme al monte por la tarde y esconderme hasta las clases de la mañana siguiente. Un maqui educativo, o algo así.

Hoy he recibido un dvd de Ecologistas en Acción titulado Mi Último Valle, con un corto y algunas opiniones sobre la destrucción, para unos, y suerte para la supervivencia (esto es lo de Maquiavelo, pero da igual), para otros, del Pirineo.

Sí, también lo de Telefónica, pero ni merece la pena. En una línea este mes me han cobrado veinte euros extras por error, y en la línea de Peñarroya me han facturado el dúo adsl y llamadas. No saben los pobres que en Peñarroya no existe el adsl. ¡No hay preinstalación en el pueblo!. Supongo que me lo cobran porque les traiciona la buena intención de que sí lo hubiera. He llamado a la moza robótica y ya me ha dicho: reclama, buen mozo. Cuando me pasaba con otra operadora, le he comentado: tranquila maña, no te preocupes y no me pases, que me doy por jodido (y me ahorro el pérdida de tiempo).

martes, 7 de noviembre de 2006

LA TIERRA Y EL ESPÍRITU SANTO.

No sé si es de santos o de tontos, pero, desde las catacumbas tecnológicas, llevo noventa minutos intentando colgar estas ya agotadas palabras. Quizá las vean más flacas que cuando las escribí.

Quico, mi añorado jefe de estudios, suele decir que hay gente para todo. Pensaba en esto cuando he descubierto hoy que una buena mujer se dedica profesionalmente a dar abrazos. Pues sí, gente para todo (Y los que guardaban horas de fila para recibirlos…).

Mando una nota para el departamento Provincial de Educación. En ella les pido tres armarios con puertas de cristal para colocar dignamente la humilde colección naturalista que tenemos en curso. El viernes llamé a diferentes secciones hasta que di con los encargados de estas cosas. A varios les dio la risa floja ante mi petición y el último me dijo que no esperase estuviesen en la escuela antes de marzo. Quizá me costara menos aprender a soplar vidrio y el oficio de carpintero, pero tendremos paciencia.

Con los niños hemos acudido a la biblioteca para aprender a manejar una enciclopedia en el ordenador. Han buscado información para sus trabajos y han descubiertos tantas cosas que la clase ha transcurrido entre continuas exclamaciones de asombro y sorpresa. Recuerdo de este verano varias lecturas que hablaban de la tragedia que supone perder esa capacidad de asombro de los niños.

También he tenido una experiencia desagradable. Tiene relación con la asignatura de religión y con la de alternativa a la religión. Me pregunto cómo en la escuela laica la alternativa está representada por la no religión. ¿No debería ser la religión la alternativa?. ¿Por qué no se les cae la cara de vergüenza a quienes proponen y justifican el currículo de la asignatura de alternativa a la religión?. Mientras ocho de mis nueve alumnos dan religión (por cierto, tela marinera…; ya me explicaré algún día), yo estoy sólo con un niño. Y el abanico de contenidos abarca talleres de prensa, de teatro, de cultura aragonesa, etc. ¿Por qué no un taller de corte y confección?. ¿Qué pintan ocho niños hablando de si el espíritu santo era un palomo o un gorrión mientras yo trato con el pobre ateo el dance tradicional de la Ribagorza norte?. Es tan obvio que se trata de un parche para ir tirando mientras nadie levante la voz que no entiendo como se sostiene tal situación. ¿No parece evidente que la religión incide sobre una dimensión de naturaleza diferente a la escolar?, ¿no se entiende el disparate e insulto que supone tener a los no religiosos con unos talleres-pasatiempos mientras sus compañeros alimentan el alma?. ¿No sería más lógico y mejor para todos sacar esa asignatura al tiempo extraescolar, de forma que acudan los realmente interesados, y los otros puedan tranquilamente hacer algo más productivo que los inútiles talleres?.

Leo cosas sobre ciencia y me da una envidia infinita observar campos de estudio donde el progreso no depende de intereses políticos, ni de concursos de la tontería más grande, sino que todo avanza al ritmo de estudios, de evidencias, de trabajo objetivo y eficaz. Vamos, que se observa que, rápido o despacio, siempre se avanza. Aquí no: ahora la religión dentro, mañana fuera, pasado quién sabe. Y bueno, estoy ya preparado para la asignatura que se avecina de educación cívica. Ya me imagino…Manolito, dime las trece normas para ser buena persona y los siete principios de respeto al prójimo. En fin Pilarín…

Estos días buscamos noticias sobre fauna y medio ambiente para tratar por la mañana, de forma que las podamos relacionar con nuestro contenido actual de conocimiento del medio. Desgraciadamente no encontramos nada más que atropellos medioambientales y especies que languidecen trágicamente. Pero hombre, todo debiera tener un límite: estoy anunciando un paisaje a mis alumnos que menos mal no son capaces aún comprender plenamente, porque igual comenzaban a coger bajas por depresión. Hoy leemos en la prensa nacional acerca de un estudio según el cual se augura el agotamiento total de la pesca en 2048. Como todo: los ciudadanos del grupo B (la mayoría, quiero decir) leen esto, o lo ven en la tele, justo al lado del negrico con las moscas, se tragan medio filete, tiran a la basura el otro medio, y repasan el resto de noticias importantes en el 10 Minutos. Y los del grupo A (los de las redes, o la recalificación, o la superurbanización) siguen ordeñando la vaca sin pensar más allá de las ubres que tienen ahora sujetas. Pero…¿cómo somos tan tontos?. El planeta hace aguas, y todos posamos en la foto con una sonrisa a medio camino entre la ignorancia, la indiferencia, y la total falta de sensibilidad hacia la vida.

Por cierto, hablando de carroñeros, otra noticia sobre la ampliación de Cerler. Los vecinos del próximo pueblo arrasado por ARAMON, Montanuy, han presentado hoy más de quinientas alegaciones en las que tratan de expresar que es inminente el fin del lugar, de las tradiciones, de la ganadería, de la naturaleza. El alcalde, a su vez, dice que tranquilos, que la recalificación afecta a sus terrenos, pero de casualidad. Ni se había dado cuenta el infeliz. Que los analfabetos ganaderos y resto de trabajadores se callen, que él, como otros tantos salvadores, va a llevar la civilización y la prosperidad al lugar. ¿Cómo habremos podido sobrevivir sin ellos?.

jueves, 2 de noviembre de 2006

DESDE LA TERUEL DESCONECTADA, UN DÍA NORMAL.

Las fiestas en miércoles deberían celebrarse como San Claustro y Santa Comisión, mártires que lucharon contra las reuniones estúpidas del profesorado en este día intermedio de la semana. Dios les guarde en su reino.

Ya he dicho en alguna ocasión que ser maestro me permite avanzar en múltiples caminos y direcciones, y que quizá sea este uno de los motivos principales por el que tanto me gusta el oficio. Sí, realmente no es que me lo permita, sino que me obliga.

Cuando hablo con Jaime sobre la tutoría, y él expresa sus miedos y temores, siempre intento expresarle lo bonita que para mí resulta la experiencia: desde la necesidad de leer, de estar informado, de aprender en variopintos ámbitos, de proponer, de aconsejar o consolar, de conocer el mundo para luego poder explicarlo o incitar a su descubrimiento, y mil cosas más, hasta meter en una olla en ebullición un ave de cuestionable higiene (dejémoslo así) y adecentarla para seguir ampliando nuestra colección naturalista.

El martes a última hora nos fuimos de la escuela, subimos al mirador situado encima del pueblo, disfrutamos un instante del silencio, la brisa, el paisaje, e hicimos un dibujo de aquello que nos pareció más bonito. Fue un rato muy agradable, y volví a sentir algo parecido a lo del año pasado cuando en el patio ansotano miraba a los alumnos, al paisaje, me miraba yo mismo, y no entendía cómo podía ser tan afortunado.

Casi al acabar la tarde, mientras limpiaba la bici en la calle, se ha acercado un abuelo y ha comenzado a preguntarme y a contarme cosas. Se ha disculpado por haber interrumpido mi tareas. Qué lástima que haya sentido la obligación de pedir perdón varias veces, cuando ha sido un regalo poder escuchar sus ideas y su descripción de la vida del pueblo, de sus habitantes. Incluso se ha ofrecido para mostrarnos fotos antiguas de la escuela. Otro placer ya extinguido en la ciudad.

Hay veces que me siento extraño, incómodo de estar rodeado de personas adultas, y es entonces cuando entro en mi clase y me siento afortunado de poder esconderme allí la mayor parte de las horas de la semana.

lunes, 30 de octubre de 2006

ALBORECA, COMPRAS, LIBROS.

Venía muy contento del CRIET de Alcorisa, casi sintiéndome ya del Matarraña, pero siempre hay un tonto dispuesto a cruzarse en el camino.

Quizá todo sea teatro, que no es poco. En un momento de la obra “Ojalá estuvierais todos muertos”:

- Agresivo ejecutivo ejerciendo de turista (AEEDT) (pongamos por caso a cualquier visionario de ARAMÓN): “¿Qué haces siempre parado?. Yo pescaría sin descanso todo lo que pudiese.
- Habitante de la isla (HDLI): ¿Y para qué?.”
- AEEDT: “Pues para pescar toneladas y toneladas, y con eso comprar un barco.”
- HDLI: “¿Y para qué?.”
- AEEDT: “Para pescar más peces, y con el beneficio comprar más barcos, y con mi propia flota pescar aún más.”
- HDLI: “Pero…, y después qué?.”
- AEEDT: “Estúpido isleño ignorante, con los millones ganados montaría mi propio astillero, y sería multimillonario, y cientos de personas dependerían de mí, y ganaría más y más dinero.”
- HDLI: “¡Sí!, pero…¿después qué?.”
- AEEDT: “¡Arrrgggg!...pues (¡rrrggggg!),..., ¡ya habría conseguido todo!, y me sentaría y descansaría.”
- HDLI: “¡Pero hombre!, ¡si eso es justo lo que hago yo!: ¡me siento y descanso. ¿Para qué todo lo anterior?.”

Marcelino, la luz que nos guía, seguro que pensaría que el isleño infeliz no sabría hacer ni mermelada.

Para mí ilustra fielmente la desmesurada estupidez humana orientada hacia ninguna parte: el ganar dinero como meta en sí misma, el acaparar poder, construir y crecer, construir …y crecer. Y todo sin saber aún quiénes somos.

Emilio es tío de mi novia Paula. Y le guardo respeto por diferentes razones:

En primer lugar, por el mero hecho de haber vivido cincuenta años más que yo. En segundo lugar, por ser una de esas personas de las que nunca sale nada malo: ni una protesta, ni una queja, ni un lamento. Nunca una mala cara y siempre dispuesto a ayudar y agradar. En tercer lugar, y esto me provoca admiración y nostalgia a partes iguales, ha vivido gran parte de su vida en el campo. Un campo duro, donde trabajo se escribía con mayúsculas. Y, por último, compartimos una visión muy similar de la vida.

Emilio suele afirmar que ahora todo es mentira. Y esta frase para mí supone un auténtico y exhaustivo tratado sobre la vida y las cosas que la adornan. Recuerda cuando dormían en el monte varias noches con la cosecha para que no la robaran, cuando comer pan suponía viaje va y viaje viene con la harina a cuestas, o cuando, simplemente, pasar el invierno era un importante reto. Esta vida le hace evocar sentimientos puros, nobles, reales y auténticos. Para bien o para mal, pero auténticos. Sin embargo, la vida parece que ha llegado a un punto en el que nada es lo que parece (ya no te puedes fiar ni de los tomates) y donde esa vida del pueblo, tan cercana, es a menudo caricaturizada. “Ahora es todo mentira”. Este blog nació cuando en mi cabeza rondaban muy vivamente estas ideas, tras leer a José de la Mula, en el libro de Severino Pallaruelo.

El sábado me intentaron engañar. Intentaron llevarme a comprar a Grancasa. Estoy seguro que el demonio vive allí. Me senté en un banco con unos abuelos (pobres, ahora no les dejan ni tomar el sol en un parque) y observé como entraban las oleadas de compradores a las tiendas. Cogían un cinturón, lo miraban desde distintos ángulos, lo ajustaban a su ropa, meditaban la trascendente decisión, …etc. Me preguntaba cuánto de lo que compraban necesitaban realmente, y me costaba quitarme de la cabeza la idea de una ciudad personificada, una especie de troll gigante, que generaba los mecanismos adecuados para hacer que sus inquilinos se moviesen al ritmo que ella marcaba. Los ritmos del cerebro en off, del tiempo de usar y tirar, de comprar y gastar. Amo el silencio que ahora mismo siento.

Para mis ya queridos alumnos de Peñarroya compré siete libros en un rastrillo benéfico de Zaragoza por once euros. Hará falta una poca de cola de carpintero, pero seguro que sus fotos y textos sobre animales nos ayudarán mucho y provocarán frecuentes exclamaciones de sorpresa. También he traído El Árbol Sabio. Don Gustavo, mi maestro de 3º, 4º, y 5º de EGB, nos leía un trocito cada día hace ya casi veinte años (madre mía…). Me gustaron tanto que los compré (mi madre los compró, claro) y los leí mil veces cada uno. Hace poco los encontré y me quedé paralizado. Ahora yo los recogía. Viajarían conmigo a Peñarroya e intentaría sembrar la misma semilla que Don Gustavo ya cultivaba hace tantos años. Cada día de escuela recuerdo a muchos de mis maestros.

(¡Viva Alboreca!).

jueves, 26 de octubre de 2006

¿A CUÁNTO VAN LAS GRACIAS?

Son las cosas en las que más ilusión pones las que te arrean la cornada más profunda. Y hombre, no reviste demasiada gravedad pero casi mejor hubiera preferido unas simples gracias. Gracias, gracias, gracias. No parece difícil.

La semana del CRIET se acaba. Ayer visitamos Zaragoza, donde vimos una bonita obra de teatro. Por la tarde nos guiaron a través de los rincones del precioso Monasterio de Rueda. Toda la vida pasando cerca para pescar un pez sucio y feo y tardo 26 años en ver semejante obra. Fue maravillosa la actitud de los niños preguntando al guía sobre las cuestiones más curiosas y variadas.
Pensamos que sería buena idea crear una escuela en un monasterio de ese tipo. Lecturas en el claustro, juegos en los jardines, etc. Si me toca la lotería (aunque es complicado sin jugar, pero...) o ahorro cierta cantidad de dinero, pienso montar uno. Y una librería a la entrada.
Hoy hemos escuchado una charla de un saxofonista. Para los ignorantes musicales como yo ha sido pura ciencia ficción, y un deleite escuchar su música. Para los niños, casi todos estudiantes de música en sus pueblos, una nueva experiencia que contar sobre esta semana tan especial.
Y especial para mí es conocer de primera mano qué tienen los niños en sus cabezas en una experiencia que suele suponer en casi todos los casos la primera vez en la que salen del nido familiar: los variados miedos, temores, angustias, de esa primera salida; la necesidad de unas palabras de ánimo y tranquilidad, y los esfuerzos de todos por ir superando estos primeros obstáculos. Cuando una niña llora desconsoladamente a la hora de comer porque, sencillamente, siente miedo, sin saber siquiera las causas.
Este año se ha introducido en los CRIET la figura de angloparlante: un nativo inglés, Margaret, que tiene como misión incentivar el uso del idioma (actividades del lectura, charlas informales, traducción de menús y demás cartelería, etc.). Otro lujo más que añadir a la semana.
Por cierto, si no lo han hecho, no duden en visitar el blog de Mariano Coronas (ver enlaces, el hipervínculo está imposible), ya que es un lugar mágico donde un escritor de prestigio como Gonzalo Mouré puede aparecer y dedicar unas preciosas palabras a unos cuantos niños que tienen la sensibilidad y el maestro suficiente para emocionarse con sus libros.
Y gracias por la lectura. Tan fácil como esto.
(Siento lo de los párrafos apretados, pero aquí hace frío y se juntan para darse calor).

martes, 24 de octubre de 2006

QUE NO, QUE NO PUEDE SER.

Visité mi tierra, y traté de respirar todas las veces que pude para coger fuerzas y aguantar hasta la próxima vez.

Creo que estoy en Alcorisa, en el CRIET. En tres días he estado en el Pirineo, en Guadalajara, en Zaragoza, en Peñarroya, en Alcorisa.

Como el año pasado, pienso que estas semanas tienen un valor incalculable para los alumnos. En cinco días van a ir a Zaragoza, al Monasterio de rueda, al teatro, al cine, van a conocer a muchos compañeros y maestros, van a llorar por la primera ausencia de los padres, harán sus camas, comerán solos, …; en definitiva, creo que es un lujo en su formación y aprendizaje para ser mejores personas. Miro los pasillos y me imagino a Jaimecito (Sorolleta) corriendo, casi cuando todo estaba aún en blanco y negro.

Las conexiones este año son muy pobrecicas; por eso hay días que no puedo colgar el artículo. Como pierde vigencia y, además, me parece que mis palabras caducan muy pronto (me disgusta leerme al día siguiente; no mejora de un día para otro como el cocido, sino que creo que el artículo se pudre rápidamente como las letras del libro de J.J. Millás), casi siempre elimino ese artículo no colgado inmediatamente. Hago una excepción con algo que escribí el viernes: aunque no estoy contento con el enfado con que fue escrito, es tal el enfado que necesito expresarlo:
El año pasado me quejaba amargamente por la imposibilidad de tener cerca un maestro experimentado del que aprender diariamente. Sigo pensándolo, pero he comprendido ya que son muchas las oportunidades que se brindan para recoger ideas, fórmulas, formas de hacer y de ser. Tantas que lo anterior ya no me preocupa demasiado.

A través de blogs, cursos, jornadas, familiares, casualidades, …, he podido sacar tanto provecho que no queda sino intentar ser un digno destinatario y aprovechar los regalos ofrecidos. Y claro, estar en eterna deuda con mucha gente.

Me permitan el brusco cambio de tercio.

Como aperitivo: desconozco la credibilidad que merece una fuente rusa, pero hombre, lo que me faltaba por oír. Perfecta síntesis mis odios predilectos: un vividor, un oso muerto, maltrato animal. Optimistas del mundo, ¿no debo lamentar vivir en este mundo cruel y estúpido?. Además, no dan explicación alguna porque la santa figura del rey no está sujeta a control por parte del pueblo llano.

Leo en Cazarabet- Mas de las Matas los planes para el desarrollo turístico de la Ribagorza Norte y no doy crédito, me caigo de culo, me echo a llorar: carreteras, hoteles de cinco estrellas, tres campos de golf, miles de apartamentos, ampliaciones de la estación de Cerler por todas partes, …, increíble. No entiendo cómo puedo estar aquí parado y no hacer otra cosa que lamentarme.
Cito textualmente la postura de la Plataforma por la Defensa de las Montañas de Aragón, en la citada Cazarabet (La Defensa, nº21):

“Si semejante proyecto fuera presentado sin decir donde se ubicaba, solamente sus características (construcción de campos de golf, pantanos, canalización de cauces, recalificaciones urbanísticas salvajes y alegales, miles de nuevas residencias, nuevas carreteras, multiplicación de las viviendas actuales por cien, operaciones de miles de millones de pesetas...), cualquiera pensaría que estábamos hablando de un proyecto de los promovidos recientemente en Marbella o Benidorm, por su desmesura y dilapidación del territorio.

Pero es que este megalómano proyecto, se ubica no en una zona urbana saturada, sino en una zona de alta montaña, de alto valor ecológico y cultural. Por ello, es un proyecto fuera de todo raciocinio, ajeno al más mínimo respeto por el territorio y donde sólo prima la obtención de dinero rápido aprovechando una especulación galopante que arrasará con toda la estructura social existente y con todo el paisaje secular.”

Se me fueron las ganas de seguir escribiendo. Por favor, difundid esta barbaridad, escribidlo en los blogs, hablad de ello a vuestros hijos, a padres, a vecinos, a amigos y a enemigos. Que cuenten con nuestra desidia, pero, al menos, no con nuestra ignorancia. ¡No estemos parados contemplando semejante disparate!.

Estos días se están celebrando precisamente las II Jornadas en Defensa de las Montañas, en Zaragoza. Siento terriblemente no poder ir, aunque me temo que con palabras no se soluciona nada. Si me dejaran ocuparme por un par de días de las cabezas pensantes de un par de departamentos del Gobierno de Aragón…no tendrían ganas de volver a jugar al golf. Y que nadie piense en violencia: les daría un viaje por lo más bonito de nuestra tierra (Marcelino, los montañeses no sólo hacen mermelada), y les haría leer algún libro. Desgraciados.

jueves, 19 de octubre de 2006

SOBRE DUDAS, NAUFRAGIOS, Y LIBROS

Hace 9 días la lenta y miserable conexión parabólica a internet cogió la baja. Y es raro, porque ya se sabe que estas cosas son más propias del tercer trimestre.

El asunto es que no era grave y en unos días ya se ha recuperado. Por ello, puedo volver a realizar esta tarea que me libera momentáneamente de la soledad y del silencio continuo. Paso bruscamente del bullicio y el hablar ininterrumpido durante 5 horas, al silencio absoluto sólo perturbado cuando, con bastante frecuencia, me hablo a mí mismo en voz alta.

El miércoles pasado estuvimos en Teruel visitando la exposición itinerante sobre Atapuerca y la propia ciudad. Es un problema delicado encontrar actividades adecuadas para los alumnos, que discurran en el registro idóneo. A veces, la salida se adapta mejor a los profesores que a los mismos niños.

Sigo pensando en qué enseñar, y por qué enseño. Hace poco se acercó un maestro de la escuela para pedirme los cuadernillos que yo trabajaba de refuerzo de lengua y matemáticas. Ya se sabe, repetir y repetir secuencias, letras, …; cuando le dije que no tenía nada de eso, que ni lo conocía, me miró extrañado y se fue. Yo me quedé pensando. Nadie me ha dicho qué demonios debo enseñar a estas criaturas casi recién nacidas, qué importancia conceder a cada aspecto. Seré más concreto: llevo un mes y medio haciendo juegos, escribiendo historias, leyendo libros y mil revistas, recitando poesías, repasando y comentando cada mañana las mejores noticias de la prensa, pero no hemos dedicado más de treinta minutos a lo que creo se considera lo normal: página 15; ejercicio 3; escribe trescientas veces las letras R y S, luego haz un dibujo y píntalo. Como no tengo un buen catalejo, al alejarme de la orilla me da miedo perderme y naufragar.

En cualquier caso, veo cosas en el mundo, en personas pobres y ricas, cultos o no, que me hacen pensar en este momento que lo único que importa en la escuela es que los niños que de allí salgan sean buenos: buenos con las personas, con la naturaleza, con el mundo entero. Y todo lo demás me parece un pretexto para conseguirlo.

Además, también me consuela pensar que si yo no dedico dos semanas a hablar a niños de 6 años sobre la polisemia, tampoco es grave. Les quedan unos 10 años en los que les repetirán hasta la amargura esta y otras palabras.

El alumno discapacitado sigue generando un auténtico agujero negro en mi labor diaria. Me resisto a aceptar como normal que un niño pase más del cincuenta por ciento del horario lectivo totalmente desatendido y malgastando los mejores momentos de su vida para aprender y progresar. Es una terrible pena comprobar cada día, cuando marchan a casa, cómo apenas he podido atenderle unos minutos.

En torno al año 2007, en un laboratorio en la frontera entre Francia y Suiza, físicos como la americana Lisa Randall esperan demostrar y confirmar la existencia de una quinta dimensión. Ya es frecuente oír decir que vivimos en la época en la que es gigante el abismo entre la tecnología utilizada y la comprensión de la misma. Pero a mí, leer a personas como la arriba nombrada, o avances en robótica, genética, …, y compararlo después con las preocupaciones en las que solemos (o suelo) emplear el tiempo el pueblo llano me deja perplejo y desorientado, sin saber muy bien en qué mundo vivo.

Pronto Juan José Millás publicará un nuevo libro, tras cuatro años. Me encanta escucharle y me fascinan sus juegos y fantasías con el lenguaje, que al final acaba confundiéndose con las propias personas y con la vida. Como cuando los libros empezaron a perder letras y, en consecuencia, el mundo fue perdiendo sustancia y empequeñeciéndose poco a poco. Hasta el punto que la gente traficaba en el mercado negro con preposiciones y adverbios, a fin de poder construir artesanalmente algún sustantivo o verbo, intentando así poder nombrar y no perder una pequeña parte del mundo. Recuerdo a mis queridos alumnos ansotanos reír cuando les conté que en ese mercado negro algunas formas gramaticales, ya inservibles, olían a intestinos de vaca a punto de pudrirse.

sábado, 7 de octubre de 2006

DESCANSO, AÑORANZAS, FAMILIAS, IMÁGENES.

Se aproxima el primer descanso del curso. Justo cuando empieza a haber algo de complicidad y cuando todos vamos haciéndonos a las nuevas vistas, olores, y sabores, zas!, a descansar.

Los pequeños detalles son lo que más añoro: el olor a Ansó, el edificio de la escuela, abrir yo mismo mi clase y entrar con todos lo alumnos a la vez, gestionar personalmente mis espacios (mi clase, mi cuarto de material, la biblioteca,...), etc. Este curso, al haber una puerta única para entrar a la escuela y al estar en la cabecera del CRA, es todo diferente.

El jueves tuve la primera reunión de padres. Es un momento muy curioso. Para empezar las familias (madres 100%) te observan preguntándose qué tipo de persona habrá detrás de ese tipo, qué narices les habrá deparado este año el azar. Y uno intenta captar algún mensaje de aprobación tras una mueca o una media sonrisa. Algún mensaje que diga “vale, te damos el visto bueno, ya puedes empezar a trabajar con nuestros hijos”. No es el objetivo de la reunión, claro, pero, tras hablar de agenda, horarios, hábitos, formas de trabajo en cada área, etc., queda esa sensación de duda acerca de lo que pensarán sobre uno esas personas con las que tienes una responsabilidad tan enorme.

Por otra parte, también quedan dudas sobre el calado del mensaje que se intenta transmitir: ¿habrán captado como tal aquello que me parece más importante?, ¿estaremos de acuerdo en la manera de entender algunos puntos trascendentes en la educación del niño?, …; quizá algún padre o madre pudiera contar como se ve el asunto desde el otro lado, qué sensaciones se suelen recoger estando sentado frente al maestro.

Paseando por la feria de muestras, varias imágenes:
- De repente, el alcalde Belloch, Atarés, y el séquito de militares y gente importante. Faltaba sólo monseñor, que igual iba camuflado. A su paso emanaba el aroma del poder, de la gente que acapara miradas y que elige el futuro de casi todos, de esa especie de élite social, seleccionada ya no por su sabiduría, y que es protegida a su paso por decenas de policías y guardaespaldas en un intento de preservar a esos seres vitales para el mundo.

- Pabellón de ciencia: queda confirmado, es cierto que hay unas veintiuna dimensiones y que el espacio-tiempo se curva en presencia de un agujero negro. Un físico nos ha dicho que no nos preocupemos, que en las fórmulas todo cuadra y se constata, pero que ellos tampoco entienden el concepto.

- Pabellón de las fuerzas armadas, sus misiles de todo tipo, y otras armas para matar humanitariamente (ahora se mata así): ¿esto se expone?, ¿es un orgullo un cartel donde pone qué tipo de objetivos son capaces de destruir? (yo no me quiero liar con sentimientos y esas cosas, pero no acabo de entender lo de crear para destruir).

- Pabellón de arte: espacio minúsculo y algunas obras de agárrate y no te menees (véase composición de 3x3 metros a base de fotos de un tipo gordo y peludo tirado en el suelo desnudo, o ramas secas de árbol desparramadas en el suelo).

- Exposición de reptiles: pitón reticulada de nueve metros, pitón albina, cobra africana, cocodrilo marino, cobra africana, tortuga gigante de las Sheychelles, etc. Los animales, aunque malamente encerrados, siguen siendo un motivo para amar la vida.

- Stand de ARAMON. Qué lástima que las azafatas no tuvieran ni idea de qué era eso a lo que ponían imagen, porque en ese caso hubiera podido tirarles algún huevo o algún otro cacharro a la cabeza. Qué terrible pena ver sus carteles llenos de montañas sin plantas, sin vida, inundados de personas con su ropa y material de último modelo figurando en un espacio originariamente tan ajeno a esa estupidez humana.

jueves, 5 de octubre de 2006

¿QUÉ SIGNIFICA LA ESCUELA?.

Hoy han ocurrido algunas cosas que me sirven para ilustrar algo de lo que entiendo, y no entiendo, por escuela.

Tengo presente la relatividad de mis palabras, y mi más que posible equivocación, fruto de percepciones contaminadas por los sentimientos o por mi inexperiencia. En todo caso, tan sólo puedo hablar desde la volatilidad del presente, aún a riesgo de sonrojarme dentro de un tiempo al leer mis ideas.

El asunto tiene dos episodios: el primero trata sobre el claustro o comisión, que no sé qué ha sido, de cada miércoles (día asociado al dolor pedagógico desde que hace tres años comencé a impartir lengua en 3º de ESO a adolescentes peleones). El asunto a tratar era el reglamento de régimen interno del CRA. Tal como yo entiendo esto, el equipo directivo explica el documento, se da el visto bueno y posteriormente se establecen los cauces para que los padres lo conozcan (consejo escolar, APA, …). Algo así. Además, en lo que me atañe, se me antoja como un documento de talante meramente burocrático, puesto que en mi clase el reglamento de régimen interno intento que se denomine sentido común.

La reunión ha transcurrido rizando cada rizo posible, elucubrando sobre casos y situaciones particulares, y con gran disparidad de criterios sobre el camino a tomar a la hora de abordar el documento. Unos abogaban por presentarlo detalladamente en la reunión de padres de cada clase, otros por exponerlo en el tablón de anuncios, y había algunos que pretendían extraer algunas ideas concretas y exponerlas en clase a los alumnos junto a las sanciones correspondientes a cada infracción. Se hablaba incluso de que ese documento debía sentar las bases para el respeto al maestro, para que no se le tome por el pito del sereno.

Y mi cerebro, erre que erre, que ese documento será necesario e importante para el centro, pero yo en mi clase no necesito hacer un decálogo de normas y sanciones, sino que necesito sentido común y un día a día que me permita desarrollar algunos hábitos de diálogo, resolución de problemas, etc. El movimiento andando, ya saben. Me recordaba esto al Florido Pénsil, cuando el pobre zagal debía decir que sí, que el espíritu santo era maravilloso porque, aunque no lo veía, lo sentía. Comenzar las clases por las normas y sanciones me parece toda una declaración de intenciones y motivaciones. Y hombre, el respeto entiendo que lo deberíamos pelear por otros cauces. En resumen, he intentado intervenir en una ocasión para expresar mi pensamiento pero lo he debido hacer muy mal o el mensaje era muy malo, porque el discurso ha calado poco. Así pues, dos horas de sueño con mi cabeza esperando a que tocara un imaginario timbre de recreo.

Segundo capítulo: ringggg!, ringggg!, risas y gritos. Y pienso: ya está, comienzan las visitas. Me asomo a la ventana y allí estaban. Esperad que bajo. Cinco o seis niños con un par de botellas llenas de saltamontes, mantis, y otros insectos. Mira!, mira!, lo que hemos cogido, te lo traemos para que lo lleves a clase mañana y lo enseñes, y también hemos visto un bicho como ese que nos enseñaste en un libro. He bajado ese libro y hemos tratado de localizar algunas especies.

Que unos niños se acuerden por la tarde de algunas cosas de la escuela, que vayan a ver al maestro para enseñarle hallazgos, que recuerden libros, que tengan ilusión y entiendan en alguna medida el tiempo del colegio como un momento emocionante para descubrir y explorar el mundo es lo que entiendo por escuela. Lo poquito que hago intento que vaya en esa dirección. Lo otro me parece teatro del absurdo.

martes, 3 de octubre de 2006

ESPÍRITU CIENTÍFICO Y FILOSÓFICO.

¿Quién dijo que el halago debilita?. Escuchar unas palabras agradables y bonitas ha sido hace 5’ toda un empujón para mantener la ilusión, y darme cuenta que, efectivamente, los niños son niños en todas partes.

En una conversación rápida con una madre de un niño me ha comentado que están sorprendidos en casa con las veces que nombra la escuela al cabo del día: lo que ha hecho, lo que ha descubierto, lo que ha aprendido, lo que ha leído, los juegos, las bromas, las…

Leo en el prólogo de “Cómo Clonar a la Rubia Perfecta” (panorámica de la situación científica actual), a cargo de Manuel Toharia, que el espíritu científico, la curiosidad, el interés, la alegría y el gusto por descubrir, tiene su semilla en la infancia, y que los filtros de la escuela, la familia, el entorno general (véase TV, playstation, …) se encargan de pisotearlo y tirarlo a la basura. Eso mismo leí sobre el espíritu filosófico, que al final es lo mismo que el anterior, en “El Mundo de Sofía”: la sociedad va haciendo que nos conformemos con vivir en nuestro mundo, y ya nadie se arriesga a subir trepando por el pelo del conejo y asomarse al universo…; estamos demasiado acomodados.

Pues en este punto me hace enormemente feliz encontrar signos, indicios, huellas y señales (ya sabes Jaime…) de que, en alguna medida, consigo cierta tendencia a que alguno intente trepar por dicho pelito y asomarse al universo. Vivir la emoción de sus descubrimientos, de las bocas abiertas cuando se produce la conexión en esa tarea que consigue el milagro, …, paga sobradamente las demás, abundantes por otra parte, tonterías que le tocan a uno vivir en el día a día.

Por cierto, ayer volví a tener una de esas ilusiones mentales que me dejan maltrecho. Vivir con la incertidumbre constante de no saber qué soy ni por qué estoy aquí me resulta agotador. Es un zumbido constante en el cerebro, y hasta en las tripas. Busco respuestas que no existen.

lunes, 2 de octubre de 2006

BUENAS SENSACIONES.

¡Ya está la foto!. Con tres meses de retraso…

Era mi intención escribir sosegado, con calma, con tiempo, puesto que pretendía escribir un buen artículo. Un artículo a la altura de las circunstancias. Finalmente escribo cansado y con prisa.

Hoy el día ha sido agotador. El primer día de clase por la tarde no ha permitido un respiro. Cada vez las despedidas son más amargas, por lo que he tenido que emprender viaje desde Zaragoza esta mañana, y no ayer por la noche. Ya hemos empezado con el pie cambiado.

Al acabar las clases a la una, me he reunido con la maestra encargada de apoyarme con el niño discapacitado. Lo haremos así cada lunes tratando de preparar las tareas que realizaré con él cuando no recibo su apoyo, es decir, durante doce horas semanales.

Me vuelvo a quejar por enésima vez: si de las cinco horas de las que dispongo para planificar mi trabajo, dos son para claustros, comisiones de noséqué, coordinaciones de esto y lo otro (trabajo que entiendo como secundario y generalmente poco aprovechado), y una es para preparar el trabajo semanal del niño con discapacidad, ¿se puede entender y aceptar que en dos horas deba preparar veinticinco clases?, ¿da igual prepararlas mal, o improvisar, porque son niños y no se enteran?, ¿soy muy raro, me quejo de puro vicio, y sólo tengo yo este problema?.

Las jornadas provinciales de educación física de Fraga han sido un tremendo placer.

En primer lugar, reencontrarme con mis compañeros del año pasado fue una gran alegría. He dicho mil veces que el año pasado fui un privilegiado: quizá principalmente en lo relacionado con los compañeros de trabajo.

En segundo lugar, conocí a un maestro. Uno de esos a los que uno mira, admira, lee, e intentar seguir en el día a día de la escuela. Ya tenía la suerte de recibir sus consejos electrónicos y postales de vez en cuando. Ahora la suerte ha sido conocerle personalmente.

Y, como colofón, disfruté de las palabras de Paco Lagardera, uno de esos nombres que sueles leer en artículos y libros varios. Escuchar a una persona ya con cierta edad hablar con semejante entusiasmo e ilusión, incitando constantemente a leer, aprender, luchar y mejorar, hizo que saliera de la ponencia con ganas de ponerme a trabajar inmediatamente, con ganas de ser mejor.

Fruto de esta charla acudí a la librería de turno y compré dos libros recomendados por el señor Lagardera: Léxico de Praxiología Motriz, de Pierre Parlebas (que creo será, ya lo es un poco, la referencia que guiará la educación física que daré en los próximos años), y La Naturaleza Humana, de Jesús Mosterín (qué narices vamos a enseñar si no sabemos siquiera qué somos). Puestos a gastar los últimos euros supervivientes a un duro mes, compré también dos libros de Eduardo Punset y otros dos de Alex Grijelmo. Del primero siento grandes ganas de leerle y conocerle, a pesar de la extraña situación de apadrinar un programa en TVE (pseudorealityshow creo) donde se utilizan niños con algún estúpido pretexto. Del segundo, presidente de la Agencia EFE, escuché hace años La Seducción de las palabras e intenté comprarlo, pero perdí su pista.

Seré sincero y diré que la auténtica guinda del pastel fue conocer un poco mejor y poder compartir muchas palabras con la mejor referencia en educación física. Un lujo poder disfrutar de su inmensa generosidad al compartir sus cosas, su conocimiento. Una maravilla también observar muestras de su trabajo diario en clase (“…hay que hablar de teoría desde la práctica…”), donde sorprende la dimensión que pueden adquirir algunas situaciones y propuestas hechas en la escuela por personas como él. Y, además, mientras tanto, es capaz de hacerte sentir necesario y útil, mostrarse él agradecido, mientras lo único que uno buenamente hace, siendo tan poca cosa, es intentar poner la oreja cerca y aprender. Por ello, Alfredo, muchas gracias.

jueves, 28 de septiembre de 2006

DESPIERTA Y LEE.

Tomo prestado el título del libro de Fernando Savater. Y lo utilizo porque espero que sea una voz que resuene mucho tiempo en mi cabeza. También en la mis alumnos.

Debiera contar cosas sobre la escuela, sobre cómo hoy hubiera dado una patada en el culo a algún niño exaltado, y de las Jornadas de Educación Física de Fraga que comienzan mañana. No puede ser. Mi cabeza está ahora en otro sitio.

El trabajo ya estaba hecho, mi rodilla sigue maltrecha, así que la tarde invitaba a la lectura. He continuado con El Convoy de los 927.

Hace unas semanas preparé unas fichitas para incluir en cada libro leído con el fin de rescatar esas ideas que sorprenden y emocionan, de guardarlas y mantenerlas a la vista. Esta tarde he agotado la ficha de este libro. Cada página ha sido un sobresalto, un lamento, un suspiro, y, ante todo, una gigantesca pregunta, un por qué.

No sé qué decir. Ha habido páginas que han invitado a asomarse y saltar a alguna que otra lágrima. Varias escenas y momentos cuya sola evocación me producía un torbellino, o tormento, en la cabeza. Viajes a ninguna parte; familias separadas que ven alejarse al otro para siempre, hacia la muerte; tratos infames; muertes lentas; agonías; sufrimiento cruel y despiadado; diez años peleando con unos y huyendo de otros, sufriendo a cada uno; fascismos de todo tipo; hambre, sed, enfermedad, miseria; miedo, mucho miedo.

Sólo puedo añadir que desde mi humilde posición y condición invito a cada persona a que lo lea. Quizá por los testimonios en primera persona, quizá simplemente por los crudos hechos, o tal vez por mi falta de experiencia en la vida y por la fascinación que ejercen esos acontecimientos tan cercanos en el tiempo, la cuestión es que el libro no supone un rato de esos que invitan a pensar y a decir ay qué pena, sino que directamente sitúa al lector ante algo que provoca un desbarajuste en la cabeza, que reordena algunas escalas morales y prioridades, y presenta, tal cual, lo más ruin, miserable, y despiadado que conozco sobre el ser humano.

Juzguen ustedes.

martes, 26 de septiembre de 2006

MONTAÑAS E INMIGRANTES DESGRACIADOS.

En la página de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón leo esta opinión: “Soy ganadero de montaña, uno de los que no somos "la totalidad de ganaderos en contra del oso", como comentan los que dicen representarnos en la absurda "Mesa del Oso". En mi valle hay oso y yo estoy orgulloso de ello (…). Escribo estas líneas porque lo del otro día colmó el vaso de la ignorancia. Una osa y su osezno han sido vistos por Castanesa y Montanuy. Y leo con estupor el titular: “El ganado y el oso son incompatibles”. Lo he oído muchas veces, pero lo que diga gente dispuesta a que destrocen su precioso valle, ampliando Cerler, y construyendo todo lo que se pueda... es una pena. Eso sí que es incompatible con la ganadería. Pero, por lo visto, les da igual. Pueden estar tranquilos con el oso porque, por desgracia, nunca podrá vivir allí”.

Respecto a la inmigración, ayer me quedé con las ganas de comentar la posición suiza; no lo hice porque el artículo ya era demasiado largo. En referéndum, los suizos han aprobado unas nuevas leyes relacionadas con la inmigración. Seré breve. La ONU la considera “racista y xenófoba”, y, además, la ley limita la inmigración de ciudadanos extracomunitarios a personas altamente cualificadas y que demuestren que su actividad “servirá a los intereses económicos de Suiza”. Considero inconcebible señalar de forma tan manifiesta estas dos categorías de inmigrantes, y prohibir, tal cual, la entrada al grupo de los desgraciados.

Se agrava ese sentimiento que tuve el año pasado de ser el protagonista de ese número de circo consistente en mantener girando simultáneamente varios platillos sobre unas picas, o palos. Con criaturas tan pequeñas, mi labor en período lectivo se resume en girar un platillo con suficiente fuerza para que dure un buen rato, y, corriendo, volver a girar los otros platillos que están a punto de pararse. La cuestión es que estos platillos duran muy poco tiempo girando, comparados con los más mayores del año pasado, y, de momento, algunas clases están acabando con tales platillos todos rotos por el suelo.

Las actividades duran mucho menos de lo que tengo previsto a priori, y a ello se suma que los ritmos y grado de comprensión de los alumnos son extremadamente diferentes. Esto implica que me resulta muy complicado atender lo que cada alumno demanda en cada momento, plantear tareas apropiadas, ajustarme a sus niveles de atención, etc.

El jueves acudo a Fraga a las Jornadas provinciales de educación física. Tengo una gran ilusión de reencontrarme con compañeros del año pasado, y disfrutar un par de días de ese placer consistente en escuchar a otros en vez de hablar y hablar uno mismo sin parar.