martes, 15 de enero de 2008

VARIEDADES VARIADAS I: RUIDOS Y DISCAPACIDAD LIMITANTE.


Quizá algún visitante haya dado alguna vez clase de Educación Física con un conjunto magnífico de grúas, remolques, excavadoras, etc, en plena tarea a dos metros del patio de la escuela. Seguro que comprenderá el enfado que supone ese ambiente en una clase donde la comunicación, la concentración y atención, son tan importantes. No hablemos del clima que se crea con tal ruido, bien ajeno al pretendido. Y la afonía ya el lunes.

Hoy el Comité Olímpico Internacional ha negado a Oscar Pistorius la posibilidad de participar en los Juegos Olímpicos 2008 de Pekín. Este atleta discapacitado perdió sus dos piernas al nacer y desde entonces posee prótesis. Sus fabulosas marcas le han llevado a participar en algunas competiciones ordinarias con gran éxito, pero siempre se ha topado con trabas de las distintas instituciones implicadas. Ahora el COI esgrime las conclusiones de un estudio de biomecánica que señalan los beneficios de las prótesis de fibra de carbono que utiliza el deportista.

La competición supuestamente ha de asegurar unas condiciones equitativas de los participantes, pero hay algo en el fondo de la noticia que no acaba de encajar en mis retorcidos esquemas mentales. Por una parte, el deporte de élite actual puede considerarse cualquier cosa excepto natural, por lo que quizá este hombre con sus prótesis fuera el menos artificial de los participantes en su prueba de 400 metros. Y por otra parte, las reiteradas bondades atribuidas al deporte paralímpico parecen no cuadrar en este caso. Parece que la integración, superación, etc, etc, blablabla, está muy bien mientras no interfiera y afecte a la inamovible estructura del deporte de élite ordinario, a sus instituciones y las empresas privadas que sostienen la estructura. Me suena a un “intégrate y progresa, pero no te pases”. Pienso que los beneficios atribuidos a las láminas de carbono (hay que ver lo que da de sí este material) pueden ser compensados por la tragedia de vivir sin piernas toda la vida y deber sobreponerse a ello. Tras esto, la categoría paralímpica me parece que se convierte en una especie de caja estanca donde apartar a los discapacitados, independientemente de sus capacidades auténticas. Quizá esté generalizando demasiado partiendo de un acontecimiento muy particular, pero creo que supone un posicionamiento por parte de las instituciones con gran significatividad.