Tras este parón gordísimo en el asunto escritor, ya es buen momento de volver a lanzar palabras al viento.
Con la llegada de los niños a la escuela, han vuelto el griterío y la alegría, y también muchas ideas que esperan ser escritas.
Por no dejar un escrito sin, al menos, una duda: no sé si tiene una pizca de sentido seguir escribiendo cuando el fin del Mundo está tan cerca: los indicios rebosan sobre la realidad. En el peor de los casos quedará el consuelo en la alegría de los actos irracionales e impulsivos.
Por no dejar un escrito sin, al menos, una duda: no sé si tiene una pizca de sentido seguir escribiendo cuando el fin del Mundo está tan cerca: los indicios rebosan sobre la realidad. En el peor de los casos quedará el consuelo en la alegría de los actos irracionales e impulsivos.
Calentamos los dedos y comenzamos.
Buen día!