martes, 7 de noviembre de 2006

LA TIERRA Y EL ESPÍRITU SANTO.

No sé si es de santos o de tontos, pero, desde las catacumbas tecnológicas, llevo noventa minutos intentando colgar estas ya agotadas palabras. Quizá las vean más flacas que cuando las escribí.

Quico, mi añorado jefe de estudios, suele decir que hay gente para todo. Pensaba en esto cuando he descubierto hoy que una buena mujer se dedica profesionalmente a dar abrazos. Pues sí, gente para todo (Y los que guardaban horas de fila para recibirlos…).

Mando una nota para el departamento Provincial de Educación. En ella les pido tres armarios con puertas de cristal para colocar dignamente la humilde colección naturalista que tenemos en curso. El viernes llamé a diferentes secciones hasta que di con los encargados de estas cosas. A varios les dio la risa floja ante mi petición y el último me dijo que no esperase estuviesen en la escuela antes de marzo. Quizá me costara menos aprender a soplar vidrio y el oficio de carpintero, pero tendremos paciencia.

Con los niños hemos acudido a la biblioteca para aprender a manejar una enciclopedia en el ordenador. Han buscado información para sus trabajos y han descubiertos tantas cosas que la clase ha transcurrido entre continuas exclamaciones de asombro y sorpresa. Recuerdo de este verano varias lecturas que hablaban de la tragedia que supone perder esa capacidad de asombro de los niños.

También he tenido una experiencia desagradable. Tiene relación con la asignatura de religión y con la de alternativa a la religión. Me pregunto cómo en la escuela laica la alternativa está representada por la no religión. ¿No debería ser la religión la alternativa?. ¿Por qué no se les cae la cara de vergüenza a quienes proponen y justifican el currículo de la asignatura de alternativa a la religión?. Mientras ocho de mis nueve alumnos dan religión (por cierto, tela marinera…; ya me explicaré algún día), yo estoy sólo con un niño. Y el abanico de contenidos abarca talleres de prensa, de teatro, de cultura aragonesa, etc. ¿Por qué no un taller de corte y confección?. ¿Qué pintan ocho niños hablando de si el espíritu santo era un palomo o un gorrión mientras yo trato con el pobre ateo el dance tradicional de la Ribagorza norte?. Es tan obvio que se trata de un parche para ir tirando mientras nadie levante la voz que no entiendo como se sostiene tal situación. ¿No parece evidente que la religión incide sobre una dimensión de naturaleza diferente a la escolar?, ¿no se entiende el disparate e insulto que supone tener a los no religiosos con unos talleres-pasatiempos mientras sus compañeros alimentan el alma?. ¿No sería más lógico y mejor para todos sacar esa asignatura al tiempo extraescolar, de forma que acudan los realmente interesados, y los otros puedan tranquilamente hacer algo más productivo que los inútiles talleres?.

Leo cosas sobre ciencia y me da una envidia infinita observar campos de estudio donde el progreso no depende de intereses políticos, ni de concursos de la tontería más grande, sino que todo avanza al ritmo de estudios, de evidencias, de trabajo objetivo y eficaz. Vamos, que se observa que, rápido o despacio, siempre se avanza. Aquí no: ahora la religión dentro, mañana fuera, pasado quién sabe. Y bueno, estoy ya preparado para la asignatura que se avecina de educación cívica. Ya me imagino…Manolito, dime las trece normas para ser buena persona y los siete principios de respeto al prójimo. En fin Pilarín…

Estos días buscamos noticias sobre fauna y medio ambiente para tratar por la mañana, de forma que las podamos relacionar con nuestro contenido actual de conocimiento del medio. Desgraciadamente no encontramos nada más que atropellos medioambientales y especies que languidecen trágicamente. Pero hombre, todo debiera tener un límite: estoy anunciando un paisaje a mis alumnos que menos mal no son capaces aún comprender plenamente, porque igual comenzaban a coger bajas por depresión. Hoy leemos en la prensa nacional acerca de un estudio según el cual se augura el agotamiento total de la pesca en 2048. Como todo: los ciudadanos del grupo B (la mayoría, quiero decir) leen esto, o lo ven en la tele, justo al lado del negrico con las moscas, se tragan medio filete, tiran a la basura el otro medio, y repasan el resto de noticias importantes en el 10 Minutos. Y los del grupo A (los de las redes, o la recalificación, o la superurbanización) siguen ordeñando la vaca sin pensar más allá de las ubres que tienen ahora sujetas. Pero…¿cómo somos tan tontos?. El planeta hace aguas, y todos posamos en la foto con una sonrisa a medio camino entre la ignorancia, la indiferencia, y la total falta de sensibilidad hacia la vida.

Por cierto, hablando de carroñeros, otra noticia sobre la ampliación de Cerler. Los vecinos del próximo pueblo arrasado por ARAMON, Montanuy, han presentado hoy más de quinientas alegaciones en las que tratan de expresar que es inminente el fin del lugar, de las tradiciones, de la ganadería, de la naturaleza. El alcalde, a su vez, dice que tranquilos, que la recalificación afecta a sus terrenos, pero de casualidad. Ni se había dado cuenta el infeliz. Que los analfabetos ganaderos y resto de trabajadores se callen, que él, como otros tantos salvadores, va a llevar la civilización y la prosperidad al lugar. ¿Cómo habremos podido sobrevivir sin ellos?.

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