Con los últimos suspiros de energía del día, puedo teclear que ha sido una semana memorable en la escuela. Aquellos que sean maestros sabrán el valor de esta afirmación cuando ésta era la semana de reuniones de evaluación, entre otras tareas. Cuando me jubile, si tengo la suerte de ello (cada día vivido como si fuera el último...), recordaré este tiempo como aquel en que tuve la fortuna de compartir trabajo con muchos de los mejores y más involucrados maestros con los que se cruzó mi camino.
Maestros hasta los huesos que lloran la ausencia de un alumno el curso próximo. La suerte de un trabajo en el que todo el mundo hace horas extras a cambio de nada (material, se entiende) por auténtico amor a la profesión, a los niños.
Cuando duerma un poco me explico mejor.
Maestros hasta los huesos que lloran la ausencia de un alumno el curso próximo. La suerte de un trabajo en el que todo el mundo hace horas extras a cambio de nada (material, se entiende) por auténtico amor a la profesión, a los niños.
Cuando duerma un poco me explico mejor.