jueves, 29 de marzo de 2012

MAESTROS DE PRIMAVERA.

El precioso camachuelo se estampó contra un cristal de ignorancia, pero le salvó un hada y ahora ya estará pensando en sus pollos

Siempre fui un poco lento. Ya casi llegamos a abril y empiezo a encontrarme en buena forma pedagógica.

“Freeland es un país situado no me acuerdo dónde. Hasta hace muy poco gobernaba un dictador, pero se ha muerto por un mal de amor y ahora, debido a las manifestaciones de los habitantes, el sistema de gobierno que se va a implantar es…” Así comienza un tema de conocimiento del medio dedicado a la organización del estado. Pensé cómo hacer de él un tema interesante, por lo que planteé a los alumnos una pequeña historia donde ellos deberían constituir partidos políticos, redactar sus programas, dar charlas, elecciones, constituir las cortes legislativas, etc. Como en otros trabajos un poco arriesgados, que van desarrollándose sin el absoluto control del maestro, sentía temor por los derroteros que tomara, pero los resultados están siendo soberbios. Están trabajando en ello niños de segundo hasta sexto, y el proceso está permitiendo el aprovechamiento adecuado para cada grupo de edad. En torno a esta actividad cobra gran importancia la reflexión sobre la situación social (para plantear medidas en el programa de cada partido), la capacidad de síntesis y de expresión oral en las charlas, el debate con los compañeros. Además, hay conexiones con otras áreas como matemáticas (elecciones: recuento, porcentajes, etc), o plástica (diseño de logotipos, carteles de publicidad). En las clases los niños expresan inquietudes muy interesantes, dudas sobre su trabajo que realmente tienen paralelismos con dudas a las que se enfrentarán en su vida adulta (¿y si nos votan no por las ideas sino por la imagen u otras cuestiones?, ¿y si un partido presenta medidas terribles pero recibe muchos votos?,…)

En general, la sensación, como casi siempre, es que, si aciertas con la presentación y la dinámica de trabajo, los niños son capaces de rendir intelectualmente de un modo sorprendente.

No tengo la menor idea cómo será el mundo que estos niños disfrutarán cuando sean adultos. Espero, cuando menos, que algunas de las reflexiones en las que se zambullen en la escuela les ayuden a vivir mejor. Y mientras tanto, por lo que pueda llegar, disfrutamos recorriendo juntos el curioso camino.

viernes, 23 de marzo de 2012

ESCUELA PÚBLICA EXCELENTE.

Cambiar de destino a la primera oportunidad es un gran desastre. Hay demasiadas cosas que se pierden por el camino. Entre mudanza y mudanza he ido dejando ideas, materiales, compañeros, complicidades, y unas cuantas energías en asuntos innecesarios.

Me encantaría ver crecer a los alumnos durante toda su escolaridad. Comprobar cómo evolucionan y maduran. De momento me conformo con fragmentos de dos años. Me asomo, veo un pedazo de realidad y me voy.

Por distintos azares, los alumnos de mi clase del año pasado se han quedado una semana y algunos días sin maestro. El perjuicio para los niños es terrible, pues a ese tiempo sin profesor habrá que sumar los necesarios días de aterrizaje para el recién llegado. En una escuela pequeña no hay maestros que puedan suplir la falta de un compañero.

Durante el curso hemos compartido entre su aula y la mía algunas actividades, como lecturas, películas, …, y siempre he sentido una gran lástima de no poder pasar más tiempo juntos. Así, decidimos que estos niños se quedaran en mi clase hasta la llegada de la nueva incorporación.

¿Por qué cuento todo esto? Creo que por lo siguiente: esta semana he disfrutado enormemente de mi clase ampliada: ¡una clase rural de casi quince niños! La relación con los alumnos del año pasado es estupenda, así que poder retomarla durante estos cinco días, apreciar su madurez ganada, ha sido una suerte. Escribiendo, leyendo, haciendo bisectrices o diseñando un agresivo programa electoral…

… hemos sido bien felices esta semana.

Me despido con una frase. Hace unos días recibí un correo, y el maestro que lo escribía se despedía así: “…y recordarnos que trabajamos en la escuela pública y que debemos tender siempre a la excelencia”. Por razones astronómicas y filosóficas, que es aproximadamente lo mismo, debemos sentirnos muy afortunados de nuestro trabajo. Cada instante.

domingo, 18 de marzo de 2012

LAS FUNCIONES DE UN MAESTRO.

En la obra Ensayos Impopulares de Bertrand Russell, hay un capítulo dedicado a las funciones del maestro. El libro es de 1950, por lo que extrapolar algunas ideas hasta la actualidad puede resultar engañoso y seguramente no transmitiría la intención real con que las escribió el señor Russell. De todos modos, con las debidas precauciones, creo que hay fragmentos que sí pueden suponer un buen estímulo para la reflexión actual. Como curiosidad, me alegra pensar que seguramente Bertrand Russell no comprendería buena parte de decisiones importantes que se están tomando en torno a la escuela y que están cambiando notablemente las atribuciones de los elementos que la integran. Estoy seguro que otorgaría una importancia máxima a la formación y la responsabilidad del maestro. Lo que, considerado en una de las mentes más brillantes del pasado siglo, no es poco.

A continuación, algunos de los citados fragmentos:

"Es una profesión con una amplia y honorable tradición, que se extiende desde los albores de la historia hasta tiempos recientes, pero cualquier maestro del mundo moderno que se permita sentirse inspirado por los ideales de sus predecesores está expuesto a que se le recuerde bruscamente que su función no consiste en enseñar lo que piensa, sino en inculcar las creencias y prejuicios que sus empleadores consideran útiles."

"Un sentimiento de independencia intelectual es esencial para el adecuado cumplimiento de las funciones del maestro."

"Pero los gobiernos han visto que es fácil, mientras se imparte educación, inculcar creencias sobre cuestiones debatibles y producir hábitos producir hábitos mentales que pueden ser convenientes o inconvenientes para los que ejercen autoridad."

"Por lo que respecta al conocimiento, un hombre tendría que tener conciencia de la pequeñez de sí mismo y de su ambiente inmediato en relación con el mundo en el tiempo y en el espacio. Tendría que ver a su propio país no sólo como el hogar, sino como uno de entre los países del mundo, todos con igual derecho a vivir, pensar y sentir. Debería ver su propia época en relación con el pasado y el futuro, y tener conciencia de que las controversias de la misma parecerán tan extrañas a eras futuras como las del pasado nos lo parecen ahora a nosotros. Adoptando un punto de vista más amplio aún, tendría que tener conciencia de la vastedad de las eras geológicas y de los abismos astronómicos; pero tendría que tener conciencia de todo esto, no como un peso para aplastar el espíritu humano individual, sino como un vasto panorama que ensancha la mente que lo contempla."

"Ningún hombre puede ser un buen maestro a menos que tenga sentimientos de cálido afecto hacia sus alumnos y un legítimo deseo de inculcarles lo que cree de valor."

"Tendría que existir mucha más libertad de la que hay para la profesión de educar. Debería haber más oportunidades de autodeterminación, más independencia de la intromisión de burócratas y fanáticos."

"El maestro, como el artista, el filósofo y el hombre de letras, sólo puede realizar adecuadamente su trabajo cuando se siente como un individuo dirigido por un impulso creador interno, no dominado y aherrojado por la autoridad exterior."

miércoles, 14 de marzo de 2012

SOLEDAD ASTRAL. ENSOÑACIONES Y OTRAS MENTIRAS.

Cuando comencé a tener fiebre hace unos días la segunda o tercera cosa que hice después de maldecir mi salud fue alegrarme por la previsible llegada de un momento de lucidez mental que suelo tener en estos periodos. Recuerdo mi fiebre del año pasado, más cordial y cercana, que en pocos días me hizo acabar escribiendo no sé que historias a las cuatro de la madrugada. Ahora no sé donde estarán esas palabras y, bien pensado, quizá la supuesta lucidez sea realmente un pequeño momento de delirio donde las miserias e ideas endebles se muestran lascivamente importantes.

En todo caso, aún renqueante, la revelación pudiera estar al llegar.

Sí ha sucedido que con las subidas y bajadas de temperatura, con los efectos de las maravillosas drogas-medicina, con el dormir a ratos y la vigilia a deshoras, la realidad (lo que percibimos de ella, ya me entienden) se ha mostrado de un modo fragmentado muy divertido. Cada día se ha configurado con unos cuantos pedazos de realismo y una buena cantidad de retales de ensoñaciones. Este es otro gustazo agradecido a la fiebre: la desatada actividad onírica: esta noche un doctor quería añadir a mi vacuna para la alergia una pequeña cantidad de escorpión molido. Además, el doctor olía de maravilla y resultaba tremendamente atractivo. Poco después, unas motos que seguían el Tour de Francia se han desviado para introducirse en un río que les acababa cubriendo por completo. Seguían y al poco rato se reincorporaban a la prueba. Se generaba una gran preocupación por la afectación del frágil ecosistema fluvial.

Contaba lo de la realidad fragmentada. Tan sólo quería mostrar algunos de esos fragmentos:

En primer lugar les anticiparé un problema que me ronda y al que atribuyo la responsabilidad de mi enfermedad: los colores. Llevo semanas dando vueltas al asunto de la inexistencia de los colores. Los colores como producto mental del hecho físico de la naturaleza ondulatoria de la luz y de las propiedades de los cuerpos que la reflejan. Miren alrededor. Yo ahora veo unas casas, algunos pinos heroicos, y unas montañas lejanas con sus aerogeneradores. ¿Lo imaginan sin color? Si intento imaginarlo me pasa como con la muerte: me mareo y tengo que buscar otro asunto que me distraiga. Los físicos son gente peligrosa. Más que los mercados financieros y los grandes especuladores.

"Va a actuar como dique de contención para que no se siga destruyendo empleo. La reforma va encaminada a aumentar la empleabilidad de las personas". No sé dónde he escuchado o leído esto, pero lo apunté como pude en un trozo de pañuelo de papel. Cuando oigo a las compañías telefonistas hablar de portabilidad, aún no sé qué quieren decir. Imaginen si estoy lejos de entender la empleabilidad de las personas. Me imagino un chiste de El Roto donde un señor con bigote y un puro encaja personas en una especie de tetris gigante. Al lado hay un cubo con las piezas rotas o las que tienen poca empleabilidad.

En otro momento también atrapé una frase de Gandhi. En este caso lo trajo un Gurrión de Labuerda (¿sabría el pájaro de la cita anterior?). Me la guardé también: “He aquí las cosas que nos destruirán: la política sin principios, el placer sin conciencia, la riqueza sin trabajo, la sabiduría sin carácter, los negocios sin moral, la ciencia sin humanidad”. Recuerdo un pensamiento pasado, era sobre el progreso, sobre su inexistencia, y su naturaleza de ilusión mental asociada, quizá, al paso del tiempo. Esta cita y lo que se muestra hoy al contemplar el mundo lo corroboran.

El maestro. Hace tiempo que me arrepiento de lo que me toca en no tener más amigos. Ahora me encantaría tener veinte o treinta de ellos con los que cenar cada día y escucharles sus explicaciones sobre la vida. El caso es que uno de los que sí tengo me regaló un trocito de vídeo con José Luis Sampedro. Y eso es un regalazo. Reescribiría cada una de sus palabras, pero me conformo con una frase sencilla y que me pareció de plena vigencia en este tiempo de contradicciones entre la libertad absoluta o su absoluta ausencia: “Desde el principio nos enseñan a creer en lo que dicen las autoridades y luego a razonar sobre lo que hemos creído… no, no, la libertad de pensamiento es al revés: primero razonar, y luego creeremos en lo que nos haya parecido bien de lo que hayamos razonado; si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor

El penúltimo fragmento para J.A. Labordeta. El Rolde de estudios aragoneses ha editado un homenaje para esta persona con parte de sus colaboraciones en esta publicación, con algunas entrevistas y con textos que hicieron sus amigos tras su muerte. He leído varias ideas valiosas. Una con la que podré explicar un sentimiento hacia muchos ya muertos: “José Antonio, te has ido antes de hora, como todos los grandes”. Nunca había caído en la cuenta de que para estas personas aún una vida de 150 años nos resultaría escasa. En segundo lugar, una frase bien amiga de este blog: “cuando me asomo a la ventana y miro hacia fuera, todo me parece absurdo. Y el absurdo de la vida es algo demasiado demoledor”. Y lo gordo, un pensamiento que asusta: por venir de quien muchos consideramos la referencia en honestidad intelectual y por, quizá (¿les ocurre?), identificarnos con él: “las actitudes fundamentales de quien se enfrenta a la vida de un modo racional son: o pegarte un tiro (que es la actitud más consciente y más heroica), o colaborar en todo tipo de iniciativas de un modo activo (o sea, meterte en una especie de vorágine, de actividad continua), o retirarte (al desierto, a donde sea, y prepararte para una supuesta vida futura)” (ROLDE, 1983)

Para cerrar esta ventana sobre la inexistencia y la irrealidad (¿es lo mismo?), otra idea robada al vuelo y apuntada a la carrera. De otro que deberá vivir, al menos, 150 años, A.M. Molina: "El yo no es una figura sólida y estable sino un relato en marcha que la mente está contándose siempre a sí misma, una tentativa permanente por otorgar coherencia y continuidad al laberinto simultáneo de las operaciones cerebrales y a la multiplicación alucinante de los estímulos de los sentidos"

Hay mucho más, pero ahora debo retirarme y esperar la llegada de la fiebre, a ver si me espabila un poco.

El título SOLEDAD ASTRAL es otra expresión recogida de J.A. Labordeta.

jueves, 8 de marzo de 2012

FICCIONES REALES EN MUNDOS IMAGINARIOS.


Todos los miércoles realizamos una actividad de escritura. La propuesta busca promover la creatividad, la imaginación, el sentido de humor, la capacidad de explicar el mundo con palabras, finalmente. No es sorprendente pero sí llamativa la motivación de los niños hacia la actividad, que es esperada con ilusión cada semana. Este ambiente de interés redunda también en otros aspectos específicos como la caligrafía, ortografía, coherencia sintáctica, …, pues están realmente interesados en hacer una buena producción y muestran interés real hacia los elementos anteriores. No descubro nada, claro: simplemente se ha generado una situación donde los alumnos perciben la necesidad y funcionalidad de un buen uso del lenguaje. Así, constantemente preguntan sobre la escritura correcta de palabras, el sentido de las oraciones, etc. Hoy incluso ha costado mantener el silencio y la concentración en la tarea, pues el tema propuesto ha dado lugar a que surgieran muchas opciones para comenzar y para contar a los compañeros, por lo que no había manera de arrancar.

Las propuestas que lanzo cada semana tienen orígenes variados: alguna idea surgida de una lectura personal, una copia a nuestro maestro de cabecera (que no nombro por no aburrirle), un libro que leemos en clase y nos muestra algún camino especial para indagar o, por ejemplo, como esta vez, la sección de taller de relato de El Ojo Crítico de RNE que ya nombré aquí hace unos días.

Resumiendo, hoy cada alumno se ha dedicado a buscar una historia de ficción de una película, serie o un libro que todos conociéramos, comenzar su planteamiento y decidir el momento en que decidiera incluir un elemento real: él mismo. A partir de allí desarrollar el nuevo y sorprendente curso de los acontecimientos (otra opción es la contraria: introducir un elemento de ficción en un contexto real. Imaginen que Caperucita se cruza hoy en sus vidas) La dificultad puede radicar en averiguar si un personaje es real o imaginario: suceden tantas cosas cada día que parecen ficticias… no sabría si considerar a Ana Botella como real o imaginaria, o si será ficción la propuesta turolense de considerar las corridas de toros como patrimonio de la humanidad.

He empezado a escribir estas líneas a unas horas bien imprudentes para contar lo que ha sucedido a continuación. Los niños han comenzado a hacer propuestas en voz alta (a pesar de mi indicación de lo contrario para guardar la sorpresa hasta el momento de leerlo) y allí he sentido que se desataba una batalla entre dos fuerzas. En unos casos las propuestas tenían que ver con el mundo edulcorado y vacío de los programas o series que gobiernan la percepción de los niños durante varias horas cada día, pero, frente a esto, han surgido títulos relacionados con libros y películas con los que nos hemos relacionado durante el curso. Ha sido curioso porque, mientras iban cantando unas y otras opciones, yo estaba viendo con claridad esos dos mundos que se reflejaban en sus palabras y que chocaban frontalmente. He sentido cierta alegría porque, a pesar de ser una lucha desigual, estaba comprobando que los niños también pueden nombrar con entusiasmo una idea recogida en un libro de Dickens, en una poesía, o en una película que nos hizo pensar o nos emocionó. La pena es que también se percibe que no sería tan difícil promover cierto gusto por la cultura, por el pensamiento.

Mañana lo leerán en clase. Yo, que me sigo creyendo capaz de decirles si lo han hecho bien o mal y cómo pueden mejorar, trataré de ayudarles para que utilicen mejor las palabras y el pensamiento que surge, o se refleja, en ellas.