miércoles, 8 de septiembre de 2010

HORMIGA BUSCA HORMIGUERO DONDE TRABAJAR A TIEMPO COMPLETO (UNA VEZ MÁS)

Cabeza de chorlitejo mirándonos. Qué majo y qué bonito



Ya es miércoles. Ya estoy donde tan cansinamente he decidido estar. Durante el primer día de soledad inevitablemente se deslizó por la cabeza un pensamiento en forma de “pero, a estas alturas de la vida, qué necesidad tiene uno de semejantes vaivenes”.


La escuela ya ha comenzado. Y es tan diferente a lo que había programado en mi cabeza que ando un poco sorprendido. Este curso, el departamento correspondiente nos ha regalado cuatro días para reunirnos, organizar, programar, …, antes de que comenzaran las clases con los niños. Y digo “regalado” porque para hacer un trabajo pobrecico de apenas cuidar a los chicos no hace falta más días, ¿no? La realidad es que me parece una falta de respeto notable hacia los clientes del negocio, que son los niños. Prefiero y veo más coherente comenzar a trabajar en agosto para contar con siete días o más para realizar las labores de preparación propias del curso que comenzar a trabajar el día uno y el siete recibir ya a los alumnos (si quitamos el fin de semana, cuatro días de trabajo previo a las clases) En todo caso, mentes brillantes cobran por tomar estas decisiones. Nuestra labor de hormiga es otra.


Por cierto, hace tres días contemplé el cielo más sobrecogedor que he tenido la fortuna de observar en, creo, mi vida entera. Me cogió desprevenido y sin trípode para seguir haciendo intentos de fotos cósmicas, pero quedó bien grabado en la memoria. Además, ya sabemos por donde caminaremos y dormiremos con Ojos de Luz y el perrico Tastavín en nuestra próxima excursión filosófica y trascendental. Será por un camino lleno de fantasmas, piedras, y vidas que ya no están aquí.