sábado, 25 de diciembre de 2010
CAZANDO PETIRROJOS.
jueves, 16 de diciembre de 2010
TENER UN HIJO (PASO PRIMERO) Y EDUCARLE.
lunes, 13 de diciembre de 2010
DOLOR CORPORAL E INCOMPETENCIA PARA ASUMIR EL MUNDO QUE ME RODEA.
Les indicaré antes de que se decidan a continuar que hoy es un muy mal día y que este es un escrito con intención claramente liberadora y catártica.
Nunca he tenido muy claro hasta dónde debe llegar la implicación de un maestro. Nadie explica esto nunca. Más aún, nunca he tenido claro hasta dónde debe llegar la implicación de una persona. Tampoco nadie explica esto nunca. Bien comprenderán que en la convivencia con mil niños y mil familias surgen mil situaciones complicadísimas de abordar que pueden suponer mucho esfuerzo, una exigencia emocional extenuante, y que fácilmente, al intentar mejorarlas, pueden generar problemas tan importantes como los hipotéticos beneficios. Hay personas, afortunadamente muchas a mi alrededor, que tienen muy claro su compromiso a la hora de luchar por distintas causas y trabajan por ellas ajenos a todos los contratiempos y dificultades. Y este no es mi caso. Cada vez que trabajo con esfuerzo e ilusión por algo que considero necesario y beneficioso para los niños o para otras personas y encuentro incomprensión, zancadillas, comentarios negativos subterráneos y gratuitos, e incluso alguna burla, no tengo la fortaleza para asumirlo y mantenerme ajeno. Al contrario, siento la terrible desolación actual, la desilusión más absoluta, y estaría dispuesto a cambiar de trabajo en este mismo instante en el que escribo esta letra, de ir a vivir a una cueva e incluso a la mismísima ciudad. No tener espíritu para liderar algunos cambios, para cambiar dinámicas prehistóricas, chocar cada día con pensamientos cerrados, es difícilmente asumible para el escritor de estas líneas, y supongo para cualquier maestro, cuando el entorno te enfrenta a diario a este tipo de situaciones.
A menudo escucho a otros maestros, a padres, a personas variadas, comentar sobre el trabajo aséptico del maestro que no se debe implicar en faenas ajenas a lo específicamente curricular, pues tal parcela concierne estrictamente a las familias. Por otra parte, cada día se bombardea a los maestros con información sobre la necesidad de trabajo en la escuela en torno a habilidades sociales, hábitos, aspectos emocionales, hábitos de trabajo extraescolar, …, y se ofrecen variadas posibilidades de formación al respecto. La idea inicial de este párrafo apunta hacia la ausencia total de implicación personal y la parte final exige una implicación del maestro hasta en las últimas células de su alma. ¿Y qué? ¿qué maestro tengo que ser? ¿qué demonios tengo que mejorar? ¿hasta dónde pelear por normas estúpidas, por inercias que se mantienen porque “yo lo encontré ya así”, por avances que apenas valoran y entienden dos o tres, por personas violentas e irrespetuosas que te hacen llegar a casa con ganas de echarte a llorar e ir a dormir?
Sólo sé, y mal, hacer de maestro, pero si encuentro a alguien que me necesite para alguna faena mecánica y relajada no dejaré de pensarlo.
Que comiencen bien la semana.
jueves, 9 de diciembre de 2010
PAISAJE CASTELLANO Y NIÑA QUE TEJE.
jueves, 2 de diciembre de 2010
ÍNDICES DE REFERENCIA SOBRE CARBONEROS QUE COMEN CACAHUETES.
El día a día también tiene anécdotas divertidas, como la llegada a la escuela de un paquete del banco BBVA que nos propone material para trabajar con los alumnos en torno a los valores. ¿No les está dando un desternillante ataque de risa?
Como decía, no cambio de profesión porque no sé hacer otra cosa y no conozco qué oficio podría desarrollar en una cueva. Además, llegar por la mañana a la escuela y ser recibido por diez niños sonrientes y felices en medio de un paisaje nevado es un gran argumento para olvidar la (gran) fuerza de las personas grises y enfadadas. Más aún si a escasos ciento cincuenta centímetros picotea la comida que colocamos en la asignatura de alternativa (ese difuso concepto...) un precioso carbonero, y todos podemos contemplarlo durante un minuto de silencio y alegría compartida.
Que tengan buen fin de semana y que los índices bursátiles les sean propicios.
martes, 30 de noviembre de 2010
MIRANDO AL CIELO.
¿No sienten la imperiosa necesidad de conocer cómo se formó el Universo? ¿no tienen obsesión por ese primer instante ocurrido hace trece mil setecientos millones de años? Más aún: ¡por el instante anterior! ¿un sistema nervioso de gama media y con treinta años de uso puede aún comprender y estudiar física?
Nueva hipótesis lanzada por Roger Penrose sobre un Universo que se destruye y da lugar a otro nuevo en un proceso ¿infinito?
¿Por qué los niños y adolescentes no ponen en sus carpetas fotos del señor Penrose o de Carl Sagan si son incluso más guapos que Ronaldinho?
miércoles, 24 de noviembre de 2010
SOBRE BANCOS.
Las obligaciones se amontonan, así que he decidido tumbarme un rato en el suelo con el perro Tastavín para meditar y reflexionar en torno a la existencia. Entre ronroneos más propios de un gato y agradecido por las caricias, me ha ido describiendo su manera de ver las cosas. Yo le miraba a los ojos y, créanme, estaba todo lo de acuerdo que se puede estar con un perro de menos de diecinueve meses de edad. Si el perro Tastavín se presentara a las próximas elecciones puedo asegurarles que nos guiaría con un criterio muy racional y coherente. Lastimosamente, cuando llegábamos a las claves que explicaban los asuntos más trascendentes, y probablemente a causa del masaje en el muslo derecho, el perro Tastavín se ha dormido.
lunes, 22 de noviembre de 2010
A OSCURAS EN LA CURVA.
domingo, 14 de noviembre de 2010
SOSTENIBILIDAD SOSTENIBLE SOSTENIENTE Y SOSTENIDA.
jueves, 11 de noviembre de 2010
CHORRADILLAS Y CHOCHINES.
martes, 9 de noviembre de 2010
CUANDO UN NIÑO TIENE SED, BEBER AGUA SUELE SER UNA BUENA OPCIÓN.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
NUEVAS EVIDENCIAS PARA PREPARAR EL APOCALIPSIS.
Hoy he intentado ser buen maestro y buena persona, he dado de comer a un perro terriblemente miedoso (sus palos le habrá costado) que algún tipo primitivo abandonó, he buscado trabajo a la persona con la mirada más bonita del sistema solar, y he construido un comedero para ayudar y observar seres alados en el crudo invierno. También he mirado varias veces al cielo para contemplar
Todo iba bien hasta que, incauto de mí, antes de ir a dormir he consultado el periódico El Mundo. Allí es fácil encontrar a personas como don Silvio el italiano. Dice que prefiere amar a la mozas que ser homosexual, o algo así. Qué quieren que les diga. Muchos siguen negando el fin del mundo inminente, me llaman agorero y cosas peores, pero es incuestionable que la existencia de tipos como este en cargos directivos, al igual que la inclusión de los toreros en el departamento de los escritores, alfareros, y escultores, es una señal inequívoca del apocalipsis más triste y decepcionante que uno puede imaginar. Quién pudiera acabar sus días con una magnífica explosión de una estrella cercana.
lunes, 1 de noviembre de 2010
OTRA VIDA EJEMPLAR.
La despedida esta vez sucedió bajo la centelleante caída de fina lluvia. No sucedió en ninguna ciudad americana de nombre sugerente. Se produjo en la oscuridad de la noche y sobre la carretera iluminada con luz amarillenta y mortecina. La carretera donde se estiraría el sentimiento que les unía hasta acabar rompiéndose una semana más. Y fue igual de dolorosa que todas las anteriores, aún con el recuerdo de los momentos mágicos donde sentían emociones difícilmente explicables.
Hoy he conocido a Lucio Urtubia (su vida y no a él, desafortunadamente) y me ha mostrado un buen ejemplo de vida utópica y luchadora (vidas dedicadas a pelear por un mundo mejor, por los desdichados; enfrentándose a los más poderosos y desalmados en el caso necesario). A medida que observaba nuevos datos, iba recordando otras vidas prodigiosas como las de los hermanos Carrasquer. Estas vidas, en un tiempo de opulencia, de acomodados, de apatía, son como bofetadas bien sonoras que nos obligan, al menos, a cuestionarnos nuestro compromiso ante las injusticias sociales.
En las últimas semanas he leído asuntos dispares sobre la primatóloga Jane Goodall, sobre algunas ideas filosóficas orientales, y sobre el citado Lucio Urtubia. En los tres casos, cada uno en su contexto, se exponen situaciones sociales, medio ambientales, humanas, …terribles, quizá ya irreversibles; pero, y esta es la coincidencia que me sorprende, todos coinciden en señalar la responsabilidad individual como la única posibilidad de cambio; todos apelan al cambio generado por conciencias individuales comprometidas. Pero quizá ahí radique la misma imposibilidad de luchar contra las injusticias y tragedias actuales, pues precisamente la inacción generalizada forma parte de la esencia misma del problema.
Realmente creo que hoy una actitud de compromiso y justicia hacia los demás y hacia la vida difícilmente puede acercarnos a un sentimiento utópico y positivo, pues conocer la actitud humana (relaciones entre poderosos y pobres; relaciones entre el hombre y el medio ambiente, ...) únicamente conduce a la desolación y la observación de una situación tan alarmante que probablemente ya no tiene solución. Hace tiempo que me llaman pesimista, pero es que sigo leyendo y leyendo, escuchando, y no consigo que nadie me ofrezca argumentos para lo contrario. Y por todo ello, además, sigo observando con admiración y perplejidad a las muchas personas brillantes que trabajan con empeño e ilusión cada día en busca de ese mundo más justo que buscaba Lucio Urtubia o los hermanos Carrasquer.
Que comiencen bien la semana.
viernes, 29 de octubre de 2010
SIN PÁJAROS EN LA CABEZA.
lunes, 25 de octubre de 2010
COMENZANDO DE NUEVO.
domingo, 17 de octubre de 2010
BUSCANDO LUZ ALTERNATIVA.
Bien es sabido por todo aquel que tenga algún parentesco con el mundo educativo, sea padre, madre, alumno, maestro, o simple aficionado al asunto, que la religión está presente con profundidad en la escuela. Está presente hasta el punto de formar parte de su cuerpo de contenido, y de ofrecer a los que no quieren cursarla la variopinta y colorista “alternativa a la religión”. Supongo que mis jefes departamentales tienen mejores cosas para ocupar el día que leer esto, así que les puedo confesar sin demasiado pudor que este apenas me he molestado en leer qué me ofrece el currículo para rellenar ese grano que le sale a la escuela en forma de “alternativa a la religión”. Otras veces las opciones tenían que ver con el folclore, los medios de comunicación, el teatro, …; puestos a estar desamparados prefiero buscar soluciones por mi cuenta.
Ya saben también lo curioso que resulta hablar de vida y evolución, de racionalidad, de espíritu crítico, cuando cuatro minutos antes los niños han estudiado la fe incuestionable, la creación en siete días, los abuelos Adán y Eva.
En todo caso, Ansó creo que supone una excepción respecto a la extraña imposición religiosa, y apenas un veinte o treinta por ciento de alumnos de cada clase cursan religión. De este modo, aún resulta más raro que un setenta u ochenta por ciento de alumnos tengan que buscar una alternativa a algo que parece muy extraño, del mismo modo para un ateo que para un convencido devoto, en el tiempo escolar.
En la mínima reflexión que el agitado comienzo de curso permitió pensé que, si los niños religiosos y su maestro iban a tratar de acercarse a su dios durante el curso, quizá una buena opción para los ateos y su maestro consistiría en tratar de acercarse a la realidad que nos muestran los sentidos, a la naturaleza, y rellenar un cuaderno de campo naturalista. Después de ver algunos ejemplos en Internet o en libros (joyas artísticas como las de José Antonio Sencianes, Santiago Osácar, los cuadernos de campo históricos recién publicados de Doñana, las andanzas juveniles de G. Durrell, …), hoy hemos comenzando saliendo al monte y tratando de reflejar en nuestros cuadernos aquello que nos llamaba la atención del entorno natural circundante. Un abeto, un nogal ya sin hojas, un fruto del escaramujo, la montaña entera majestuosa, el vuelo al modo de una cometa del milano real, etc. Otras veces serán unas huellas, unos petirrojos, o unos gorgojos. Una labor donde prima la observación y la quietud, facetas difíciles de conseguir en niños muy menores de edad, pero que ha dado lugar a una bonita actividad con resultados favorables e interesantes.
Que tengan un buen miércoles.
SI ALGUIEN ENTIENDE ALGO...
Un camarero que sirve mostos mientras alterna poemas propios con los de un autor ruso, recita proverbios y máximas a la vez que niega la tortilla de patata del domingo.
Un sendero de vegetación densa saturada de color y, en la cima, un viento gélido rasgando la piel.
Un gurú exfotógrafo con su grupo de seguidores haciendo sus ejercicios en la buhardilla.
Un amor que viene y va.
Niños que ríen, corren, saltan y gritan, que recuerdan días pasados con sorprendente viveza y cariño.
Sólo cuarenta horas. Así es imposible que alguien entienda algo.
jueves, 14 de octubre de 2010
OCURRENCIAS PARA UN APOCALIPSIS ENTRAÑABLE Y DIVERTIDO.
lunes, 11 de octubre de 2010
OTOÑO, MELANCOLÍA DORADA DE ENCUENTROS Y DESPEDIDAS.
Hace varios días que llueve. Fina y persistente lluvia que poco a poco va cambiando los colores de la vida hasta llevarlos a la desnudez otoñal. Vivir en la escala rural, la de las cosas pequeñas y naturales, significa sentir muy cerca numerosas sensaciones que los años pasados la inmensidad urbana me había hecho casi olvidar. Desde casa y desde la escuela veo cada noche a Júpiter y varios de sus satélites, escucho el canto de los abundantes cárabos, observo cada día el irremediable caer de las hojas y el cambio incesante en el colorido del paisaje. También el atronador avance del agua del Veral, o el frío en aumento conforme la luz va dejando sitio a la oscuridad cada día un poco antes. No sé muy bien qué mecanismos rigen estas sensaciones, pero siento extraordinaria armonía al vivirlas. Dentro de poco quizá me encomiende a los dioses clásicos, los de las hazañas más prodigiosas, para poder compartir esto de lo que les hablo.
Estas semanas utilizo una buena parte de las tardes para hablar con las familias de los niños de mi clase. Allí intento mostrarles los aspectos fundamentales de lo que será el curso, de lo que considero importante, de los contenidos en los que podemos estar coordinados para obtener mayores beneficios. Estos encuentros no me resultan especialmente agradables, pues me resulta muy difícil manejar la disparidad de ideologías, criterios, circunstancias personales, que cada familia presenta. Cada reunión me genera cierto desasosiego y en muchos casos creo que no son especialmente fructíferas. En la hoja que he preparado para estas reuniones comienzo enumerando los que nombro como contenidos fundamentales del curso: comunicación, autonomía, curiosidad e interés hacia el conocimiento, convivencia. Los dos primeros me quedaron grabados en las reuniones iniciales del Piaget, donde las palabras siempre se dirigían a lo esencial, y los dos siguientes tienen total relación con el modo en que entiendo la escuela y la vida.
Hace unos días una niña me preguntaba indirectamente por el tipo de maestro que era hace cinco años en esta misma escuela, cuando fui por primera vez maestro, y me obligaba a pensar en el maestro que soy ahora, en por qué soy así ahora, en qué seré dentro de otros cinco años.
Siempre enredado con preguntas de respuestas inciertas.
jueves, 7 de octubre de 2010
LA VIDA NO AVANZA, SE ESCURRE.
martes, 28 de septiembre de 2010
EL RUMANO QUE SE DUERME Y LOS NIÑOS QUE YA MIRAN CON PRISMÁTICOS.
Un carnicero con cuarenta años a las espaldas de profesión, un par de indios, tres o cuatro chinos, dos rumanos, y tres árabes. Forman la clase que recibe las enseñanzas para obtener, o para el reciclado obligatorio, el carnet de manipulador de alimentos. El profesor enfatiza la necesidad de lavarse las manos antes de coger los alimentos, de no trabajar con la ropa de calle o no callejear con la ropa de trabajo, de lavar con lavavajillas los utensilios de los bares, de lavarse las manos después de hacer pipí, etc. Conforme avanza la clase, uno de los rumanos se duerme, dos chinos se van a la salida para hablar por el móvil, y uno de los indios aprovecha para mandar unos mensajes atrasados. Los demás, mientras, piensan en cosas sorprendentemente diversas. No me digan que no es esta una escena maravillosamente surrealista y divertida.
El trabajo en la escuela avanza de una forma lenta, viscosamente lenta, pues perdemos demasiado tiempo en asuntos que deberían estar superados hace tiempo y que tienen que ver con la responsabilidad personal, la madurez, la autonomía. El segundo ciclo, tercero y cuarto de primaria, me parece un momento en el que estos hábitos de trabajo, de organización, son pieza clave para el futuro de los niños. En todo caso, cada día que pasa vamos mejorando y la clase se comienza a parecer a lo que quiero que sea. He traído a Ansó varios cientos de libros. Todo el mundo me pregunta por qué he hecho esto, para qué quiero aquí el Libro Tibetano de
Quizá el reto planteado para este curso sea el de sistematizar y abordar estructuradamente contenidos y aspectos que he ido tocando con distintos grados de profundidad y desorden en años anteriores. Al respecto, los años piagetenses me han dado lecciones infinitas que no permiten equivocación alguna.
Aquí de nuevo, en el mismo recreo, con parecidos niños, con la mirada hacia los mismos montes, sintiendo la maravillosa sensación de acompañarles mientras recorren algunos de los años más espectaculares de sus vidas.
jueves, 23 de septiembre de 2010
DANZA TINTINEANTE.
Supongo que habrá personas que buscan la paz y la comodidad y, cuando la consiguen, sonríen y continúan su vida plácida. Otras, sin embargo, parecen buscar agitación y turbulencias y, al conseguirlas, ponen cara de circunstancias y se preguntan quién demonios ha organizado ese lío. Estas últimas disfrutan de una honda e incesante marea de sentimientos y emociones cada instante del día, hasta el punto de alcanzar un desconcierto realmente magnífico. Un desconcierto que se siente en cada célula del organismo andante. Conforme el desconcierto va dando paso a unos acordes más afinados, sólo queda buscar otro asunto que ofrezca un nuevo desasosiego. Quizá, al igual que hay seres que viven en medios extremadamente ácidos, o fríos, o calientes, o…, hay seres que han de vivir en el desasosiego. Fuera de él comienzan a abrir la boca con desesperación porque les falta la vida, sufren espasmos, y sus órganos van tomando un color gris.
Esta es la semana de fiestas en Ansó. En Peñarroya de Tastavíns los niños no acudían a la escuela tras las fiestas porque tenían que recuperarse. O eso decían. En este caso, los niños no acuden a la escuela porque se acuestan tarde y tienen que seguir disfrutando del programa festivo. Esto hace que acudan a clase dos niños, o uno o ninguno, por lo que la labor del maestro se transforma en labor de cuidador. Supongo que tres o cuatro días de ausencia no son nada. Al fin y al cabo pasaremos después, e incluso ya pasamos antes, millones de años sin estar en ninguna parte, sin existir siquiera. ¿O sí es importante? ¿sería necesario un mayor esfuerzo por parte de las familias, la escuela, el ayuntamiento, para plantear otra situación más lógica?
En las montañas, los valles silenciosos aguardan ya la llegada del otoño. Las hojas de las hayas, menguadas por las heladas tardías, comienzan la danza tintineante que les permitirá desprenderse del altivo tronco. Los picapinos aprovechan las aún suaves temperaturas para aprovisionar la despensa, los tritones descansan en su charca fría y limpia, los sarrios se asoman desde la roca escarpada pensativos, temerosos de lo que está por llegar. En el cielo, las estrellas del frío van haciendo su aparición. En general, todos los seres vivos tienen ya la mirada puesta en el horizonte, pues el tiempo duro y esforzado que pondrá fin a la bondad estival está a punto de llegar.
Que tengan buen fin de semana.
domingo, 19 de septiembre de 2010
JOSÉ ANTONIO LABORDETA.
Pocas veces existe tanta unanimidad sobre una persona. José Antonio Labordeta se relacionó con nosotros de muy variadas formas a lo largo de su vida, pero en ellas siempre mostraba los mismos valores: sabiduría, sentido común, compromiso, esfuerzo incansable, poesía, nobleza, claridad.
Creo que cuando Platón teorizaba sobre la necesidad de un gobierno comandado por sabios se refería a personas como Labordeta, no a ejecutivos y economistas de laboratorio y marketing como los que manejan el rumbo del país y del mundo. Qué distinto sería el planeta si mandaran muchos Labordetas.
Hoy, cuando hemos conocido la noticia, a todos se nos ha derramado una profunda tristeza por todo el cuerpo. José Antonio Labordeta ha dejado hoy tristes a millones de personas que le apreciaban y querían. Queda su ejemplo para guiarnos.
Gracias por tu vida. Mañana hablaré de ti a los niños; de tus valores, tus canciones y tu poesía.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
lunes, 13 de septiembre de 2010
EMOCIONES. INTENSAS Y VARIADAS EMOCIONES.
Como en las otras escuelas rurales por las que he pasado, al especialista en alguna asignatura como EF le suele tocar ser tutor de una clase, dando matemáticas, conocimiento del medio, …, y además dar la especialidad al resto de aulas de la escuela. Esta semana, cuando me he presentado en las clases de mayores de la escuela (una con chicos de 5º y 6º y otra con alumnos de 1º y 2º de ESO) he pensado promover una pequeña reflexión sobre el sentido y el papel de esta asignatura. Ya saben,
En clase ya he hablado a los niños cincuenta o sesenta veces del CEE Jean Piaget. Ya saben algunas cosas especiales que ocurren en esa escuela. El viernes a última hora, tras crear un nuevo blog que ya les presentaré otro día, les mostré con el cañón el vídeo que el centro preparó el año pasado para presentar al concurso Romper Barreras. Allí vimos a Sandra, Alejandro, Juan y otros niños haciendo sus cosas de niños y me emocioné. Observarles haciendo sus tareas y sus juegos, y conocer todo el trabajo y especialmente la ilusión que hay detrás de casi cualquier gesto, así como recordar por sorpresa decenas de situaciones e intensas anécdotas, atrajeron unos cuantos sentimientos hasta un lugar entre la garganta y las tripas. También les contaré otro rato sobre una pequeña idea para crear algunos lazos entre esa escuela y la de Ansó.
Para acabar permítanme confesarles otra emoción intensa y especial, y es que ayer sentí una especie de clímax vital. Supongo que se podrá decir esto en el blog, pues ya es tarde, los niños duermen y, en cualquier caso, escuchan cosas mucho más feas en la tele o en la escuela cualquier día. Me duchaba con agua fría (el calentador está roto, y la sensación es un buen recordatorio para sentirte intensamente vivo), por la ventana se colaba el ulular constante de un cárabo, desde el salón sonaba bien fuerte Divenire de L. Einaudi, y ella estaba allí cerca feliz. Esta sí que es una foto que había soñado realizar muchas veces.
Que comiencen bien la semana.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
HORMIGA BUSCA HORMIGUERO DONDE TRABAJAR A TIEMPO COMPLETO (UNA VEZ MÁS)
Ya es miércoles. Ya estoy donde tan cansinamente he decidido estar. Durante el primer día de soledad inevitablemente se deslizó por la cabeza un pensamiento en forma de “pero, a estas alturas de la vida, qué necesidad tiene uno de semejantes vaivenes”.
La escuela ya ha comenzado. Y es tan diferente a lo que había programado en mi cabeza que ando un poco sorprendido. Este curso, el departamento correspondiente nos ha regalado cuatro días para reunirnos, organizar, programar, …, antes de que comenzaran las clases con los niños. Y digo “regalado” porque para hacer un trabajo pobrecico de apenas cuidar a los chicos no hace falta más días, ¿no? La realidad es que me parece una falta de respeto notable hacia los clientes del negocio, que son los niños. Prefiero y veo más coherente comenzar a trabajar en agosto para contar con siete días o más para realizar las labores de preparación propias del curso que comenzar a trabajar el día uno y el siete recibir ya a los alumnos (si quitamos el fin de semana, cuatro días de trabajo previo a las clases) En todo caso, mentes brillantes cobran por tomar estas decisiones. Nuestra labor de hormiga es otra.
Por cierto, hace tres días contemplé el cielo más sobrecogedor que he tenido la fortuna de observar en, creo, mi vida entera. Me cogió desprevenido y sin trípode para seguir haciendo intentos de fotos cósmicas, pero quedó bien grabado en la memoria. Además, ya sabemos por donde caminaremos y dormiremos con Ojos de Luz y el perrico Tastavín en nuestra próxima excursión filosófica y trascendental. Será por un camino lleno de fantasmas, piedras, y vidas que ya no están aquí.
miércoles, 18 de agosto de 2010
NIÑOS Y TOMATES.
Envalentonado tras leer el argumento a una persona de prestigio, por la gloria del altísimo: todo un médico (que bien puede significar la versión adulta del “pues mis papás dicen que”), me dispuse a llevar el argumento a un amigo. Error. Exceso de vanidad y de riesgo por mi parte. Incursión en la conciencia social sin las debidas medidas profilácticas, a pecho descubierto. Revolcón. Lógico. Hace tiempo, quizá desde que intento ser maestro, que me pregunto por qué la formación inicial de los profesores disminuye y pierde calidad, paralelamente a su consideración social, a medida que avanza por las etapas formativas. Así, tenemos a la señorita de la guardería, qué maja y qué besos les da, al maestrico de primaria, qué paciencia tiene el hombre con tanto crío, al digno profesor de secundaria, que, oye, ya se gana bien el jornal intentando enseñar asuntos trascendentes a esos seres rebeldes ajenos a su necesidad de formación en esta etapa que ya es bien seria, y al profesor de universidad, llegamos al escalón más próximo al cielo, que dará una clase apañadita después de preparársela durante diez o quince horas. Con fuegos artificiales y todo. Por el camino, los profesores de formación profesional, música, escuelas de idiomas, etc., que se encajan como pueden en la estantería oportuna. “Hombremañonomecompares, que el profesor de secundaria enseña unos contenidos mucho más profundos y difíciles”. Yo pensaba que con lo de “el médico dice que planteamos al revés la educación, que las fases más críticas del desarrollo, cuando más repercusión y trascendencia tendrá lo que se haga con el niño será precisamente cuando éste es más pequeño”. Error. Educación y escuela es igual a trasmitir datos, por lo que enseñar la a es más fácil que enseñar a dividir, que es más fácil que enseñar logaritmos, que es más fácil que enseñar… trigonometría cósmica. Paréntesis: si realmente es eso, trasmitir datos: por qué no comprarles un librico a cada uno y examinarles cada semana. Vale, no sirve, es cierto, eso ya se hace en muchos sitios, primaria incluida. Sigo. Así, el maestro dispone de cinco días al empezar el curso para conocer al claustro y realizar varias reuniones de organización general, conocer su lugar de trabajo (que muchas veces es un lugar al que va a llegar ese día uno por primera vez en su vida), pedir materiales, programar el curso entero; el profesor de secundaria algún día más tendrá, y el universitario empezará sus jornadas lectivas cuando algunos de los anteriores ya necesiten el descanso navideño. También la relación entre horas lectivas y horas no lectivas para programación va tendiendo desde el infinito hacia el cero conforme se es un profesor más importante. Y si alguno por el camino sufre alguna crisis de identidad docente, como mis ejemplares compañeros del Piaget, creyendo que sus alumnos, o su compromiso con los niños, les piden veinte o treinta horas extras semanales, pues adelante, tú sabrás, maestrico desviado de la norma (¡deberían ser la norma!). Por supuesto, en ningún caso quiero criticar a los profesores de secundaria y más allá, sólo les utilizo para establecer una comparación con las etapas inferiores, y ojalá tuvieran mejores condiciones de trabajo que redundaran en el beneficio de los alumnos.
Bien, el médico por el que he salido tontamente de la trinchera se refiere constantemente a ejemplos como el anterior en los que la sociedad muestra su desconsideración hacia el niño pequeñito y sus necesidades. El niño no produce, no es aún un animal económico productivo, dejadle que vaya creciendo y entonces ya tomaremos en serio su situación. Esto último lo digo yo, claro. La conversación con el amigo con el que intentaba compartir el secreto mantenido entre el doctor y yo degeneró, qué bien puesta la palabra en este caso, hacia la economía. Aprendí muchas cosas sobre la emisión de deuda, los juegos de los inversores según se encuentren más animados o menos esa mañana, el gran entramado mundial que para rodar exige el arrinconamiento y sometimiento de los desheredados (no es que sean olvidados, es que es necesario pisarles para que la maquineta no se pare). Y finalmente, entendí que debo volver a la trinchera, no salir a la ligera, y ser feliz en el mundo de los niños de primaria donde aún tiene sentido hablar de infelices valores que luego, en la vida real, deberán desechar. Ya saben: la justicia, el respeto, el cariño, la bondad, y los del estilo.
El doctor dice cosas en su libro que me encantan. Es un libro para papás primerizos. Yo no tengo hijos, pero tampoco tengo huerto y me conformo leyendo los libros de agricultura de Mariano Bueno. Ya quisiera yo recoger tomates con un hijo (plantados ambos por mí, claro). El caso es que defiende un buen puñado de ideas de índole pedagógica que pueden ser bien útiles para los maestros (muy interesante el capítulo sobre premios y castigos, por ejemplo). En esencia, y así lo hace saber el autor, su idea básica es la de dar todo el amor posible al niño y establecer las mejores condiciones posibles para su desarrollo y crecimiento feliz; fundamentalmente a través del afecto y el sentido común. Un poco cursi, más bien parece propio del maestrico de primaria:
Es imposible malcriar a un niño por hacerle mucho caso, cogerlo mucho en brazos, consolarle mucho cuando llora o jugar mucho con él.
¿Qué necesitaría esta madre para comprender que su hijo sufre de verdad? ¿Qué llore sin parar todas las horas que está en la guardería? Nadie llora tanto. Ante las mayores desgracias y calamidades, el ser humano llora un rato y luego sigue adelante. La gente no llora todo el rato ni en los funerales, ni en los hospitales, ni en la cárcel, ni en el campo de concentración. El que dejen de llorar no significa que hayan dejado de sufrir.
Así, todo nuestro sistema educativo está cabeza abajo. Cuanto menor es la edad del alumno, menos calificaciones y experiencia se exigen al maestro, y menos se le paga. Tendría que ser justo al revés: las cuidadoras de una guardería tendrían que estar mejor cualificadas y mejor pagadas que los profesores de universidad, porque un bebé puede sufrir mucho con una mala cuidadora, pero un joven de veinte años puede pasar olímpicamente de una mala profesora de física.
Y si el médico, Carlos González con Bésame mucho, finalmente te acaba llevando a leer un libro de José Luis Sampedro, su historia etrusca de sonrisas y amor en la vejez, pues qué decir y qué hacer, ha ganado otro lector. Aún sin hijos ni tomates.