Creo que estoy en Alcorisa, en el CRIET. En tres días he estado en el Pirineo, en Guadalajara, en Zaragoza, en Peñarroya, en Alcorisa.
Como el año pasado, pienso que estas semanas tienen un valor incalculable para los alumnos. En cinco días van a ir a Zaragoza, al Monasterio de rueda, al teatro, al cine, van a conocer a muchos compañeros y maestros, van a llorar por la primera ausencia de los padres, harán sus camas, comerán solos, …; en definitiva, creo que es un lujo en su formación y aprendizaje para ser mejores personas. Miro los pasillos y me imagino a Jaimecito (Sorolleta) corriendo, casi cuando todo estaba aún en blanco y negro.
Las conexiones este año son muy pobrecicas; por eso hay días que no puedo colgar el artículo. Como pierde vigencia y, además, me parece que mis palabras caducan muy pronto (me disgusta leerme al día siguiente; no mejora de un día para otro como el cocido, sino que creo que el artículo se pudre rápidamente como las letras del libro de J.J. Millás), casi siempre elimino ese artículo no colgado inmediatamente. Hago una excepción con algo que escribí el viernes: aunque no estoy contento con el enfado con que fue escrito, es tal el enfado que necesito expresarlo:
El año pasado me quejaba amargamente por la imposibilidad de tener cerca un maestro experimentado del que aprender diariamente. Sigo pensándolo, pero he comprendido ya que son muchas las oportunidades que se brindan para recoger ideas, fórmulas, formas de hacer y de ser. Tantas que lo anterior ya no me preocupa demasiado.
A través de blogs, cursos, jornadas, familiares, casualidades, …, he podido sacar tanto provecho que no queda sino intentar ser un digno destinatario y aprovechar los regalos ofrecidos. Y claro, estar en eterna deuda con mucha gente.
Me permitan el brusco cambio de tercio.
Como aperitivo: desconozco la credibilidad que merece una fuente rusa, pero hombre, lo que me faltaba por oír. Perfecta síntesis mis odios predilectos: un vividor, un oso muerto, maltrato animal. Optimistas del mundo, ¿no debo lamentar vivir en este mundo cruel y estúpido?. Además, no dan explicación alguna porque la santa figura del rey no está sujeta a control por parte del pueblo llano.
Leo en Cazarabet- Mas de las Matas los planes para el desarrollo turístico de la Ribagorza Norte y no doy crédito, me caigo de culo, me echo a llorar: carreteras, hoteles de cinco estrellas, tres campos de golf, miles de apartamentos, ampliaciones de la estación de Cerler por todas partes, …, increíble. No entiendo cómo puedo estar aquí parado y no hacer otra cosa que lamentarme.
Cito textualmente la postura de la Plataforma por la Defensa de las Montañas de Aragón, en la citada Cazarabet (La Defensa, nº21):
“Si semejante proyecto fuera presentado sin decir donde se ubicaba, solamente sus características (construcción de campos de golf, pantanos, canalización de cauces, recalificaciones urbanísticas salvajes y alegales, miles de nuevas residencias, nuevas carreteras, multiplicación de las viviendas actuales por cien, operaciones de miles de millones de pesetas...), cualquiera pensaría que estábamos hablando de un proyecto de los promovidos recientemente en Marbella o Benidorm, por su desmesura y dilapidación del territorio.
Pero es que este megalómano proyecto, se ubica no en una zona urbana saturada, sino en una zona de alta montaña, de alto valor ecológico y cultural. Por ello, es un proyecto fuera de todo raciocinio, ajeno al más mínimo respeto por el territorio y donde sólo prima la obtención de dinero rápido aprovechando una especulación galopante que arrasará con toda la estructura social existente y con todo el paisaje secular.”
Se me fueron las ganas de seguir escribiendo. Por favor, difundid esta barbaridad, escribidlo en los blogs, hablad de ello a vuestros hijos, a padres, a vecinos, a amigos y a enemigos. Que cuenten con nuestra desidia, pero, al menos, no con nuestra ignorancia. ¡No estemos parados contemplando semejante disparate!.
Estos días se están celebrando precisamente las II Jornadas en Defensa de las Montañas, en Zaragoza. Siento terriblemente no poder ir, aunque me temo que con palabras no se soluciona nada. Si me dejaran ocuparme por un par de días de las cabezas pensantes de un par de departamentos del Gobierno de Aragón…no tendrían ganas de volver a jugar al golf. Y que nadie piense en violencia: les daría un viaje por lo más bonito de nuestra tierra (Marcelino, los montañeses no sólo hacen mermelada), y les haría leer algún libro. Desgraciados.