Quizá lo mejor de estar aquí sea la perspectiva extracorpórea. Poder ver el mundo desde otros ojos. Sin ojos, tal vez. Salir al atardecer, observar desde una zona elevada y sentir que la vida es algo desmesuradamente extraño que tienes delante de tu hipotética nariz.
lunes, 22 de noviembre de 2010
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