martes, 29 de noviembre de 2005

De nuevo muchos asuntos en movimiento. Esto me gusta.

Hoy los niños de Ansó, incluso los de 25 años (aunque éstos apenas podían hoy caminar) han jugado en el recreo con la nieve (el pueblo está precioso). Antes de llegar la hora recordaba cuando en mi trabajo del año pasado en Zaragoza, en los días de la nevada, no dejamos bajar a los niños al patio para que no se mojaran. Hoy se han mojado, manchado (en el campo de juego recientemente ha permanecido durante 2 semanas un rebaño de ovejas...), y han disfrutado muchísimo.

Hoy también he comenzado unidades didácticas sobre expresión corporal en la clase de secundaria y en la de 3º, 4º, y 5º de primaria. Cuando estudiaba magisterio, y hasta hoy, siempre he sido muy escéptico con estos contenidos. No les veía excesivo sentido más allá del de hacerme pasar un mal rato. Al contrario, en cada intento de aplicación, aunque me exige un gran trabajo de elaboración, encuentro más valor y necesidad. Mientras les intentaba justificar el porqué de la unidad didáctica a los alumnos de secundaria yo mismo me quedaba sorprendido por la variedad y el peso de los argumentos expuestos. Creo que uno de los puntos más representativos de su valor puede referirse a su potencial para desarrollar aspectos de la comunicación: conocimiento personal, control de las emociones y la ansiedad, dominio del lenguaje no verbal, etc. Creo también que en la comunicación, en la incomunicación mejor dicho, radican algunos problemas sociales importantes.

Por otra parte, otro lujo: hoy he podido viajar a un pueblecito del C.R.A. como es Santa Engracia. Allí, Fernando Maestro, el director del Museo de Juegos Tradicionales de Campo (Huesca) ha dado una charla para la gente del pueblo, y allí ha tenido atentos más de dos horas a niños y ancianos. Envidio a personas como Fernando Maestro, a las que escuchar es un auténtico placer, por lo que cuentan y por cómo lo cuentan. Allí nos hemos conocido y hemos quedado en seguir en contacto para intentar hacer algunas actividades en torno al juego tradicional en Ansó.

Me cansa que cada noche en que me siento a escribir o preparar alguna cosa, si la televisión suena de fondo, se oiga un murmullo de tertulianos sesudos hablando de la educación, de LOES, LOCES, libertades, religiones, curas, Pesoes, Pepés, multirracial, inmigrantes, escolares, fracasos. No sé si debería despertar mi interés como profesional del asunto, pero la verdad es que me cansa y me aburre, cada día más, porque encuentro todos estos debates totalmente estériles, y me parece, de momento, que la educación depende más bien de asuntos bastante alejanos de los que ellos discuten. Esto perfectamente puede ser una visión muy superficial por mi parte.

Los niños de 5º y 6º por fin han emprendido su esperado viaje al C.R.I.E.T. de Calamocha. Veremos que cuentan a su vuelta.

jueves, 24 de noviembre de 2005

En nuestra escuela de Ansó formamos parte del proyecto de los tablets PC.

Tras el periodo de pruebas y ensayos de cursos, o curso, anteriores, donde la escuela de Ariño fue el principal exponente, este año el programa se extiende a centros que cumplen una serie de requisitos. En resumen, no centros que tengan completos todos los niveles pero tampoco centros excesivamente pequeños. Por ejemplo, en este CRA, de las nueve escuelas, hay 4 que no tienen tablets PC.

El número de tablets asignadas se corresponde con el número de alumnos de tercer ciclo, aunque luego todo debe flexibilizarse (qué alumnos las usan, en qué clases, para qué, etc.) porque, por ejemplo, las agrupaciones en Ansó hacen que los alumnos de 5º estén con 3º y 4º, y los de 6º con los de 1º y 2º de secundaria

En principio, tras lo visto en las reuniones de formación a las que acudimos periódicamente, el programa plantea la posibilidad de trabajar de forma prácticamente exclusiva con el tablet. Los alumnos tienen allí toda la información de las áreas, tienen conexión a internet, etc. De hecho, en Ariño, ya no utilizaban ni cuadernos ni libros. Cada niño marchaba a casa cada día con su tablet y lo utilizaba para todas las tareas de su jornada escolar.

Pero, como ya he apuntado, hay muchas circunstancias que obligan a avanzar poco a poco: la conexión falla de vez en cuando, el agrupamiento de mi clase da lugar a disponer de 5 tablet y 11 alumnos (o 3 tablets y 6 alumnos en la otra aula de 6º, 1º y 2º de ESO), es complicado controlar el proceso de aprendizaje digital de niños tan jóvenes (contenido web violento, fraudulento, o pornográfico), etc.

En definitiva, dado que cuento con total libertad, el trabajo de este trimestre está consistiendo en dar un gran uso al cañón proyector (vídeos, presentaciones, etc.) y con los tablets están aprendiendo algunas cuestiones básicas informáticas (editor de texto, internet, correo electrónico, etc.), integrando ese trabajo en la elaboración de una especie de periódico escolar (y de algún otro trabajo voluntario), de forma que en el próximo trimestre estemos en disposición de usar tal recurso como medio fundamental en algunas áreas (con la idea también de plantear "proyectos" interdisciplinares).

En estos momentos también están a punto de materializarse unas reuniones con los padres para explicarles qué hacen sus hijos con estas herramientas, de forma que puedan supervisarlo y controlarlo mínimamente. Me parece ésta una cuestión primordial.

Respecto al sentido: en primer lugar se plantea como un acercamiento a algo que será cotidiano en el futuro inmediato. Por eso, estos alumnos podrán estar en una situación adecuada, al menos no desventajosa en ese fututo, familiarizados con una tecnología que será fundamental (ya lo es) en la vida diaria, en el trabajo, en el ocio, etc.
Por otra parte, elementos como las posibilidades de acceso a todo tipo de contenidos, el aumento de la motivación de los alumnos, etc., y, en definitiva, el cambio en la metodología, hacen que el día a día, la preparación de las clases, los fines educativos, sufran un manifiesto cambio.

Hay gente que se sorprende bastante del gasto y riesgo económico de la inversión. Yo creo que estos gastos en departamentos o ministerios como éste son maravillosos (ojalá estuviera el despilfarro a la altura de otros departamentos administrativos).

Esto es, a grandes rasgos y de manera un poco desordenada, lo que está suponiendo la implantación de este proyecto educativo. Si alguien tiene interés en algún tipo de especificación no dude en hacer llegar la consulta.

martes, 22 de noviembre de 2005

Ya todos los niños de clase tienen su dirección de correo electrónico, saben navegar con cierta soltura, y utilizan algunos de los conocidos programas de comunicación instantánea.
La implantación en las clases, a través del programa de nuevas tecnologías "Ramón y Cajal", de recursos como ordenadores portátiles para los alumnos de tercer ciclo, un cañón proyector, e impresoras, hace que tengamos la obligación de sentirnos privilegiados. Las posibilidades para el profesor y los alumnos son infinitas.
Hoy, como es norma semanal, nos ha visitado el asesor informático del CPR. Además, le ha acompañado José Antonio, el maestro de Ariño que comenzó a implantar el proyecto de las tablet PC (ordenadores portátiles) en las aulas escolares.
Hemos aprovechado para dar forma al periódico escolar que tenemos entre manos. Los alumnos ya tienen preparadas gran parte de sus secciones y hoy hemos comenzado a subirlas a la web. En cuanto cerremos unos flecos espero poder presentarla para que se pueda visitar. También espero poder hablar sobre unas interesantísimas páginas desarrolladas por el departamento de educación sobre recursos educativos en internet.
Con estos programas de nuevas tecnologías Aragón es ahora mismo pionera en España, e incluso recibe peticiones de asesoramiento de algunos países europeos. Por ejemplo, un grupo de trabajo aragonés ha recibido en la reciente feria de tecnología SIMO algunas distinciones por los trabajos desarrollados presentados, materializadas en premios como una pizarra digital.
Por lo demás, mis alumnos de 3º y 4º andan por Canfranc hasta mañana, realizando unas jornadas de interpretación de la naturaleza (lástima no poder estar con ellos). Lo positivo es que estoy en clase con 5 niños del mismo curso (5º) y podemos tratar contenidos con gran detenimiento. Éstos acudirán toda la semana próxima al CRIET de Calamocha, lo que están esperando con gran ilusión.
Hoy en Israel, grupos de niños acaban a palos con el ejército (el ejército con ellos, mejor dicho) mientras se dirigían con sus mochilas al colegio. Aún hay quien cree en esa historia de que el hombre es el único ser racional.

lunes, 21 de noviembre de 2005

Los asuntos tratados en los artículos anteriores me hacen recordar, más todavía, una especie de dilema, que no es tal, iniciado hace tres años durante una campaña de Semana Blanca en Villanúa.

Allí acudí como acompañante de los niños del Doctor Azúa de Zaragoza (por aquel entonces era monitor de comedor; una suerte de trabajo, lo aseguro). Esa semana coincidimos con muchos otros colegios y centros de secundaria, y compartíamos albergue con muchos de ellos. Por eso, conocí a muchos maestros y profesores de otros centros.

Ascensión era una señora que daba Educación Física en un instituto de Zaragoza. Una de las ideas que defendía se refería a que trataba de delimitar con rectitud la diferencia entre ser profesora y ser amiga. Ella era profesora y no amiga de los alumnos. Es decir, en resumen, su comportamiento en las clases era consecuencia única del lazo profesional que se establece con los alumnos por ser elementos necesarios del proceso, del trabajo, totalmente alejado de cuestiones sentimentales, amistosas, etc.

Por otra parte, mi trabajo con niños hasta ahora está siendo todo lo contrario. Desde la época como monitor de comedor, hasta ahora como maestro, pasando por cualquiera de los 32 trabajos anteriores, mi relación con los comensales, alumnos, deportistas, ..., siempre ha sido satisfactoria mucho más allá de lo puramente profesional: me han contado problemas personales, ilusiones, alegrías, enfados, anécdotas, y yo también les he contado a ellos. De hecho, aún intercambio correos con algunos de ellos (niños de 11 años, que me envían acertijos, y otros que rondan los 70), y creo que en cosas como ésta, o como las (tan bonitas) que cuenta Mariano Coronas, se encuentra aquello que puede hacer tan especial el oficio de maestro. Eso pienso de momento.

Una idea similar intenté defender en la última prueba de las oposiciones. Ahora comprendo que en ese momento es muy importante (quizá lo único importante) explicar bien qué entiendes por Escuela y Educación. En su momento, puesto que yo aún no lo veía, un benefactor lo vio por mí y me ayudó para que pudiera expresarlo.

De todos modos, no dejó de considerar que las escuelas son muy distintas entre sí, muy distintas de los institutos, muy distintos los alumnos, …, y gran parte de la relación que se establece con los alumnos viene determinada por algunas de estas cuestiones (quizá Ascensión no tuviera otras opciones). Creo que ahora mismo mis condiciones son idílicas (zona rural, tutor, problemas inexistentes en el alumnado, …) para aspirar a tener una gran relación con mis alumnos. Y en ello estoy.

martes, 15 de noviembre de 2005

Las aguas van retornando a su cauce tras la tormenta vivida en forma de concurso de traslados. (Para los que tengan interés y no lo conozcan: una vez aprobada la oposición, en Aragón te envían el primer año a tu destino provisional de prácticas, que suele ser un destino bastante acorde con tus intereses. Durante el comienzo de curso de ese primer año, debes ordenar un listado infinito de centros, y según las vacantes dejadas por maestros más antiguos y con más puntos, te asignan tu destino definitivo, donde podrías, si quisieras, permanecer toda tu vida laboral). Uno no se da cuenta de lo grande que es Aragón, y de la cantidad de pueblos conocidos y desconocidos que incluye hasta que no hace un concurso de este tipo.
El domingo me sentí auténticamente mareado de pensar las vidas tan distintas que me podrían deparar cada uno de los posibles destinos: niños, entorno, padres, distancias, felicidad...
Por otra parte hoy he tenido la primera reunión del curso con una madre de unos alumnos. La señora es una persona muy educada y amable, pero sigo sintiendo gran incertidumbre en situaciones de este tipo. Se puede decir que no me gustan nada. Ya he vivido algunas situaciones difíciles de manejar donde algunos padres pierden el control y la educación, y realmente es algo muy desagradable. Muchas de estas veces creo que un problema es que padres y profesores hablan de una realidad que perciben de un modo totalmente diferente.
Otras veces, conocer cierta preocupación y algunas dudas de las familias ayuda a espabilar y darte cuenta que la profesionalidad debe ser máxima porque lo que estás haciendo es muy importante.
Por último, algunos ya lo saben: hace poco tuve la ocasión de escuchar a mi abuelo contar algunas cosas sobre su infancia. Puedo resumirlo en que con 9 años tuvo que salir pitando de su casa, Villarroya de los Pinares (Teruel), con su familia y con lo puesto mientras caían balas a escasos metros. Unos cuantos años de estar medio escondido, otros cuantos años de volver y seguir medio escondido, un padre en la cárcel, una madre marcada y objeto de burla, un poco de hambre. Y la escuela: contaba aún con resignación cómo en los años de la posguerra, el poco tiempo que tuvo para ir al colegio podía permanecer horas en la clase sin que la maestra se dirigiese a él para nada, ni corregir, ni ayudar, nada. Es decir, entrar, sentarse, esperar, levantarse, salir.
Siento vértigo al pensar en la cercanía de estos relatos. Siento gran tristeza al darme cuenta que estas historias se van perdiendo poco a poco, con la repetida sensación de que no hacemos todo lo que podemos por escucharlas y aprender de ellas, honrando así, al menos, la memoria del que las cuenta.

jueves, 10 de noviembre de 2005

Ya llegan los problemas.
Han estado agazapados, esperando hasta ser suficientemente grandes como para asaltarme y hacerme temblar de miedo, y de dudas...
El problema se llama concurso de traslados. Siempre he pensado que una vez que apruebas deberías pasar una segunda oposición que confirmase tus dotes para rellenar papeles de este tipo. Siempre intento dejarlo para última hora, con el ánimo irracional de que el tiempo hará que, por alguna extraña razón, no deba rellenarlos. De hecho, estoy escribiendo ahora, antes de mi hora habitual, en ese intento de posponer el solemne acto.
Pero el problema auténtico se encuentra en que tengo, por una parte, una maravillosa novia terriblemente arraigada en la maldita Zaragoza y, por otra parte, una gran ilusión en poder seguir, y acabar, mis días en un lugar como el que me encuentro: Ansó, donde tengo casi todo lo que necesito para ser feliz.
En lo referente al trabajo, que es lo propio del blog, y aunque tengo corta experiencia, creo que tiene poco que ver con el de la ciudad. Aquí los niños son 30 ó 500 veces más felices que los de la ciudad, más sanos, más alegres. El trato con ellos es de momento magnífico, familiar. Los compañeros de trabajo, en muchos casos, comparten ilusiones, inquietudes.
El año pasado me cansé de ver niños y adolescentes que caminaban (es un decir, porque iban siempre en autobús, o coche) tristes a la escuela, entre ruidos, tráfico, y que, al acabar, se dirigían a sus casas de igual modo, sin relación con los compañeros, sin posibilidad del juego propio de su edad. Aquí casi todo es diferente.
Cuando vuelvan a leer esto, a saber dónde estará mi futuro. Y mi felicidad...

lunes, 7 de noviembre de 2005

"Manda mucha tarea, es el profesor, nos repite todo 200 veces, si hacemos algo tarde nos castiga, todo lo pone en la pizarra, está enamorado de un perro que se llama Tina, siempre tiene que estar todo en silencio, es muy chistoso, con todas sus quejas se podría escribir un diccionario y no nos cuenta nada de su vida privada".
No es Shrek el Ogro, es la descripción del maestro que esto escribe realizada por uno de sus brillantes alumnos, con el enigmático pseudónimo D.I.S. Qué majo es Diego.
Todo sigue discurriendo apaciblemente. Sigo pensando que me va a faltar tiempo para hacer todas las cosas que este trabajo y este pueblo me ofrecen (los que me visitan saben de lo que hablo).
Entre los problemas: en la oposición, y en estos últimos años, una de las cosas más oídas y defendidas se refiere al establecimiento y consolidación de hábitos (de trabajo, esfuerzo, higiene, etc.) por parte de los alumnos. Siempre he estado de acuerdo con ello. Lo que está ocurriendo es que al que está resultando difícil establecer sus propios hábitos en las clases es a mí.
O es la falta de experiencia o es que soy un profesor caótico, pero me doy cuenta que hay muchas ocasiones en que mi propio comportamiento es el que despista, o altera el buen funcionamiento del grupo. Creo que debo esforzarme en respetar más algunas pautas del horario, orden de asignaturas, etc. Pienso que a veces simplemente ocurre que tengo ganas de hacer tantas cosas que no respeto el ritmo natural de los niños.
Vuelvo a acabar con agradecimientos: desde el principio del blog hablo de lo afortunado que me siento. En cuanto a las ayudas recibidas en los últimos meses no lo soy menos. Hay ocasiones en los que ciertas ayudas desinteresadas tienen un precio incalculable, y siempre estaremos en deuda con ellos: José Antonio Ferrando, Julio Latorre, Charo Romero, José Luis Bernal, Víctor Juan.

jueves, 3 de noviembre de 2005

Hoy el cansancio es muy grande, lo que suele equivaler en mi caso a ideas poco lúcidas.
Esta tarde he experimentado una extraña sensación de no saber si actuaba bien o no. En una reunión del claustro ha surgido una fuerte polémica sobre la religión y su alternativa. En concreto la discusión giraba en torno al agravio comparativo entre los niños que estudiaban religión y los que estudiaban la alternativa a la religión, dado que estos últimos utilizaban cosas tan diabólicas y malignas como ordenadores, que los niños de religión no utilizaban. Yo creo que el problema queda zanjado desde el momento que los niños en religión pueden usar tantos recursos, o más, y tan motivantes, o más, como en cualquier otra asignatura, y en esa línea me he manifestado con quizá excesiva claridad. Sólo es cuestión de que el profesor lo estime oportuno.
Pero, aparte de lo anterior, la discusión ha dejado entrever muchas ideas implícitas que los profesores iban aportando sobre el asunto religioso: los que creen en ello y están a favor de su inclusión curricular, los que creen pero no piden su inclusión, los que ni creen ni quieren. Y más aún: la asignatura alternativa: los que creen que no tiene sentido tal cual está, los que opinan que el currículo la delimita con extrema ambigüedad, los que la contemplan como una desventaja para los que estudian religión, los que la creen como un momento para el trabajo exclusivo de educación en valores, etc.
En toda está polémica evidentemente se postulan profesores, se mezclan padres, aparecen niños.
Yo tengo muy claras mis ideas sobre esto, pero en todo caso me crea dudas que haya un claustro con unas opiniones tan variopintas. Hace tiempo que los grupos me dan miedo como instrumento de trabajo (porque hubo un tiempo donde trabajar en grupo fue sinónimo de perder muchísimo tiempo) y hoy he acabado con la sensación de que algunos problemas de la escuela no tienen fácil solución porque tienen que ver con la ideología personal de cada uno.
Esto acaba de recordarme una de esas extrañas ideas de las, a veces, hablaba con mi hermano catalán, en ese intento frecuente de resolver los problemas de la enseñanza en 5', desde la ignorancia y la ilusión: pensábamos que para ser maestro se debería hacer un examen con el que comprobar la buena voluntad, los buenos sentimientos, del aspirante.