lunes, 24 de septiembre de 2007

BLOGESTRENO, UNA DESGRACIA, Y DOS REFLEJOS.


Ayer estrenamos blog. Serán Palabras Mágicas. Inicialmente iba a ser Pequeños Lectores, pero surgió una última propuesta que gustó a todos. Al igual que para otros asuntos (biblioteca, colección naturalista, noticias, etc.), hay tres niños encargados del blog que velarán por el cumplimiento de las normas que hemos establecido. Mi intención es bien sencilla: acercar a los niños una nueva posibilidad de experimentar la escritura con el añadido que el manejo de la herramienta multimedia supone (manejo del programa, gestión de imágenes, …). Espero que signifique una posibilidad de comunicación de los niños con otros compañeros o colegios. Y espero también que allí aparezcan sus intereses, sus impresiones sobre las lecturas, o sus comentarios sobre el trabajo escolar. El mundo a través de sus ojos, en definitiva.

Creo, aunque no estoy bien informado (no encontrarán muchas noticias sobre este asunto), que esta semana se presentará en la O.N.U. una propuesta para establecer, como ya ocurre con los que escapan de guerras o fundamentalismos religiosos, el derecho de asilo a los inmigrantes que huyen de sus países por cuestiones de hambre. Me imagino la respuesta en un mundo, el OCCIDENTE, donde los países blindan su legislación frente a los desgraciados que en el viaje no pierden la vida. Hace poco los niños me preguntaban por qué sí son aceptados con agrado los extranjeros que vienen a pasar sus vacaciones, si los que lo necesitan precisamente son los otros.

He de agradecer, no sé si ya lo hice, a Carlos y a Ana José el regalo: anoche mientras seguía leyendo este libro que provoca terremotos y temblores interiores, pude ver un par de reflejos. En el primero de ellos lo que apareció fue un pensamiento tremendamente cercano y familiar, mientras que en el segundo surgió la figura de un maestro; un maestro que espero también sepa verse reflejado y se guarde así este pequeño recuerdo y agradecimiento:

“… no oculto mi disgusto y rechazo del mundo en que vivimos. Crece la marea de la barbarie; en cambio, antes, sin ser perfecta la vida de OCCIDENTE, podía pasar por civilizada.

- Ya me has hablado de eso –me ataja- y hoy me has dicho que ya has comenzado a escribir. De modo que no reniegues de esta vida. La única que puedes vivir es la presente; la de ayer es ahora imaginaria.

- ¿Tú crees? La vivo con más intensidad que la de ahora.

- Si fuese cierto eso, lo sentiría por ti: estarías malgastando tu vida. Pero por fuerza es falso. Para cada uno de nosotros la verdad radical, la que sostiene el resto, es estar vivo. Cuando mueres todo desaparece. Se apaga el sol, termina el mundo, el pensamiento, la realidad… todo. Tu vida es la que enciende para ti esas estrellas que vemos, allá en lo alto.”

“No te pido que creas en mis fantasías, sino que te inventes las tuyas, si te place. Lo que sí te aseguro es que encontrar conexiones inesperadas entre entes al parecer inconectables es una fuente de descubrimientos. A veces divertidos y, en ocasiones, trampolines para saltos de imaginación”.

Diálogos entre Martinillo y Runa, en La Senda del Drago, de José Luis Sampedro.

Vivir con intensidad vidas que no son las de ahora, o las de nunca.