lunes, 3 de noviembre de 2008

CIELO Y CARRASCA DE CASTILLA.

Anochece: dejamos el escondite y nos ponemos el disfraz.

Será el tiempo de la doble vida: una gris y otra azul.

De nuevo un fin de semana lleno de sentido: confirmé mi gen pastor y, en resumen, disfruté de la vida que surge alrededor de una estufa de leña cuando afuera llueve, hace mucho frío, y la compañía es perfecta. El fuego marca un ritmo perfectamente acompasado con mis movimientos.