lunes, 10 de enero de 2011

EN PRIMICIA Y GRATIS, TEORÍA SOBRE EL PROGRESO SOCIAL E INDIVIDUAL.


Hoy ha sido el día de volver a la escuela. Un día con las sensaciones del niño que el domingo por la noche tiene ganas de llorar por la inminente llegada del lunes y de la cada vez mayor lejanía del fin de semana repleto de alegrías y emociones. Esto no había ocurrido antes. Necesito un gesto de dios o alguno de sus ayudantes para confirmar la vocación.

Los niños llegaban con sus relucientes emepetreses, emepecuatros, wiis, cámaras digitales, y otros artilugios que pronto quedarán obsoletos y deberán renovar. Muchos escuchaban música de espaldas a sus amigos mientras esperaban para entrar.

Hace unos meses desarrollé una estupenda teoría sobre la falsedad de la conciencia. Mis dos únicos escuchantes no me tomaron muy en serio. Rieron y hoy ya no recordarán una palabra. Reímos, que ya es mucho. Estos días ando meditando sobre una nueva teoría que tiene que ver con la ilusión del progreso. Les anticiparé algo: la evolución y el progreso no existen. Ni en el plano personal, ni en el social. Cada individuo, cada sociedad, afronta lo que le toca en cada momento como puede. La evolución es una ilusión óptica. Vean dos ejemplos:

- ¿Saben por qué este segundo trimestre será en la escuela extremadamente largo y dará paso a un tercer trimestre extremadamente corto? ¿por criterios de sabios pedagogos y sesudos eruditos? Según el librito-calendario de Mariano Castillo, tan útil para todo abuelo agricultor o fotógrafo cósmico, en el Concilio de Nicea, celebrado en el año trescientos veinticinco (¡325!), se aprobaron las reglas para determinar que el domingo de pascua de resurrección se celebrará el domingo siguiente a la primera luna llena posterior al veinte de marzo. Por eso nuestro segundo trimestre escolar es tan bailarín y nos depara cada año calendarios tan dispares. Estamos en el año dos mil once. ¿Qué les parece el progreso del calendario escolar desde el Concilio de Nicea?

- Ahora les hablaré de una especie de principios que rigen la vida familiar de un personaje al que quiero mucho. Son principios transgresores, que escandalizarían y pondrían patas arriba las normas establecidas en muchas familias y escuelas si fueran allí aplicados. Vean:

“La vida ha sido creada para que la disfrutes, pero no la disfrutarás a menos que pagues por ella con un buen trabajo duro. Éste es un precio que nunca tendrá rebajas.

Puedes trabajar en lo que quieras mientras lo hagas tan bien como sepas y limpies lo que dejas sucio y estés en la mesa a la hora de la comida y en la cama a la hora de dormir.

Respeta lo que hacen los demás. Respeta el arpa de papá, el piano de Billy, las herramientas de Álex, los diseños de Jimmy, y la casa de fieras de Minnie.

Si algo te enfurece, dilo enseguida. Tal vez los demás tengamos también ganas de pelea.

Si algo te hace gracia, dilo también enseguida. Podemos reírnos todos juntos.

Si tienes el impulso de hacer algo que no sabes si está bien, hazlo. Arriésgate. Lo más probable es que si no lo haces te arrepientas, a menos que quebrantes las reglas sobre las horas de comer y de dormir, en cuyo caso tan seguro como que el infierno está ahí abajo que te arrepentirás.

Si el problema está entre hacer lo que te divierte o hacer lo que se supone que es bueno para ti, y nadie sale perjudicado por lo uno ni por lo otro, haz siempre lo que te divierta.

Si todo te resulta demasiado y sientes que el mundo entero está contra ti, ponte de cabeza. Si se te ocurre algo más loco todavía, hazlo.

No te preocupes de lo que piensen los demás. La única persona en el mundo lo bastante importante para que te conformes a sus deseos eres TÚ.

Cualquiera que maltrate a un animal o rompa un palo de billar sufrirá una multa de un mes de salario.”

Estas normas plenas de humor, de cariño, de respeto, de ganas de vivir, tan válidas para hoy mismo que parecen pedagogía renovadora, fueron pensadas por Harpo Marx (¡Harpo habla!, Seix Barral) en los años cuarenta del pasado siglo.

¿Dónde está el progreso? Que tengan buena semana.