jueves, 18 de enero de 2007

TACONES QUE MARCAN VIDAS.

Cada persona que se asoma por acá añade un poco más de responsabilidad a la tarea de escribir. Hemos de medir nuestras tonterías.

En la escuela, nuestro monstruo de las galletas nos ha traído hoy una bibliografía inapropiada. Para mayores de 18, podría decirse. Y voy reafirmando que contracorriente ni se puede ni se debe nadar. Aunque no estoy seguro todavía de lo segundo. Me refiero, de nuevo, a los ámbitos familiar y escolar, a sus relaciones.

Hoy otro niño se sorprendía por la persecución a Copérnico, o la hoguera de Miguel Servet. ¿Por qué la iglesia hizo eso?, ha preguntado. Tengo la esperanza de que las dudas que ha sembrado, broten en forma de respuestas cuando sea mayor.

Pueblecito de Fago…, da igual ser tertuliano político, que deportivo, que comentarista de carroña rosa (con perdón de los amigos buitres). Como para cualquier tema de este pestilente mundo, cualquiera se siente con fuerza y capacidad para tratar y sentar cátedra de lo que sea, desde toros, a macroeconomía, pasando por los pelos de las ingles de la folclórica más marrana. Oí, sin querer, a una tipeja señalar que en los pueblos ya se sabe, la gente saca la pistola sin miramiento. Lo clavaste maña, aquí en los pueblos vivimos con un garrote en una mano, puesto que la otra sujeta las pieles de cabra con las que nos cubrimos las espaldas. Ay madre.

También escuché, en programa en absoluto horario infantil, como es lógico, comentar la cena de Farruquito en su primera noche de cárcel. Espinacas y filete. Y se lo comió todo con gran gusto, añadieron. No sé qué decir…, un tipo que mata a otro, no le auxilia, pasará de puntillas por prisión…, y nos cuentan su cena…; supongo que la viuda disfrutaría de la información. ¿Dónde vivimos?. ¿Cómo no cuelgan del palo mayor al incompetente que difunde información de tal calaña?. Algunas clases de periodismo deben ser como algunas de magisterio que yo me sé...

El tipo de tacón del zapato define no sólo el estilo de vida, sino la personalidad en sí misma de la mujer de hoy en día. Diseñadora de superéxito dixit. Ahora estamos con estas cosas. Este es el mundo de hoy. Y el de ayer era un mundo donde se examinaba a los maestros mensualmente con asuntos como el número de rezos diarios que practicaban, el número de niños semanales que conseguían aleccionar para su entrada en las juventudes del partido único, el número de cantos patrióticos, …

El mundo de ayer, voy descubriendo entre los papeles (constátese de nuevo mi rotunda ignorancia), era también el de la leche en polvo, la mantequilla, y el queso. Y la leña individual para calentar la escuela. Y ahora los tacones marcan nuestra personalidad…

Esta parte del mundo me quita las ganas de tener hijos, de vivir, de estar. Menos mal que hay otra, creo.