La semana pasada los niños del colegio viajaron hasta la granja-escuela de Movera donde tuvieron contacto cercano con muchos animales y con diferentes cultivos de verduras y otras plantas. Puede que uno de los aspectos que más añoro sea precisamente el de la cercanía y el contacto de los niños y la escuela en cada momento con los animales y con la naturaleza en su sentido más amplio. Ver pasar una majestuosa águila culebrera sobre el recreo, comprobar la colosal reunión de aviones comunes previa a su viaje migratorio, las cabras en las inmediaciones, las ardillas, la participación de los niños en las faenas agrícolas de los abuelos, la colección naturalista, las colaboraciones de muchos amigos de la clase, poder tratar esa cantidad ingente de información y de motivación en las clases,...
En todo caso, la excursión comentada ahora significó una mañana estupenda de conocer, descubrir, sorprender y, también, sonreír.