lunes, 15 de febrero de 2010

LA MEUA PÁTRIA MENUDA.


Tengo apuntadas en una esquina de un viejo periódico varias ideas que guardé con prisa y con la intención de desarrollar con calma: sobre un articulista que proclamaba el feliz tiempo en que podríamos comer el jamón serrano sin sacarlo del envoltorio, engullido con sabroso plástico polimérico; sobre la risa que produce en estos tiempos un depósito bancario de Banesto que da un interés concreto, pero lo aumenta un punto porcentual si la selección de fútbol gana el mundial; sobre los inspectores de sanidad que con tono circunspecto indican la seria prohibición de colocar objetos sobre los armarios de la escuela; o sobre el periódico Heraldo capaz de alabar las tremendísimas bondades ecológicas del los JJOO de invierno de Vancouver y, a la vez, insertar un pequeño artículo en el centro de la misma página en el que indican que, ante la falta de nieve de las montañas donde se celebraban las pruebas, ésta era traída desde montañas distantes cientos de kilómetros.

Pero no. Prefiero que este lugar acoja un precioso poema de Desideri Lombarte, poeta nacido en Peñarroya de Tastavíns hace setenta y tres años. Espero que sientan la intensidad de sus palabras.

No vull una pátria gran
ni una pátria mitjaneta,
que la vull ben menudeta.
Conéixer-la pam per pam
i estimar-la sencereta.

No la vull pobra ni rica,
ni humiliada ni orgullosa,
vull la pátria més preciosa,
i la vull verda i florida
i fresca com una rosa.

Vull, al mig d’ella plantat,
i tocant de peus a terra,
a la dreta i a l’esquerra
vore-la de part a part,
els Rius, els plans i la serra.

Una patria tan rodona
que de llevant a ponent,
els dos braços estenent,
la puguera abraçar tota
i no me’n sobrare gens.

Com una nóvia, estimada,
blanca com flor d’ametler,
dolça com mel de romer,
com una espiga, granada,
florida com un roser.

Eixa pátria que jo vull,
eixa pátria és la que tinc;
la pátria dels meus amics,
la pátria del meu orgull.
i aquí vull viure i morir.