viernes, 1 de diciembre de 2006

¿QUÉ OCURRIRÍA SI…?.

Como gente de bien que pretendemos ser, hoy debemos sentirnos agradecidos de la ilustre compañía Timofónica de España. Hoy Jaime y yo hemos hablado más de dos horas por teléfono. Y, hombre, sin intereses sexuales ni económicos en juego, creo que el asunto es reseñable.

El sentimiento de Jaime del jueves por la tarde es igual, creo, al mío del miércoles por la tarde hace dos años. Sólo cambia que sus alumnos aún no tienen granos (lo que, por otra parte, facilita bastante el asunto).

Y ahí me veo consolando al pobre hombre, recitando las mejores frases que he podido recolectar en este tiempo de los maestros buenos a los que he tenido la fortuna de conocer: “tranquilo, mañana cualquier gesto o detalle te devolverá la sonrisa; es cuestión de crearte un huequecico con la gente que merece la pena y caminar con ilusión; hay que preocuparse por estar cerca de aquellos de los que aprender; pese a todo, seguimos teniendo el oficio más hermoso. Con esto basta.”.

De todos modos, es complicado animar cuando eres el que más negro ve el asunto. La tentación del monte.

Leo la revista Muy Interesante desde hace unos doce años. El arco iris sobre el cielo nublado. En ese tiempo jamás he captado indicio de posicionamiento político o social. Ha sido ajena a toda polémica y su esfuerzo se ha centrado en ofrecer una magnífica panorámica de la actualidad científica y cultural cada treinta días. El pasado mes, por primera vez, me sorprende la existencia de un artículo en el que creo captar un buen grado de enfado. Trata sobre el movimiento denominado creacionismo, o diseño inteligente: una especie de movimiento cristiano fundamentalista que trata de eliminar de un plumazo la teoría de la evolución (Darwin…) y dilapidar un cimiento básico de la ciencia moderna. Si tienen un rato desocupado, echen un vistazo al asunto, que asusta. Y no son cuatro tipos de conciencia distraída, sino que sus teorías han estado presentes en varios currículos de estados americanos, han ofrecido charlas en universidades como Yale, cuentan con acérrimos defensores como el cardenal de Viena, o, en España, sus ideas han aparecido este año en artículos del Diario Vasco y La Razón, y en un dossier especial en ABC. Incluso han estado presentes en la Universidad Complutense de Madrid, y se apoyan en un seminario permanente (“ciencia, razón y fe”) de la Universidad de Navarra.

Como contrapunto, Muy Interesante, cita al Dalai Lama, quien en su último libro afirma que “entender la naturaleza de la realidad se consigue mediante la investigación crítica: si el análisis científico demuestra de manera concluyente que ciertas afirmaciones del Budismo son falsas, debemos aceptar los hallazgos de la ciencia y abandonar esas afirmaciones”.

El Azor Tundra está estudiando asuntos sobre la descendencia de Napoleón, o el hipoclorito de floripondios. Entre rato y rato, se acerca a los Galachos de Juslibol y observa fochas, zampullines, herrerillos, carboneros, cernícalos, y otras maravillas aladas. Ya casi le conocen los ornitólogos del lugar. Pronto descubriremos a los búhos reales y a las lechuzas. Pronto también nos reencontraremos con el olor a Pirineo. Este tipo me proporciona buena parte de los motivos para seguir sonriendo.