“…cerca de las cuevas que habitaron los hombres prehistóricos antepasados de José. Y José lo mira: no le teme a nada y le teme a todo. Es viejo. Pierde fuerzas. Le preocupan el invierno, la nieve, y el viento. Pero no se asusta. Hace lo que tiene que hacer en cada tiempo. Forma parte de la montaña, como los enebros, las águilas, las abejas o los quejigos”.
Hoy es un mal día. La vieja señora de la guadaña. Me desconcierta observar la quietud absoluta donde antes había ágil movimiento, donde antes se mezclaba con pasión esa especie de receta milagrosa y fascinante que es la vida dando lugar a algo maravilloso. En todo caso, sirva para hacerme un poco más sensible, si cabe, ante nuestra infinita suerte (y responsabilidad).
Este blog cuenta desde hace algunos días con nuevos visitantes. Sean bienvenidos. El lugar, en esencia y no estoy seguro, simplemente responde a cierta necesidad interior de contar. De contar para entender y para comprendernos. Tanto como entender y comprender no: más bien para calmar el desasosiego de lo contrario. Suelen aparecer fallos, emociones, decepciones y alegrías.
El sábado finalizó el curso de EF organizado por el CPR de Alcañiz. Este último fin de semana el ponente, Alfredo Larraz, trató el tema del currículum aragonés de EF y expuso su idea de programación basada en la praxiología motriz (conducta motriz, dominios de acción, principios operativos, de método, de gestión, competencia motriz, educación integral del niño, etc.). Por diversas circunstancias en poco tiempo le he escuchado varias veces y sólo puedo estar agradecido. Conocimiento y trabajo ingente, maravillosas historias de Pierre Parlebas, o del pedagogo francés de Olorón (“ustedes dirán”, “usted me enseñó a pensar”), palabras comprometidísimas en cada uno de sus sonidos con la escuela, con la mejor educación posible para los niños. Hace dos años, en Ansó, mi tierra espiritual, pensaba cada dos días que mi oficio era el más hermoso. Por diversas circunstancias, ahora no pienso tantas veces ésto. El sábado, de nuevo, durante el curso, volví a sentir que mi trabajo era el más bonito, y que era afortunado, y que ser maestro es un privilegio, y que la escuela es una buena razón para invertir una vida si ésta quiere ser plena. Todos los asistentes quedaron ilusionados. No dejen de escucharle si tienen ocasión.
Ya lo he comprendido. Mis vidas, las dos, quedan al margen de la ley y sus zarandajas. Por encima, por debajo, o a un lado, no importa. Nos echaremos al monte, otra vez, y sólo pensaremos en lo importante. Eso sí, siempre poniendo todo en juego, los sentimientos y las fuerzas. Que no haya ni un miserable segundo malgastado por lamentar. Vivir cada día como si fuera el último. Va todo en la apuesta.
Hoy es un mal día. La vieja señora de la guadaña. Me desconcierta observar la quietud absoluta donde antes había ágil movimiento, donde antes se mezclaba con pasión esa especie de receta milagrosa y fascinante que es la vida dando lugar a algo maravilloso. En todo caso, sirva para hacerme un poco más sensible, si cabe, ante nuestra infinita suerte (y responsabilidad).
Este blog cuenta desde hace algunos días con nuevos visitantes. Sean bienvenidos. El lugar, en esencia y no estoy seguro, simplemente responde a cierta necesidad interior de contar. De contar para entender y para comprendernos. Tanto como entender y comprender no: más bien para calmar el desasosiego de lo contrario. Suelen aparecer fallos, emociones, decepciones y alegrías.
El sábado finalizó el curso de EF organizado por el CPR de Alcañiz. Este último fin de semana el ponente, Alfredo Larraz, trató el tema del currículum aragonés de EF y expuso su idea de programación basada en la praxiología motriz (conducta motriz, dominios de acción, principios operativos, de método, de gestión, competencia motriz, educación integral del niño, etc.). Por diversas circunstancias en poco tiempo le he escuchado varias veces y sólo puedo estar agradecido. Conocimiento y trabajo ingente, maravillosas historias de Pierre Parlebas, o del pedagogo francés de Olorón (“ustedes dirán”, “usted me enseñó a pensar”), palabras comprometidísimas en cada uno de sus sonidos con la escuela, con la mejor educación posible para los niños. Hace dos años, en Ansó, mi tierra espiritual, pensaba cada dos días que mi oficio era el más hermoso. Por diversas circunstancias, ahora no pienso tantas veces ésto. El sábado, de nuevo, durante el curso, volví a sentir que mi trabajo era el más bonito, y que era afortunado, y que ser maestro es un privilegio, y que la escuela es una buena razón para invertir una vida si ésta quiere ser plena. Todos los asistentes quedaron ilusionados. No dejen de escucharle si tienen ocasión.
Ya lo he comprendido. Mis vidas, las dos, quedan al margen de la ley y sus zarandajas. Por encima, por debajo, o a un lado, no importa. Nos echaremos al monte, otra vez, y sólo pensaremos en lo importante. Eso sí, siempre poniendo todo en juego, los sentimientos y las fuerzas. Que no haya ni un miserable segundo malgastado por lamentar. Vivir cada día como si fuera el último. Va todo en la apuesta.