A grandes rasgos, ésta es mi vida...
Esta semana ha ocurrido un hecho que me hace sentir profundamente avergonzado de mí mismo. Ha sido un comportamiento inesperado, sorprendente, impensable, que no ha provocado el mínimo efecto negativo en nada ni nadie, pero que me deja una profunda marca en la conciencia.
Sigo avanzando en la escuela, sintiéndome cada día un poco más cómodo, pero igual de inútil e incompetente. Es el tema de la comunicación el que genera la mayor parte de mis problemas y errores. Al existir problemas en el lenguaje ordinario en la mayor parte de los grupos, cada tutor emplea distintos sistemas de comunicación alternativos o aumentativos: signos, pictogramas, pulsadores, sistemas informáticos. Mi inexperiencia, el poco tiempo que paso con cada grupo y el desconocimiento de estos sistemas hacen que los utilice de forma poco ajustada a las necesidades en la mayor parte de los casos.
Probablemente, a una persona ajena a la educación especial que entrara en un centro específico le llamaría la atención la gran cantidad de pictogramas que acompañan muchos elementos del centro: relacionados con el calendario, con el menú diario, con distintas rutinas, con normas de clase, etc. Estos pictogramas constituyen uno de los más utilizados sistemas de comunicación aumentativa que se utilizan en los centros y ayudan a los niños a comprender multitud de aspectos sobre contenidos, normas, hábitos, …, y a relacionarlos con su grafía. El programa Boardmaker es el editor de paneles de comunicación que conozco para realizar este tipo de materiales y constituye una herramienta de imprescindible conocimiento. Su manejo es muy sencillo, y me extraña que no tenga una mayor difusión en otros ámbitos como educación infantil, alumnos con dificultades de aprendizaje, o alumnos inmigrantes desconocedores del idioma.