La vida sucede ajena a fracasos y éxitos.
En la última parte de este trimestre los grupos de alumnos más mayores están realizando un trabajo de interpretación a través del movimiento de algunas poesías. Por esta razón llevo varias semanas rodeado de libros de poesía y tengo a mano el que les mostraré a continuación. Quizá comparta con Baudelaire cierto sentimiento de desafio ante la adversidad.
Hoy he comido rápidamente y, junto con mi compañero filósofo y perro, he acudido al bosque cercano para leer estos y otros versos entre musgos, silencios y pinos colosales.
EL MUERTO ALEGRE.
En una tierra crasa llena de caracoles
quiero cavar yo mismo una fosa profunda,
donde a mi gusto pueda meter mis viejos huesos
durmiendo en el olvido como escualo en la onda.
Odio los testamentos y odio las sepulturas;
antes que suplicar una lágrima al mundo,
viviente, yo prefiero invitar a los cuervos
a sangrar los salientes de mi inmunda carcasa.
!Vermes! Negros amigos sin orejas ni ojos,
ved que llega a vosotros un muerto alegre y libre;
!libertinos filósofos, hijos de lo podrido,
a través de mi ruina id pues sin que os remuerda,
y decidme si aún hay tortura para este
viejo cuerpo sin alma y entre los muertos muerto!