viernes, 16 de junio de 2006

3 días de clase.
Del mundo del P.A. y el N.M. me gustaría hablar, pero no tengo fuerzas.
Lo más bonito de estos últimos días son las clases de Educación Física, donde con alumnos de 6 a 14 años estamos recorriendo algunas bonitas zonas de nuestro entorno. Me gustaría que vieran algunas imágenes de los lugares por los que vamos, las zonas que son capaces de atravesar niños de seis o siete años, los paisajes que recorremos, ...; yo no sé cuánto de bien lo estaré haciendo, pero lo que sí aseguro es que dificilmente puedo quedar más contento de cómo están transcurriendo las sesiones y de lo que están aprendiendo los alumnos, que todo el día siguen practicando por el pueblo con sus amigos.
El domingo se celebra una carrera de orientación en Linza, muy cerca del pueblo. Este deporte reune, a juicio de muchas personas, unas maravillosas condiciones desde el punto de vista educativo, en referencia directa a la Educación Física. Como en las clases habíamos trabajado algunas cosas de este deporte, y tratando de ampliar la experiencia "a la vida real" intenté que los alumnos de la escuela se animaran a participar. El resultado ha sido que, de unos 20 niños disponibles, el domingo participarán 13, lo que me parece una auténtica maravilla, y me hace estar bien orgulloso de una escuela con tal nivel de iniciativa.
En esa prueba trabajarán en equipo, harán grandes esfuerzos por interpretar el mapa, correrán un buen trecho, y disfrutarán de la naturaleza, y de un buen plato de migas al acabar. Creo que no se puede pedir más.
Pienso en esto y recuerdo algunas frases que pronuncié en la oposición. Me anima comprobar que algunas cosas van adquiriendo forma y sentido.
Por cierto, otro motivo de pena por mi marcha tiene que ver con el nacimiento del grupo de trabajo Pintacoda, donde, con muchos compañeros ejemplares, seguro hubiera aprendido a ser un poco mejor maestro. Espero, al menos, mantener el contacto.