Quizá este blog no sirva como una referencia muy clara para futuros maestros porque todo el camino andado hasta aquí ha resultado ser casi como la mejor de las previsiones, y supongo que esto no siempre será así.
Tras acabar magisterio, aún sin mucha capacidad de entendimiento y comprensión de la vida, decidí matricularme en la Licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Al acabarla sí que tenía claro que quería ser maestro, y por tanto las oposiciones eran el camino a seguir.
A partir de este momento, tras buscar varios trabajos con los que subsistir, decidimos formar un grupo de trabajo para comenzar a elaborar el temario y preparar las pruebas. Esta fase se resume en dos años de mucho sacrificio y de momentos muy importantes de convivencia que creo han forjado una fuerte amistad. Tengo ahora en la cabeza imágenes como las de dos personas estudiando en el mes de junio, sin ganas ni de mirarse a la cara, con 33º en el cuarto, y aguantando un poco más el estudio para ver si era el otro el que dejaba los apuntes, demostrando así cierta debilidad en su fuerza de voluntad, además de tener que ir a hacer la cena. Y tantas otras... (el torero, el día que Jaime preparó el hatillo para irse de casa, Policarpo, el día que aprendí a jugar al siete y medio y gané una cena aún no cobrada, las dos tabletas de chocolate de las que nunca más se supo, ...).
El primer año nos presentamos a las oposiciones de secundaria y del golpe sufrido aún estoy dando vueltas. Creo que fueron las oposiciones en su pura esencia: año de estudio, suerte en el sorteo, dos temas que yo había preparado, redacción y lectura buena: No Apto, No Explicación.
Segundo año, oposiciones de primaria, trabajo en un colegio concertado (La Anunciata de Zaragoza, en el que tantas cosas aprendí, y a cuyos profesores y alumnos tantos agradecimientos debo), más ansiedad pero mayores dosis de escepticismo, mejor preparación: Aprobado.
La experiencia de la oposición es algo curiosísimo. Yo lo recuerdo como esos momentos especiales de los que guardas en la memoria gran cantidad de detalles: gestos, situaciones, sensaciones, y en el que hay tal cantidad de personas, procedimientos, cosas en juego, reglas de juego, consecuencias, ..., que no acabas de entender muy bien nada de lo que está pasando realmente. Este tema merecerá un artículo específico...
Y todo lo anterior para finalmente poder estar escribiendo estas líneas desde Ansó, pensando a la vez qué voy a hacer mañana en clase, donde volveré a encontrarme con Diego, Guillermo, Andrea, Sergio, ...