¿Hacia dónde?
Hoy apenas puedo compartir con ustedes un fragmento de una entrevista que leí hace unos días en una sala de espera. Las dos o tres preguntas del texto rondan por mi cabeza con patológica frecuencia, por lo que observé con gran interés las ideas del personaje entrevistado. Al acabar intenté arrancar las páginas para llevarlas conmigo, pero los compañeros de espera leían con un ojo el Hola y con el otro vigilaban mis movimientos, así que desistí. Cómo si robar estuviera hoy mal visto!. Afortunadamente en casa pude dar con el texto:
La política me interesa como ciudadano, no como artista. Nunca he creído que los gobiernos sean capaces de resolver los problemas reales o de poner fin al sufrimiento del mundo. Digamos que eliges a un demócrata o a un republicano o que los ciudadanos de Libia han derrotado a Gadafi y logran llevar una vida más libre y democrática. Todo eso es maravilloso, estoy a favor, pero aún tienes que resolver las grandes preguntas: «¿Por qué estamos aquí?». En cuanto has derrotado al dictador de turno, tienes un poco de dinero, no te mueres de hambre y vives en una democracia, te das cuenta de una cosa: «Voy a morir. Y mi familia y mis hijos, también. ¿Cuál es el sentido de todo esto?». Esas son las verdaderas preguntas, que a mí me aterrorizan mucho más que los gobiernos.
Que tengan buen fin de semana.