Creo que acabo de cumplir el período de tiempo más lago sin escribir en el blog desde que comencé con él hace más de cuatro años. Simplemente estoy experimentando la situación profesional más desbordante que he vivido hasta la fecha, y que implica llegar a las doce de la noche de cada día habiendo realizado un esfuerzo físico, mental, y emocional que me deja apenas unas pocas fuerzas para alcanzar la cama y esperar el comienzo de un nuevo día.
La exigencia tan alta en una escuela modélica, mi lenta adaptación a la dificilísima educación especial, y otros pocos problemas que yo mismo aporto me obligan a enfrentarme a un reto constante, y que creo supondrá un punto de inflexión extraordinario en mi formación como maestro.
Mientras tanto, los fines de semana y descansos van llegando como salvavidas en los momentos en que las piernas ya apenas me sujetan, no me queda voz para hablar, y la cabeza apenas puede encadenar dos o tres pensamientos.
Que descansen.
La exigencia tan alta en una escuela modélica, mi lenta adaptación a la dificilísima educación especial, y otros pocos problemas que yo mismo aporto me obligan a enfrentarme a un reto constante, y que creo supondrá un punto de inflexión extraordinario en mi formación como maestro.
Mientras tanto, los fines de semana y descansos van llegando como salvavidas en los momentos en que las piernas ya apenas me sujetan, no me queda voz para hablar, y la cabeza apenas puede encadenar dos o tres pensamientos.
Que descansen.