Ya dije hace unos días que cedía la parte de mi sueldo que fuese necesaria para ayudar al resurgimiento y la gloria del país. Lo reitero. Pueden quedarse hasta el ochenta por ciento. Más no. Mientras no se enteren que algunos encontramos el placer levantando cuatro piedras y moviendo unos palos en medio de la estepa, no hay problema. Si se enteran, nos lo joderán.
Aquí les dejo algunas de las razones por las que intento ser maestro marciano.
Que tengan buen miércoles.