miércoles, 24 de noviembre de 2010

SOBRE BANCOS.

El perro Tastavín durante sus reflexiones.


Las obligaciones se amontonan, así que he decidido tumbarme un rato en el suelo con el perro Tastavín para meditar y reflexionar en torno a la existencia. Entre ronroneos más propios de un gato y agradecido por las caricias, me ha ido describiendo su manera de ver las cosas. Yo le miraba a los ojos y, créanme, estaba todo lo de acuerdo que se puede estar con un perro de menos de diecinueve meses de edad. Si el perro Tastavín se presentara a las próximas elecciones puedo asegurarles que nos guiaría con un criterio muy racional y coherente. Lastimosamente, cuando llegábamos a las claves que explicaban los asuntos más trascendentes, y probablemente a causa del masaje en el muslo derecho, el perro Tastavín se ha dormido.

Ayer conocí Triodos Bank en Cuaderno de Campo. Siento no haber conocido propuestas de banca ética antes. Hace un tiempo tuve una cuenta corriente en un famoso banco holandés. Esta cuenta reportaba beneficios mensuales, permitía contratar depósitos de gran rentabilidad, etc. Hasta que un día pensé que con esos ahorros en ese lugar estaba colaborando en el gran entramado especulativo y desmedido construido cada día por estas entidades cuya vida gira en torno al beneficio máximo y al crecimiento. Saqué mis ahorros y los guardé bajo el colchón, a la antigua usanza. Las personas cercanas no entendieron bien tal acción, me acusaban de reaccionario (“intento debilitar el sistema bancario”, era la explicación que les daba…), de arriesgarme a que me robaran (si alguien tiene interés, el dinero está en el mismo lugar, aunque tengan cuidado con el perro Tastavín, pues está versado en política y filosofía pero también es un perro muy agresivo), de perder los beneficios del banco naranja, etc. Mi siguiente pensamiento fue desdomiciliar la nómina y cobrarla personalmente. Está nómina era ingresada cada mes en el banco que comete algunas de las mayores tropelías medioambientales en Aragón, por lo que colaborar con ellos no parecía lo mejor. La desdomiciliación no es una opción contemplada por quien me paga, así que no podía poner solución a este problema.

El enlace de Cuaderno de Campo me permitió escuchar una conferencia del subdirector de Triodos Bank, Joan Melé. Los enlaces a vídeos suelen darme bastante pereza, más si duran casi dos horas, pero comencé a escucharlo y me quedé pegado a la pantalla hasta su conclusión. Son ciento diez minutos de ideas claras y valientes, de optimismo y propuestas para el cambio. Les recomiendo encarecidamente que, al menos, lo vean comenzar. Tanto si creen que actualmente éste es un buen mundo para vivir como si están convencidos del inminente y dramático fin del mismo.

Hablando de bancos, hace ya casi once años que en uno de ellos (de los de madera, en este caso) pronuncié unas palabras titubeantes y atascadas que me siguen haciendo, aún hoy, un ser vivo profundamente afortunado.

Que tengan buen fin de semana.