Si alguien quiere disfrutar de la naturaleza (la de verdad) que se dé prisa, porque la destrucción avanza a ritmo imparable.
Aramón, Montañas de Aragón, reza el slogan. Tiene su punto cínico.
Ampliación de la estación de Cerler: tres campos de golf (Dios mío!), tres hoteles de cinco estrellas (Dios mío!), 13.000 nuevas camas (Dios mío!), zonas termales, etc...
Para mí, la gente que va a jugar al golf y a dormir a un hotel de cinco estrellas no encaja (supercoches en superautopistas, consumo, escasa valoración medioambiental, ...) con semejante maravilla de la naturaleza, sino que choca frontalmente con aquello que hace que se les llene tanto la boca a tantos y tantos políticos y gentes relacionadas con el cemento: el desarrollo sostenible.
Menos mal que moriré antes de que todo sea un gigantesco campo de golf.