miércoles, 1 de febrero de 2006

Con la escalofriante cifra de 10 o 20 lectores al día no surgen excesivas ganas de lanzar las ideas al mundo. Ideas muy íntimas y personales en muchos casos.

Supongo que tendremos que poner en marcha algún concienzudo plan de marketing y revitalización. O quizá, como ya propuso uno hace poco, tendremos que empezar a incluir algún material de alto interés para los internautas. Aunque entonces cambiaría la temática del blog. Ya veremos.

Hoy leo que en enero se han batido los récords de consumo televisivo por parte de los españoles. La nada despreciable cifra de 244 minutos por persona y día. Si consideramos también un dato que parte de mis propias investigaciones (muy peligrosas, por cierto), y que dice que enero no ha batido pero sí igualado el nivel de bazofia televisiva de los meses precedentes, pues que juzgue cada uno. 244 minutos. La auténtica escuela de nuestros días.

También leo que en Badalona el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña obliga a un colegio a impartir, de manera individual a un niño, las cuatro horas semanales de lengua española que obliga la legislación (y que no impartían). Estoy en una fase en la que empiezo a no comprender bien algunas reivindicaciones nacionalistas que antes aceptaba instintivamente. También empiezo a no entender algunas acciones nacionalistas que más bien parecen pretender perder riqueza cultural antes que lo contrario. Pero no me apetece hablar de esto. La cuestión es que me da pena lo de esta escuela de Badalona. Me parece que no es más que un detalle de cómo un asunto político (lo que para mí significa, cada vez más, suciedad, egocentrismo, e intereses particulares) afecta de manera tan decisiva en la educación de varias generaciones de niños. LOGSES, LOCES, LOES. A esto mi amigo Arturo le pondría un apellido bien claro.

Hoy en clase hemos intentado comprender qué son los agujeros negros. Lo que tiene su miga porque si le preguntamos al señor Hawking nos intentaría explicar cosas como que el espacio y el tiempo se expanden junto al universo, o que el lugar donde se concentraba toda la materia del universo tenía volumen cero y densidad infinita. Y la España de los hermanos grandes, los serrano y el fútbol (fúrbol) (casi mejor los toros, la tortilla de patata, y las sevillanas) viendo sus 244 minutillos de televisión diaria; directa a la vena.

Nada más hoy. Saludos a los diez o veinte, nuestra pequeña familia electrónica.
En la reunión de este trimestre indiqué a los padres que estábamos en el momento importante del curso, tras el primer trimestre de adaptación y el último tan corto. Espero que le saquemos gran provecho, pero tengo la impresión de que se empieza a acumular el trabajo.

Estos días hemos tenido que suplir al maestro de infantil, como hemos podido, entre los otros tres maestros de la escuela. Hoy por la tarde he estado yo con estos alumnos de infantil y con los míos. Horroroso. No he podido hacer nada más que sofocar quejas y peticiones, vigilar que nadie se hiciese daño. En definitiva, he hecho de madre. Y lo odio porque no es mi trabajo (creo) y me genera una terrible sensación de descontrol y de no sacar ningún trabajo adelante con mi grupo.

El día a día está plagado de obstáculos como éste, o fiestas, o días de la Paz, del Carnaval, o del Jamón con Tomate. A eso le añadimos los lógicos catarros de cada niño, sus viajes, etc., y tenemos que la continuidad, que tan importante me parece, está amenazada por todas partes.

Hoy el señor al que pago cada mes, me ha dado un regalo en forma de palabras. He podido escuchar algunas historias de hace años, de cuando la vida era más seria y más auténtica que ahora, cuando no había silicona, ni photoshop. No dejo de pensar en los vertiginosos cambios de los últimos años. Ya se sabe... no me gusta casi ninguno.