martes, 29 de noviembre de 2011

POESÍA, GUSANOS, SILENCIOS.

La vida sucede ajena a fracasos y éxitos.

En la última parte de este trimestre los grupos de alumnos más mayores están realizando un trabajo de interpretación a través del movimiento de algunas poesías. Por esta razón llevo varias semanas rodeado de libros de poesía y tengo a mano el que les mostraré a continuación. Quizá comparta con Baudelaire cierto sentimiento de desafio ante la adversidad.

Hoy he comido rápidamente y, junto con mi compañero filósofo y perro, he acudido al bosque cercano para leer estos y otros versos entre musgos, silencios y pinos colosales.

EL MUERTO ALEGRE.

En una tierra crasa llena de caracoles
quiero cavar yo mismo una fosa profunda,
donde a mi gusto pueda meter mis viejos huesos
durmiendo en el olvido como escualo en la onda.

Odio los testamentos y odio las sepulturas;
antes que suplicar una lágrima al mundo,
viviente, yo prefiero invitar a los cuervos
a sangrar los salientes de mi inmunda carcasa.

!Vermes! Negros amigos sin orejas ni ojos,
ved que llega a vosotros un muerto alegre y libre;
!libertinos filósofos, hijos de lo podrido,

a través de mi ruina id pues sin que os remuerda,
y decidme si aún hay tortura para este
viejo cuerpo sin alma y entre los muertos muerto!

miércoles, 16 de noviembre de 2011

SOBRE SEMIDIOSES PEDAGÓGICOS. PERMÍTANME HOY AGRADECER.

Hoy es un gran día. En primer lugar saludaré a la secretaria de mi centro de trabajo, pues parece que furtivamente se acerca por aquí alguna vez. Puedes ver, según lo escrito, que soy persona de buenas intenciones, aunque hable demasiado en los claustros.

Hace dos días los niños concluyeron las cartas que enviaremos al CEE Jean Piaget para continuar nuestro contacto. En estas cartas hablaban de sus familias, de sus aficiones, sobre el verano, y también sobre la escuela. En este punto me quedé muy sorprendido cuando todos los niños que escribían sobre asignaturas favoritas se referían a lengua.

Hoy Mariano Coronas visitaba nuestro centro para ofrecernos una charla sobre las palabras, los libros, las ideas, y la vida. La lengua es la asignatura favorita de mis alumnos porque yo tengo la suerte de conocer a Mariano Coronas. Así de sencillo.

Me acuerdo que hace unas semanas te leía sobre el día que comenzaste a trabajar en un nuevo centro, cuando te presentaron ante los padres como el maestro de los métodos nuevos. Da para pensar un rato que, más de treinta años después, sigas siendo el maestro innovador que intenta sacarnos de posiciones inmovilistas, acomodadas y ajenas al sentido común.

Muchas gracias por el ejemplo constante. En el maestro que soy hoy mismo, hay un porcentaje muy grande de ti.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿PARA QUÉ SIRVE EL ESFUERZO?

Hace unos instantes estaba en el suelo con el perro Tastavín. Estábamos a oscuras comentando las peripecias de los últimos días, que no son pocas, y, sobre todo, tratando acerca de lo que está por venir. Él, como digo, es un perro, por lo que aporta un punto de vista extraordinariamente sencillo de la vida. Yo no sé en qué momento de la evolución los humanos dejamos de desear la misma vida sencilla que un perro, pero la realidad indica que así ocurrió y con ello hay que apañarse.

Hoy deseo escribir sobre el esfuerzo.

Hasta el curso pasado nunca había planteado contenidos con una importante exigencia agonística. Pensaba que los beneficios eran pocos y grande el rechazo generado en los alumnos en el presente y para el futuro. Este trimestre he realizado la primera aproximación a la carrera de larga duración y estoy muy sorprendido.

El objetivo de trabajo consistía en conseguir completar cada día el tiempo de carrera previsto ajustando las condiciones personales hasta encontrar el ritmo correcto. Dosificar, en resumen. Así, el reto final consistía en ser capaz de correr veinticinco minutos de forma ininterrumpida.

Uno de los aspectos más bonitos de este trabajo radica en la cantidad enorme de elementos relacionados que se pueden abordar en clase, como alimentación, implicaciones del ejercicio en la salud, indicadores del esfuerzo, y la curiosa palabra: esfuerzo. En distintas ocasiones los alumnos han preguntado sobre qué sentido tiene correr, qué sentido dar a mantener la fatiga cuando tu cuerpo te pide parar y descansar, lo que ha dado lugar a un interesante intercambio de ideas cercano a lo filosófico. Las respuestas se han referido a la superación personal, al afán de mejora, al conocimiento de uno mismo, a sentirse vivo, o a la serenidad y alegría que se alcanza cuando hacemos cualquier tipo de esfuerzo y finalmente miramos atrás observando lo conseguido.

En buena medida, cuando hace unos días los niños corrían para completar el tiempo, sencillamente estaban haciendo eso: buscar el esfuerzo para demostrarse a sí mismos que eran capaces de superarlo. Para cerrar la unidad he propuesto a los alumnos quedar un día a la salida de las clases e intentar realizar corriendo el itinerario que ellos decidan y que represente un reto importante. Han aceptado con interés y creo que mañana todos ellos acudirán a la cita.

Tengo el nítido recuerdo de una mañana, hace seis años, cuando intentaba expresar a mis alumnos al principio de la clase la sensación tan maravillosa de plenitud que había experimentado el día anterior cuando, en un radiante día primaveral, atravesaba sobre la bici el entorno del Monasterio de San Juan de la Peña. Hace unos días les hablé de una sensación parecida recién disfrutada. Creo que los alumnos, especialmente los más mayores, tienen la capacidad de vivir algunas emociones de forma similar, y ahí aparece un filón inagotable de trabajo que conecta con elementos trascendentes: esfuerzo, comunicación, sensibilidad, seriedad, reflexión, …tenemos la suerte de vivir una vida maravillosa, llena de estímulos que nos dejan con la boca abierta, con el corazón y los sentidos galopando. Hay que acercar a los niños hasta ellos.

jueves, 3 de noviembre de 2011

HOY ERA SOBRE UN GRAN LIBRO DE J. GOULD, PERO...

Acabo de leer algunos artículos sobre el nuevo orden mundial y sobre los indicadores que señalan nuestra época como un momento de claro cambio histórico. También he leído una reseña sobre un reciente libro en el que se analiza la evolución tecnológica y la posibilidad de implantar nuestra conciencia en dispositivos digitales. Estoy abrumado y desconcertado.

Hace un año, o quizá más, les escribía por primera vez sobre los banqueros que juegan durante un rato a ser buenos. Se quitan el antifaz, dejan el saco, etc., y hacen creer que desean el bien mundial. O quizá simplemente sea un truco para lanzarse sobre los confiados y arrancarles el corazón con unas tenazas. En cualquier caso, como decía, ayer llegó al claustro la campaña del banco BBVA sobre educación en valores (valores del futuro, lo llaman). No sé si añadir algo más. Creo que el simple envío del paquete a los centros escolares es hiriente y ofensivo, y ofrece un apunte sobre la situación que vive la escuela. Es una muestra clara de que, por grande que sea el disparate, todo es posible en este momento. El BBVA formando los valores de los niños. ¿Asusta o no?

Les muestro algunas perlas:

El programa es “una respuesta educativa global para niños de primaria y de la ESO (6-14 años). Su objetivo es fortalecer la educación en competencias y valores asociados al uso del dinero, como la responsabilidad, la prudencia, el ahorro, el esfuerzo y la solidaridad.”

“Es una iniciativa de BBVA con el fin de promover competencias y valores asociados al uso del dinero (el esfuerzo, la solidaridad, el ahorro…) mediante talleres participativos que fomentan la reflexión y el diálogo en el aula.”

“El Programa Valores de futuro desarrolla la educación en valores y competencias asociados al uso responsable del dinero necesarios para formar ciudadanos con sólidas bases éticas.”

Y paro ya. El año próximo volveré a dar cuenta de este regalo pedagógico (si circunstancias como la vida aún me acompañan, claro) Hala, docentes del mundo, a participar. Yo lo haré cuando encuentre el capítulo en el que explican a los niños cómo ganar 3143 millones de euros en los primeros nueve meses del año sin pisar al prójimo.