martes, 30 de enero de 2007

PASEANDO POR LAS NUBES (I).

Me encanta escucharle.

También esto pudiera interesar, aunque no sirva.

Necesito un experto en poesía: ha de aconsejarme.






viernes, 26 de enero de 2007

ESCUCHAR.

He decidido cerrar la puerta con sólo una vuelta de llave. Calculo que, con las cinco centésimas de segundo que ahorraré, conseguiré reunir varias horas extra para disfrutar de la vida al cabo de unos años.

Siempre me ha gustado tener mayor predisposición a atender que a hablar. Siempre he intentado pensar concienzudamente las cosas dichas.

Siento que ahora hablo demasiado, que debiera escuchar más y pensar mejor.

Debo madurar pensamientos, y recolectar ideas.

Disculpen.

miércoles, 24 de enero de 2007

UN PAÍS, PARA TIRAR, EN LA MOCHILA.

El curso pasado en la escuela de Lledó, perteneciente al CRA Algars, con sede en Cretas, los alumnos realizaron una especie de reportaje donde explicaban los principales elementos de interés de su pueblo apoyándose en una parodia de un País de la Mochila, de J. A. Labordeta. Por ello obtuvieron un importante premio nacional promovido por RTVE.

Los alumnos cursaron una invitación para el polifacético Labordeta, y éste se presentó la semana pasada en su escuela. Es reseñable que no hizo una visita relámpago, tan típicamente política, sino que estuvo buena parte de la jornada con los niños. Nuestra enhorabuena para la escuela, su maestro Julio, y también para J. A. Labordeta, por su vida entera y su cercanía.

Hilarión Gimeno: ya saben, festival navideño suspendido, escándalo mediático, profesores a la hoguera, etc. El pasado miércoles, durante el claustro, se nos informa de un escrito remitido por este colegio en el que piden nuestra adhesión a su comunicado, donde solicitan una disculpa pública de Heraldo y del Justicia de Aragón por el trato dispensado. En caso de falta de disculpa, el escrito indica la ruptura de los firmantes con ambas entidades (dejar de recibir el Heraldo Escolar básicamente). Entre el claustro, discrepancia de opiniones: maestros contrarios a dejar de recibir la publicación, otros que recuerdan el maltrato dado a los compañeros, etc. Por unas cosas o por otras, ni en esto sabemos mostrar una actitud decorosa.

Cultura: un escritor muy nombrado por aquí suele quejarse del irrespetuoso tratamiento actual de la palabra CULTURA. Siempre dice que ahora se antepone la palabra cultura a cualquier cosa: cultura gastronómica, cultura urbana, cultura del vino, y cultura de la madrequelosparió, añade. Ayer escuché en el telediario, a raíz de un show sobre el ruido y la contaminación a celebrar en Zaragoza, al presentador que hablaba de la cultura del tunning. Eso sí que encaja como el obispo y las pistolas.

Cunetas: me escandaliza el tema. Desde septiembre salgo regularmente en bici en lo que podrían denominarse actividades de higiene corporal y espiritual. De igual modo, paseos por el monte. Y desde el primer día se repite la tónica: las cunetas y sus proximidades son auténticos vertederos, crueles evidencias de la absoluta carencia de educación, de respeto, de civismo, de la mínima sensatez de nuestra infame especie. Da igual el lugar: latas en cualquier curva, una lavadora en un barranco, sucesiones infinitas de restos de alimentos a lo largo de cada metro de la carretera, cristales en pleno bosque. Y me sorprende más aún porque el año pasado no observé este asunto, no sé bien por qué razón. En cualquier caso, tela marinera, merecemos que las treinta o cuarenta plagas de Egipto (creo que eran de allí) nos arrasen, y que los que queden intenten arreglar el colgajo de planeta que estamos fabricando.

Hay científicos empeñados en descifrar códigos comunicativos de diferentes animales: ultrasonidos en cetáceos, conductas posturales y faciales en lobos, chimpancés, señales hormonales en topillos, complejos códigos de las abejas,…, y apenas llegan a nada. Miles de años para casi únicamente poder balbucear que no son gran cosa, que no están a la altura de la suprema especie humana, para reiterar nuestro privilegiado sistema de comunicación y comprensión del mundo. ¿No estará la moneda al revés?, ¿no será que somos la única especie que reiteradamente desoye Y que no comprende mínimamente el sencillo mensaje de la naturaleza?, ¿quién va en dirección mortal: el kamikaze o todos los demás?.

lunes, 22 de enero de 2007

TORRE DE ARCAS.

Hoy tengo muy fácil el escrito. Sólo he de contar una cosa muy bonita.

Torre de Arcas es un pueblecito cercano a Peñarroya de Tastavins, cuya escuela perteneció a nuestro CRA durante un año, y posteriormente se cerró por falta de niños.

Hace unas semanas que busco información sobre esta escuela, por lo que he podido revisar algunos documentos, consultar maestros, o personas del pueblo que pasaron por sus aulas. En concreto, ayer, acudí al pueblo para echar un último vistazo a algunos papeles y hablar con dos personas con las que el alcalde me concertó un encuentro.

Tras revisar esos papeles de la escuela, ya de noche, me dirigí a la plaza. Allí apareció una tremenda hoguera con la que se conmemoraba el santo del día, y donde luego se asaría la cena. Era una noche importante, en la que todo el pueblo se unía en la celebración. En un momento me invitaron a pasar a la casa de Daniel y Josefina, un matrimonio de ancianos que debían ponerme al corriente de los asuntos más antiguos que aún se recuerdan sobre la escuela y el pueblo. Estaban cenando en una cocina pequeñita, a la luz y el calor de unos pocos troncos que ardían en la chimenea. Dejaron la cena a medias, pobres, colocaron 4 sillas y avisaron a otras dos personas que quizá también recordarían algunas historias. Allí, frente al fuego, apenas sacando de vez en cuando algún tema nuevo, pasé casi dos horas, escuchando historias de hambre, de leche de los americanos, de estrecheces, de maquis, de guardia civil, de cuando el cura y el médico tuvieron que dar clase, o cuando Doña Mari Nieves improvisó un altar en la escuela ante el problema creado por el rayo que carbonizó todos los santos de la iglesia.

Al acabar, de nuevo en la plaza, en plena felicidad por mi fortuna, me invitaron a cenar, y allí, con todo el pueblo, seguí disfrutando de la generosidad y amabilidad de estas personas.

jueves, 18 de enero de 2007

TACONES QUE MARCAN VIDAS.

Cada persona que se asoma por acá añade un poco más de responsabilidad a la tarea de escribir. Hemos de medir nuestras tonterías.

En la escuela, nuestro monstruo de las galletas nos ha traído hoy una bibliografía inapropiada. Para mayores de 18, podría decirse. Y voy reafirmando que contracorriente ni se puede ni se debe nadar. Aunque no estoy seguro todavía de lo segundo. Me refiero, de nuevo, a los ámbitos familiar y escolar, a sus relaciones.

Hoy otro niño se sorprendía por la persecución a Copérnico, o la hoguera de Miguel Servet. ¿Por qué la iglesia hizo eso?, ha preguntado. Tengo la esperanza de que las dudas que ha sembrado, broten en forma de respuestas cuando sea mayor.

Pueblecito de Fago…, da igual ser tertuliano político, que deportivo, que comentarista de carroña rosa (con perdón de los amigos buitres). Como para cualquier tema de este pestilente mundo, cualquiera se siente con fuerza y capacidad para tratar y sentar cátedra de lo que sea, desde toros, a macroeconomía, pasando por los pelos de las ingles de la folclórica más marrana. Oí, sin querer, a una tipeja señalar que en los pueblos ya se sabe, la gente saca la pistola sin miramiento. Lo clavaste maña, aquí en los pueblos vivimos con un garrote en una mano, puesto que la otra sujeta las pieles de cabra con las que nos cubrimos las espaldas. Ay madre.

También escuché, en programa en absoluto horario infantil, como es lógico, comentar la cena de Farruquito en su primera noche de cárcel. Espinacas y filete. Y se lo comió todo con gran gusto, añadieron. No sé qué decir…, un tipo que mata a otro, no le auxilia, pasará de puntillas por prisión…, y nos cuentan su cena…; supongo que la viuda disfrutaría de la información. ¿Dónde vivimos?. ¿Cómo no cuelgan del palo mayor al incompetente que difunde información de tal calaña?. Algunas clases de periodismo deben ser como algunas de magisterio que yo me sé...

El tipo de tacón del zapato define no sólo el estilo de vida, sino la personalidad en sí misma de la mujer de hoy en día. Diseñadora de superéxito dixit. Ahora estamos con estas cosas. Este es el mundo de hoy. Y el de ayer era un mundo donde se examinaba a los maestros mensualmente con asuntos como el número de rezos diarios que practicaban, el número de niños semanales que conseguían aleccionar para su entrada en las juventudes del partido único, el número de cantos patrióticos, …

El mundo de ayer, voy descubriendo entre los papeles (constátese de nuevo mi rotunda ignorancia), era también el de la leche en polvo, la mantequilla, y el queso. Y la leña individual para calentar la escuela. Y ahora los tacones marcan nuestra personalidad…

Esta parte del mundo me quita las ganas de tener hijos, de vivir, de estar. Menos mal que hay otra, creo.

martes, 16 de enero de 2007

EL MOSTRUO DE LAS GALLETAS, ORACIONES DESCOMPUESTAS, MÁS PERSONAS BUENAS.

Apenas llevamos un rato en clase, justo comienza la mañana, cuando un chivatazo me indica que Mister M está zampando galletas en vez de hacer las cuentas de matemáticas. El pobre zagal tenía hambre, pero de nuevo me encuentro ante un problema relacionado con hábitos y costumbres familiares. Hilos pertenecientes a ámbitos con jueces tan diferentes, pero que se entrecruzan tejiendo un jersey de difícil combinación. De todos modos, este tipo me obliga a pensar en el sentido de muchas cosas de la escuela, y me hace recordar las pocas certezas con las que uno camina por la vida.

Respecto a asuntos del lenguaje, siguiendo el ejemplo de Mariano Coronas en la sección correspondiente del Heraldo Escolar, hace unas semanas que deseaba comentar algunos ejercicios que tuvieron cierto éxito en su aplicación, y con los que conseguí incidir sobre aspectos gramaticales diversos (género, número, categorías gramaticales, etc.):
- Palíndromos: frases o palabras simétricas, es decir, de igual lectura en ambos sentidos. Hicimos varios juegos donde, además de la caligrafía, ortografía, …, los alumnos quedaron sorprendidos por ese toque mágico que encerraban las oraciones (Adán no calla con nada; Ana lleva al oso la avellana; …). No dejen de sorprenderse aquí o aquí.
- ¿Por qué…?: en este caso nos inspiramos en una sección de la revista Muy Junior, donde un personaje famoso responde de forma disparatada a una pregunta que se le plantea, aunque, a continuación, la propia revista se encarga de responder correctamente. Tras indicar tres preguntas, los alumnos pensaban y redactaban una respuesta disparatada y otra supuestamente correcta. Junto con el sentido del humor desplegado, lo relacionado con la escritura, etc., este ejercicio nos sirve para recordar asuntos de conocimiento del medio ya estudiados o abordar los actuales.
- Mercadillo de palabras: con una larga lista de palabras variopintas, los alumnos debieron formar diferentes oraciones. Aproveché para que las reglas del juego, que los pobres escuchaban atentamente, supusieran una explicación de algunos contenidos que debíamos conocer (aunque las palabras estén en singular se puede utilizar el plural; ídem con el género; utilizable también cualquier palabra que pertenezca a la familia de la escrita; diferencias entre algunas categorías como sustantivo o verbo; etc.). Claro esta, recogemos la idea del Orden Alfabético, de Juan José Millás, por lo que precede al ejercicio la historia de ese mercado negro de letras, donde personas desesperadas por la desaparición del mundo trafican con palabras y conceptos.

Debo mejorar muchos aspectos, como sistematizar el trabajo para poder hacer un tratamiento más constante y exhaustivo de contenidos difíciles o importantes. También la evaluación, para la que apenas me queda tiempo.

Cuando una persona se levanta de madrugada, y con lo puesto y las circunstancias tan especiales, acude a ayudar a otra, por muchos dolores de cuello que tenga, la cuestión es bien sencilla: es una persona maravillosa; todos lo pensamos. Y vuelvo a decirlo: creo que al final ser tan bueno es lo único que vale, que importa, o que sirve. El cuello no es del cuerpo, decía Don Gustavo; el corazón sí.

La señora de la capa y la guadaña merodea de nuevo. Quizá nunca haya dejado de hacerlo. Aunque cada vez produce un dolor más afilado y profundo.

miércoles, 10 de enero de 2007

SOPAS DE AJO, GALLINAS, JUGAR EN LA PLACETA Y EN LOS PINOS. TOMAR LA FRESCA.

Quizá en el lugar adecuado, algunos maestros debieran tener su Avenida de la Fama, y dejar allí impresa su huella en un molde de escayola, que cemento ya casi no queda. Por su compromiso, altura moral, y sabiduría.

En unos de esos pensamientos de vaivén que tengo, hace meses exclamaba que maldita mi estampa, para, sin embargo, afirmar hace unas semanas que no, que no era para lamentarse; que uno, si quiere, puede estar bien en cualquier sitio, y que con Internet, cierto esfuerzo e interés, etc., se puede estar cerca de quien se quiera, aprender, y todas esas cosas.

Pues no. Cojo mis palabras, las envuelvo en el preceptivo envase biodegradable y al contenedor. Parece estudiado y aceptado que cuando un joven en época de crecimiento (fase sensible del desarrollo, nos hacían decir) sufre algún problema grave (dos años de hambruna, verbigracia), su citado crecimiento se verá significativamente alterado. Pues esto debe ser similar. Lo siento compadre, pero estamos acogotando el pobrecico estirón que podría haber dado nuestro cerebro. Nos estamos quedando mentalmente raquíticos.

Quico me manda un correo, y, como todos los anteriores, me provoca una enorme alegría. Hay veces que un te echamos de menos desencadena, además de pena, un torbellino de recuerdos, de sentimientos de deuda y gratitud. Espero, cuando menos, estar siempre a la altura de algunas personas con las que he podido compartir caminos. Y, ante todo, espero que ese maldito camino vuelva a coincidir. Un camino con el olor y color debido, evidentemente.

Me dicen las dos que mejor me conocen que no lloro nunca, que eso es malo, y que alguno de esos nudos algún día me ahorcará el espíritu. Recuerdo mis lloros con la misma claridad, por su escasez, que los nombres de las novias, por idéntica razón. Tranquilas, que me reservo para los grandes momentos, los especialmente amargos. Me parece terrible observar como, despacio y en silencio, una flor se marchita poco a poco. Como justo cuando puede echar la vista atrás y pensar serenamente lo hecho, lo sufrido y disfrutado (más de lo primero), los pétalos se van cayendo uno a uno, hasta que la flor contempla con miedo y angustia que poco queda por hacer. Bien, pues con poco o mucho por hacer, obsérvese, al menos, que el ejemplo de algunas vidas ayuda a uno a navegar con cierta dignidad y sacrificio. Las mejores sopas de ajo, la mayor bondad.

lunes, 8 de enero de 2007

CUATRO COSICAS DESDE LA COMPLETA IGNORANCIA.

“Marina, me da pena irme pero es mi pueblo (para Marina, mi mejor amiga)”. No dejo de sentir un cosquilleo especial cuando recojo una nota así bajo un pupitre de la clase (el pueblo es Colombia).

La foto tiene que ver con una supuesta cacería de nuestro rey hace unas semanas. Se publicó, se desmintió, etc. Pero varios medios siguieron tratando el asunto, hasta que finalmente algunos, como Gara y Deia (donde aparecía el montaje) han recibido una querella de la Audiencia Nacional. Al margen de nacionalismos y esas cosas, también se comenta por algunos sitios el paralelismo con lo de las viñetas de Mahoma de hace unos meses. En todo caso, por el mismo procedimiento que ahora utilizan las folclóricas modernas para ganar fama, lo único que han conseguido es generar buena cantidad de publicidad negativa al Rey de las Españas.

Hoy nos hemos encontrado todos de nuevo. Los viajes, pájaros, prisas, caricias, museos, sudores, sueños, dejan paso al sencillo y pausado día de escuela. No reiteraré el perjuicio pedagógico que observo en un parón tan enorme (ya veo que sí lo he hecho). También me resulta curioso, o triste, conocer las respuestas de los chicos sobre sus vacaciones: todas giran en torno a los regalos. Soy joven e inocente, pero no tengo claro si estas respuestas (creo que fácilmente generalizables al colectivo estudiantil, cuando menos) denotan buen grado de enfermedad social.

Y otro asunto que me preocupa. Ya lo he rodeado por aquí alguna vez, pero me da miedo mojarme el pie, por lo que siempre me alejo (ya una vez pescando en Caspe metí la pierna hasta la altura del ombligo en una ribera con fango, y casi acabo siendo pasto de los siluros y los peces gato). Hoy comenzamos a tratar cuestiones sobre el universo. Sí, me parece milagroso intentar tratar en clase cuestiones sobre las que científicos de élite aún no encuentran respuestas. Como toma de contacto he pensado en lanzar algunas preguntas a los alumnos para que trataran de aportar respuestas, ideas iniciales, e incluso añadieran otras interrogantes por aclarar. El problema lo encuentro cuando muchos alumnos encuentran en Dios la solución instantánea para cada cuestión: ¿cómo pensáis que se creó la tierra?: Dios; ¿y el universo?: Dios; ¿y entonces qué había antes que Dios?: los padres de Dios; y así sucesivamente (figurillas de barro que cobran vida, soplos de aire que crean las especies, etc.). Sin desear polémica estéril alguna: ¿de qué modo abordar el asunto?, ¿cómo intervenir en un tema que tiene que ver de forma íntima con las familias, con su formación, y con la educación aplicada a sus hijos?, ¿de qué manera debo analizar lo que los alumnos estudian en religión, en cuyos textos encuentran respuestas totalmente antagónicas con el contenido científico del que se supone yo soy responsable?.

Actualización: Leo unos documentos clarificadores. Dudas despejadas. El primer capítulo, primera página, no deja lugar a dudas. La temperatura de ebullición del agua es conocida por todos. Yo les diré pronto a qué temperatura hierven las vísceras. Nietzsche, ¿se ha muerto Dios, o no?.

viernes, 5 de enero de 2007

RUINAS Y CANTOS, JUNCOS Y MANDARINAS.

Da igual. Como siesta ya está bien.

Nunca había sufrido pesadillas en blanco y negro. Quizá está variedad de la enfermedad nocturna tenga que ver con un exceso de brillo diurno. Quizá tenga que repartir el color, o guardar un par de colores, al menos, para la noche. O peor, quizá se esté acabando el bote de pintura, y ya apenas llegue para adornar un par de viejos decorados de exteriores. Quizá deba llamar a un profesional del color. Quién sabe.

El otro duerme ahora. En ese estado no se queja de mis ajetreos. Quizá también tenga pesadillas sin color. En cualquier caso, descansa de mis peticiones. Seguro que sabe perdonarme. Tiene, o casi, parte de culpa, así que no le quedan muchas alternativas al pobre.

También sueño con juncos. Con goteras. Goteras que forman un charco. Y este charco, además de no tener color, va robando, inmisericorde, el color, poco a poco, a las paredes, a cada mueble, a los pocas palabras que se mantienen en el aire. Y el rumor de fondo que todo lo complica: una especie de canto de sirena, pero fea, sucia, y afónica. Aunque esto aún debo soñarlo mejor, que aún no sé dónde he de clasificarlo, qué lugar darle. Dar final a un final.

Y también, aunque este sueño no lo tuve yo, sino que me invitaron a soñarlo la otra tarde, cosas de trenes. Edificios rotos por el tiempo, y por la barbaridad humana. Otro lugar de los que tenían la capacidad de detener palabras, frases, emociones, despedidas, y que el progreso moderno, que todo lo puede, como el Señor, va apartando ante su poca rapidez, su poco glamour, su escaso rendimiento para estos tiempos grandiosos, de crecimiento, de golf y circo. Y ahí está, esperando la ruina total, y, a la vez, evocando imágenes en la mente de perturbados.

Ya es hora, iré a despertarme.

lunes, 1 de enero de 2007

EN PLENO DESCONCIERTO MIGRATORIO.

Compruebo en el Harrods londinense que los sinsentidos y las aberraciones no entienden de fronteras. Oculto en mi escondrijo pude observar cómo esos batallones de humanos se agolpaban para comprar el objeto imposible, la culminación de lo inservible, el cachivache de mayor ostentación. Como importadores de malas costumbres que somos, aviso: existe incluso un catálogo de lazos y papeles para envolver los regalos (precio mínimo 20 libras).

El aeropuerto, otro lugar para pensar. Mientras en Zaragoza una familia exaltada y maleducada se reía del pobre policía que subió al avión y se encogía de hombros frente a la denuncia de la tripulación, en Londres, para llegar al avión, existían cinco filtros, que implicaban desde descalzarte y deshacer minuciosamente la maleta, hasta que un fornido y amable señor examinase partes del cuerpo en las que uno apenas repara normalmente.

Comienzo a preparar cosas para el curso. Pronto me esperan lo diminutos hombrecillos del Matarraña, y debemos tratar asuntos tan importantes como algunos juegos y deportes con raquetas, la composición de Marte, la poesía, el canto del cárabo, o el número de estrellas del cielo. Sí, y mis retrasos: lo del vídeo, y lo otro. Madre mía.

Con tiempo y aburrimiento uno hace lo que puede. Entre lo positivo, un blog donde escribe un tipo que me ha gustado leer. Se da la casualidad que es maestro del recientemente célebre colegio donde se ordenó por mandato real la colocación de un belén navideño, hecho paralelo a la polémica de los villancicos del colegio zaragozano Hilarión Gimeno (vean la web, pero sentados, que es para caerse de culo). Además, intuyo otras afinidades. Se trata del Cuaderno de Campo.

Y el Pirineo. Desde el aire reitero mis deseos.