Seré rápido porque me están vigilando y debo esconderme pronto.
Saludo blogiano a Julio Tejedor, un profesor del que aprendimos bastante en la Facultad de Huesca. Ahora es director de urbanismo, o algo parecido, del Gobierno de Aragón. El domingo analizaba en Heraldo bien contento y satisfecho el desarrollo urbanístico del Pirineo y se jugaba varios apéndices corporales a favor del juego limpio de ARAMÓN. Él sabrá.
En todo caso, sí me gustaría poner una cita (perdón, pero no la recuerdo literalmente) de Ortega y Gasset, cuyo nivel filosófico se suele equiparar con el olvido al que se le ha condenado: “un individuo no es sino la mitad de uno mismo; la otra mitad está formada por el paisaje en el que vive”. No estaría pensando, supongo, en lo mismo que yo cuando dijo esto, pero tiene aplicación. El caso es que ahora España se debe estar llenando de tipos a quienes les falta la mitad de sí mismos, o peor, su otra mitad es un colgajo cancerígeno y humeante de cemento y humo.
El otro día cuando dije que no quería lotería, como de costumbre, se encendieron las alarmas: pobre desgraciado, puede que nos toque a todos excepto a él. Aduje que no me hacía falta el gordo, que ya era suficientemente feliz. Todos rieron y me miraron con cierto aire protector. Qué infeliz, debieron pensar.
Y despidámonos con una feliz noticia. La semana pasada contemplamos el feliz alumbramiento de un nuevo blogecico. El blog en cuestión es de Pablo Capilla Lasheras, mi hermano. Al mozo le cuesta quitar el plato de la mesa tras la comida, y suele ponerse muy raro cuando está cansado. “¡Hala maño!, ¡que me dejes!” suele ser su advertencia. Ahora Pablo tiene ya quince años y comienza a tener buenas ideas por la cabeza. Incluso tengo ya la fortuna de poder aprender muchas cosas que él me enseña. El jodido tiene la suerte del instituto, donde tanto me gustaría a mí volver ahora. En su blog trata los asuntos que le preocupan, como los relacionados con la naturaleza o la escuela. Seguro que es una actividad que te ayuda en muchos sentido Pablo. Enhorabuena.
Saludo blogiano a Julio Tejedor, un profesor del que aprendimos bastante en la Facultad de Huesca. Ahora es director de urbanismo, o algo parecido, del Gobierno de Aragón. El domingo analizaba en Heraldo bien contento y satisfecho el desarrollo urbanístico del Pirineo y se jugaba varios apéndices corporales a favor del juego limpio de ARAMÓN. Él sabrá.
En todo caso, sí me gustaría poner una cita (perdón, pero no la recuerdo literalmente) de Ortega y Gasset, cuyo nivel filosófico se suele equiparar con el olvido al que se le ha condenado: “un individuo no es sino la mitad de uno mismo; la otra mitad está formada por el paisaje en el que vive”. No estaría pensando, supongo, en lo mismo que yo cuando dijo esto, pero tiene aplicación. El caso es que ahora España se debe estar llenando de tipos a quienes les falta la mitad de sí mismos, o peor, su otra mitad es un colgajo cancerígeno y humeante de cemento y humo.
El otro día cuando dije que no quería lotería, como de costumbre, se encendieron las alarmas: pobre desgraciado, puede que nos toque a todos excepto a él. Aduje que no me hacía falta el gordo, que ya era suficientemente feliz. Todos rieron y me miraron con cierto aire protector. Qué infeliz, debieron pensar.
Y despidámonos con una feliz noticia. La semana pasada contemplamos el feliz alumbramiento de un nuevo blogecico. El blog en cuestión es de Pablo Capilla Lasheras, mi hermano. Al mozo le cuesta quitar el plato de la mesa tras la comida, y suele ponerse muy raro cuando está cansado. “¡Hala maño!, ¡que me dejes!” suele ser su advertencia. Ahora Pablo tiene ya quince años y comienza a tener buenas ideas por la cabeza. Incluso tengo ya la fortuna de poder aprender muchas cosas que él me enseña. El jodido tiene la suerte del instituto, donde tanto me gustaría a mí volver ahora. En su blog trata los asuntos que le preocupan, como los relacionados con la naturaleza o la escuela. Seguro que es una actividad que te ayuda en muchos sentido Pablo. Enhorabuena.
0 comentarios:
Publicar un comentario