martes, 10 de febrero de 2009

DE LOS NIÑOS DE LA TELE Y DE LOS PANES SIN DUEÑO.

La hizo Pablo, pero en este caso el mérito es del ser alado de vuelo errático, de la evolución, del milagro de la vida.

Son las once y cinco minutos de la mañana. Huele a enfermedad. Estoy en la clínica esperando ayuda para solucionar unos problemas digestivos. Sueños sin digerir, creo. El pasillo está despejado y luminoso, con grandes ventanales que ofrecen la visión de una agradable arboleda, magnífico para leer. Por desgracia, existen incrustadas en la pared varias pantallas de televisión estratégicamente colocadas para focalizar la atención de los pacientes que esperan. “Qué entretenido”, dice una abuelita que espera turno hasta la hora de no sé qué prueba en la que le introducen unos extraños artilugios en sus entrañas. Allí, en esas cajas de la pared que conectan con el mismísimo infierno, aparecen en este instante dos mozos, un tal Ciril y una tal Paula, que sufren una gran desazón ante algún inoportuno hecho que dificulta su caminar en la vida. Que se han enfadado, o acostado con otros, o algo similar, quiero decir.

Cierro mi libro y comienzo a pensar en lo de siempre. Me planteo una vez más los ingentes esfuerzos que se realizan en mil escuelas por fomentar la lectura, por hacer florecer el espíritu crítico, la curiosidad, por hacer personas más racionales, …, y en el exterior están Ciril, Paula, y un gran séquito de personajes insertados en programas similares que penetran en los cuerpos de los niños cada tarde durante largas horas.

Como cada día me observo más pequeño, intento ser mucho más prudente y moderado, pero aún así, sigo sin concebir cómo no se hacen esfuerzos reales para proteger a los niños (y al resto de personas) del indigno contenido de la televisión: de las series destinadas a adolescentes llenas de modelos de consumo irresponsable, de sexo, de violencia, de conductas antiescolares, de los programas en horario de máxima audiencia infantil, de la misma programación infantil. No sé si la explicación es sencillamente económica, creo que sí; lo que resulta evidente es que el papel asignado a la escuela dentro de la sociedad queda relegado y en un tercer plano ante influencias tan contrarias y poderosas desde variados frentes, como el de la televisión. ¿Por qué no se invierte en cultura en tales ámbitos con la ilusión de un futuro mejor?, ¿representa lo anterior un fin de menor categoría que la acumulación infinita de dinero?, ¿vivimos los que pensamos con tal candidez en universos paralelos alejados de la realidad?

Por la noche, caminando al encuentro de una persona maravillosa y magnífica, una de las dos o tres miradas más cautivadoras que han existido en el planeta tierra, me crucé con ocho o diez panes que reposaban en un banco, intactos y atractivos. Dudo que fueran fruto de alguna multiplicación. Ya saben que tengo fuerte inclinación por el tema panadero, que es un tema recurrente en mis pensamientos (si algún día un crítico del movimiento blog analizara este lugar, el pan sería uno de sus ejes vertebradores, o eso diría; quizá sirva esta idea para el entierro, Jaime), por lo que no deja de parecerme una desgracia que, ante semejante regalo de los dioses de la naturaleza, y ante las penurias alimenticias de nuestros vecinos del sur, nuestros panes sean abandonados en mitad de la calle.

Sigo girando y girando, pero sin una finalidad demasiado clara.

domingo, 8 de febrero de 2009

MUCHACHA, TEATRO, PERIÓDICO.

Mujer de rosa alegre, saltarina y preciosa sobre arena negra mojada bajo cielo azul y nubes que invitan a soñar, estando el conjunto salpicado por olas infinitas y recurrentes.


Dos citas ineludibles para la semana que comienza:

El sábado a las siete de la tarde en el centro cívico Teodoro Sánchez Punter del barrio de San José el grupo de teatro Dingolondango de Ansó representará Yésica, un abrío d'agora, la primera obra teatral en ansotano. Y dicen que muy divertida.

Pueden conocer a Pablo, el Azor Tundra, mañana en Heraldo de Aragón. No resulta siempre, quizá muy pocas veces, un mérito salir en Heraldo u otros medios de comunicación, pero en este caso sí lo es. Supongo aparecerá en la cada día más raquítica sección semanal dedicada a naturaleza (Frontera Azul). Espero, hermano, que te refirieras a ésto con lo de no contarlo a demasiada gente.

La semana concluida ha sido empleada en la escuela para realizar las reuniones de evaluación con el tutor de cada aula. Ha resultado un trabajo muy complicado, laborioso, y realmente los objetivos que he podido plantear en educación física son muy mejorables, son un desastre probablemente, pero hay una parte muy positiva consistente en lo mucho que he aprendido en las charlas con cada tutor. Me explicaré.

domingo, 1 de febrero de 2009

LA ARAÑA SIGUE TEJIENDO LAZOS DE NOSTALGIA.

Me cautivó la educación, el respeto, y la curiosidad de estos dos niños. Suerte que tiene su maestro.

Raúl me escribe desde Ansó para decirme que el grupo de teatro creado en el pueblo actuará el día catorce de febrero en el Centro Cívico de San José. Y Sergio hace lo mismo desde Peñarroya anunciándome las grandes nevadas en el pueblo, los juegos, la marcha de la escuela, y otros asuntos de su vida. Me pregunta también si ya he superado el miedo a volar, en contestación a la carta que le escribí hace unas semanas mientras surcaba el cielo a diez mil metros de altura y mil kilómetros por hora, con el espíritu acorralado por la angustia y el miedo (puro sentido común y lógica…). Ya he escrito muchas veces que estos tenues e invisibles lazos establecidos con muchos niños, conservados durante años en ya muchos casos, constituyen buena parte de la esencia que alimenta el carácter mágico y especial del oficio de maestro. Significan también uno de los motivos principales para sentirme parte de las diferentes escuelas por las que mi cuerpo va transitando.

Durante la semana recién concluida algunos niños de la escuela acudieron a participar en los Juegos Escolares de Aragón. Estos juegos establecen un calendario de actividades a lo largo del curso en el que los diferentes colegios van participando. Para los centros de educación especial se plantean juegos y deportes comunes y también actividades adaptadas que permiten la participación de niños con distintas discapacidades motrices o cognitivas. Algunas de estas actividades adaptadas incluso se han desarrollado oficialmente y suponen una práctica reglada competitiva, como es el caso de la boccia (similar a la petanca). Al margen del tiempo de práctica real en estas actividades y de los aspectos más específicos relacionados con la actividad, en las dos sesiones ya desarrolladas (“actividades motrices básicas” y “baloncesto adaptado”) creo haber podido comprobar que buena parte del sentido de la actividad viene dado por las diferentes relaciones sociales que allí establecen los niños, por los procesos psicológicos que ponen en marcha para adaptarse y adecuarse a un espacio, una actividad, y unas personas diferentes, y por todos los aspectos secundarios que intervienen en cualquier salida escolar, considerando que probablemente en educación especial adquieren un protagonismo aún mayor por su relación con los aspectos comunicativos y de autonomía personal.

Comenzamos febrero dejando atrás el ecuador del curso. No dejo de repetir mentalmente los meses ya transcurridos y de sorprenderme por ello. Cinco meses que gráficamente se representan con una gigantesca y retorcida montaña rusa.