El viernes acudieron dos madres a la escuela. Previamente habíamos tenido una reunión para establecer qué podíamos hacer durante el curso, si parecían bien algunas ideas planteadas, etc.
Como lo mejor para empezar es dar el primer paso, acordamos hacer una actividad ya, este primer trimestre, de forma que en el segundo pudiéramos caminar con mayor seguridad y certeza. Y nos pusimos en acción: dos grupos de niños, dos libros (El Diario de Ana Frank en versión infantil, y África, Pequeño Chaka), y dos madres que habían preparado la lectura. Cuando comenzaron a leer me di cuenta que todo saldría muy bien. Recordé la voz susurrante y aterciopelada de mi madre leyendo un cuento por la noche, y comprobé que la cara y atención de los niños era la lógica. En unos veinte o treinta minutos acabaron las historias, y realizamos unas actividades con las que intenté aprovechar la predisposición de los niños: rellenaban una especie de ficha de la lectura que posteriormente mostraban a un compañero del otro grupo. Éste último, en base a lo conocido en la ficha, redactaría finalmente su propia historia. Para el próximo viernes lectivo dos nuevas madres nos acompañarán para que cada grupo conozca el otro libro. En resumen, un resultado magnífico con algunos puntos del camino previo preparatorio realmente lamentables (y me refiero a cuestiones de mi responsabilidad).
El blog Palabras Mágicas ha recorrido un buen pedazo de curso, y es definitivamente una gran herramienta de trabajo. Hemos pensado realizar una publicación escrita partiendo de lo escrito en el blog. Además, contaremos con aportaciones de las otras clases para que la revista sea un trabajo de toda la escuela. De este modo esperamos sacar algunos euros para comprar material escolar al que no podemos optar de otro modo, y, especialmente, acercaremos algunos de nuestras historias y experiencias a la mayor parte de los habitantes del pueblo, que no disponen de conexión para visitar el blog.
En lo que a la Educación Física se refiere, también hice hace unos días un punto y aparte y comencé a realizar algunas tareas que ya deberían ser la norma. En definitiva, pensé que la falta de tiempo que implica la tutoría no podía seguir siendo la excusa para desatender sistemáticamente la especialidad. Por ello, aún sin la debida preparación y elaboración personal, comencé a realizar una unidad de danza. Esta unidad forma parte del plan de trabajo del grupo Pintacoda para este curso, y que consiste en la aplicación de unidades de aprendizaje insertadas en el nuevo y lamentable (esto lo digo yo) currículo, pero que recogen la filosofía y los principios básicos del que estuvo a punto de ser: dominios de acción, principios, reglas de acción, competencias motrices, ..., un currículo inspirado en la escuela francesa, en Pierre Parlebas, y que permitía, por primera vez, contemplar nuestra área como una asignatura con fundamento propio, con rigor y sentido, con posibilidad de sistematización y tratamiento científico. En concreto, en las sesiones que ya llevo realizadas he podido percibir el buen funcionamientos de las situaciones de aprendizaje propuestas y la cercanía de algunos aprendizajes reales. En la unidad, partimos de una traducción de una obra francesa que describe el trabajo con todo lujo de detalles, e incluso plantea una pieza musical concreta para cada actividad. El resto de las facilidades ya tienen que ver con las añadidas por los compañeros del grupo de trabajo.
Como lo mejor para empezar es dar el primer paso, acordamos hacer una actividad ya, este primer trimestre, de forma que en el segundo pudiéramos caminar con mayor seguridad y certeza. Y nos pusimos en acción: dos grupos de niños, dos libros (El Diario de Ana Frank en versión infantil, y África, Pequeño Chaka), y dos madres que habían preparado la lectura. Cuando comenzaron a leer me di cuenta que todo saldría muy bien. Recordé la voz susurrante y aterciopelada de mi madre leyendo un cuento por la noche, y comprobé que la cara y atención de los niños era la lógica. En unos veinte o treinta minutos acabaron las historias, y realizamos unas actividades con las que intenté aprovechar la predisposición de los niños: rellenaban una especie de ficha de la lectura que posteriormente mostraban a un compañero del otro grupo. Éste último, en base a lo conocido en la ficha, redactaría finalmente su propia historia. Para el próximo viernes lectivo dos nuevas madres nos acompañarán para que cada grupo conozca el otro libro. En resumen, un resultado magnífico con algunos puntos del camino previo preparatorio realmente lamentables (y me refiero a cuestiones de mi responsabilidad).
El blog Palabras Mágicas ha recorrido un buen pedazo de curso, y es definitivamente una gran herramienta de trabajo. Hemos pensado realizar una publicación escrita partiendo de lo escrito en el blog. Además, contaremos con aportaciones de las otras clases para que la revista sea un trabajo de toda la escuela. De este modo esperamos sacar algunos euros para comprar material escolar al que no podemos optar de otro modo, y, especialmente, acercaremos algunos de nuestras historias y experiencias a la mayor parte de los habitantes del pueblo, que no disponen de conexión para visitar el blog.
En lo que a la Educación Física se refiere, también hice hace unos días un punto y aparte y comencé a realizar algunas tareas que ya deberían ser la norma. En definitiva, pensé que la falta de tiempo que implica la tutoría no podía seguir siendo la excusa para desatender sistemáticamente la especialidad. Por ello, aún sin la debida preparación y elaboración personal, comencé a realizar una unidad de danza. Esta unidad forma parte del plan de trabajo del grupo Pintacoda para este curso, y que consiste en la aplicación de unidades de aprendizaje insertadas en el nuevo y lamentable (esto lo digo yo) currículo, pero que recogen la filosofía y los principios básicos del que estuvo a punto de ser: dominios de acción, principios, reglas de acción, competencias motrices, ..., un currículo inspirado en la escuela francesa, en Pierre Parlebas, y que permitía, por primera vez, contemplar nuestra área como una asignatura con fundamento propio, con rigor y sentido, con posibilidad de sistematización y tratamiento científico. En concreto, en las sesiones que ya llevo realizadas he podido percibir el buen funcionamientos de las situaciones de aprendizaje propuestas y la cercanía de algunos aprendizajes reales. En la unidad, partimos de una traducción de una obra francesa que describe el trabajo con todo lujo de detalles, e incluso plantea una pieza musical concreta para cada actividad. El resto de las facilidades ya tienen que ver con las añadidas por los compañeros del grupo de trabajo.
2 comentarios:
solo invitais a leer a las madres?
Os que los padres pasan del tema.
no me gusta firmar como anonimo, el comentario primero lo hice yo.
me vas a decir que los padres no pueden y trabajan y bla,bla ,bla
me equivoco?
jorge
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