miércoles, 3 de noviembre de 2010

NUEVAS EVIDENCIAS PARA PREPARAR EL APOCALIPSIS.

Hoy he intentado ser buen maestro y buena persona, he dado de comer a un perro terriblemente miedoso (sus palos le habrá costado) que algún tipo primitivo abandonó, he buscado trabajo a la persona con la mirada más bonita del sistema solar, y he construido un comedero para ayudar y observar seres alados en el crudo invierno. También he mirado varias veces al cielo para contemplar la Vía Láctea y he comprado media docena de bellos libros.

Todo iba bien hasta que, incauto de mí, antes de ir a dormir he consultado el periódico El Mundo. Allí es fácil encontrar a personas como don Silvio el italiano.
Dice que prefiere amar a la mozas que ser homosexual, o algo así. Qué quieren que les diga. Muchos siguen negando el fin del mundo inminente, me llaman agorero y cosas peores, pero es incuestionable que la existencia de tipos como este en cargos directivos, al igual que la inclusión de los toreros en el departamento de los escritores, alfareros, y escultores, es una señal inequívoca del apocalipsis más triste y decepcionante que uno puede imaginar. Quién pudiera acabar sus días con una magnífica explosión de una estrella cercana.

lunes, 1 de noviembre de 2010

OTRA VIDA EJEMPLAR.


La despedida esta vez sucedió bajo la centelleante caída de fina lluvia. No sucedió en ninguna ciudad americana de nombre sugerente. Se produjo en la oscuridad de la noche y sobre la carretera iluminada con luz amarillenta y mortecina. La carretera donde se estiraría el sentimiento que les unía hasta acabar rompiéndose una semana más. Y fue igual de dolorosa que todas las anteriores, aún con el recuerdo de los momentos mágicos donde sentían emociones difícilmente explicables.


Hoy he conocido a Lucio Urtubia (su vida y no a él, desafortunadamente) y me ha mostrado un buen ejemplo de vida utópica y luchadora (vidas dedicadas a pelear por un mundo mejor, por los desdichados; enfrentándose a los más poderosos y desalmados en el caso necesario). A medida que observaba nuevos datos, iba recordando otras vidas prodigiosas como las de los hermanos Carrasquer. Estas vidas, en un tiempo de opulencia, de acomodados, de apatía, son como bofetadas bien sonoras que nos obligan, al menos, a cuestionarnos nuestro compromiso ante las injusticias sociales.


En las últimas semanas he leído asuntos dispares sobre la primatóloga Jane Goodall, sobre algunas ideas filosóficas orientales, y sobre el citado Lucio Urtubia. En los tres casos, cada uno en su contexto, se exponen situaciones sociales, medio ambientales, humanas, …terribles, quizá ya irreversibles; pero, y esta es la coincidencia que me sorprende, todos coinciden en señalar la responsabilidad individual como la única posibilidad de cambio; todos apelan al cambio generado por conciencias individuales comprometidas. Pero quizá ahí radique la misma imposibilidad de luchar contra las injusticias y tragedias actuales, pues precisamente la inacción generalizada forma parte de la esencia misma del problema.


Realmente creo que hoy una actitud de compromiso y justicia hacia los demás y hacia la vida difícilmente puede acercarnos a un sentimiento utópico y positivo, pues conocer la actitud humana (relaciones entre poderosos y pobres; relaciones entre el hombre y el medio ambiente, ...) únicamente conduce a la desolación y la observación de una situación tan alarmante que probablemente ya no tiene solución. Hace tiempo que me llaman pesimista, pero es que sigo leyendo y leyendo, escuchando, y no consigo que nadie me ofrezca argumentos para lo contrario. Y por todo ello, además, sigo observando con admiración y perplejidad a las muchas personas brillantes que trabajan con empeño e ilusión cada día en busca de ese mundo más justo que buscaba Lucio Urtubia o los hermanos Carrasquer.


Que comiencen bien la semana.

viernes, 29 de octubre de 2010

SIN PÁJAROS EN LA CABEZA.

Quién fuera sarrio


¿Es importante la escuela para un pueblo pequeño? ¿hasta qué punto? ¿debe dedicar algún tiempo la familia a su hijo cada tarde? ¿cuánto? ¿qué debe pensar un alumno adolescente sobre diseño inteligente y creacionismo?

Buceo entre materiales recopilados de años pasados para intentar dar un poco de sentido a las programaciones de cada área y fundamentalmente llego a dos conclusiones-sensaciones: tengo una gran frustración al comprobar que podría mejorar notablemente en cada área con un poco más de tiempo, un poco más de trabajo, y con unos cuantos recursos materiales y personales que no tengo; crece el respeto y la admiración por los dos o tres maestros de referencia que hay en mi cabeza y de los que manan la casi totalidad de ideas que aplico en clase, puesto que conforme leo y busco no hago sino ser más consciente del trabajo ingente, brillante y generoso que hay tras ellos.

Especialmente me mantiene acobardado la EF, pues sé qué camino tomar en busca de la mayor coherencia curricular y beneficio pedagógico para los alumnos, pero no encuentro el material teórico necesario para aplicar las ideas en la práctica diaria.

Mientras esto sucede, en el pequeño pedazo de naturaleza que la ciudad aún no ha destrozado (en ello está), donde se puede oír al críalo y al cuco, al búho reál, tropezar con un jabalí, ver un picado de un halcón peregrino o el arponazo de una garza imperial, uno de los muchos que jamás debería tener un arma entre las manos (¿alguien sí?) ha cometido una acción tristísima para los que muchas tardes de invierno hemos aguardado con ilusión infantil el canto del macho en celo llamando a su compañera.

lunes, 25 de octubre de 2010

COMENZANDO DE NUEVO.

Comenzando a ser maestro por cuarta o quinta vez. Y con un comienzo, bien hecho, sería suficiente.
Reviso y releo papeles de hace cinco años y compruebo que apenas he avanzado. Que estoy en un punto parecido. Que cada año cambio y vuelvo a comenzar. Vuelvo a llevar cajas de aquí para allá. Mi vida quizá consista en eso, en mover materiales y sentimientos de un sitio para otro. Y mientras tanto intento entender lo que ya entendí hace cinco año e intento estudiar unos contenidos que ya apliqué entonces.
Cada año, cada unidad, cada día, saco un folio en blanco y comienzo. Y esto, claro está, es un desastre.

domingo, 17 de octubre de 2010

BUSCANDO LUZ ALTERNATIVA.

El perrico Tastavín buscándome explicaciones bajo tierra.


Bien es sabido por todo aquel que tenga algún parentesco con el mundo educativo, sea padre, madre, alumno, maestro, o simple aficionado al asunto, que la religión está presente con profundidad en la escuela. Está presente hasta el punto de formar parte de su cuerpo de contenido, y de ofrecer a los que no quieren cursarla la variopinta y colorista “alternativa a la religión”. Supongo que mis jefes departamentales tienen mejores cosas para ocupar el día que leer esto, así que les puedo confesar sin demasiado pudor que este apenas me he molestado en leer qué me ofrece el currículo para rellenar ese grano que le sale a la escuela en forma de “alternativa a la religión”. Otras veces las opciones tenían que ver con el folclore, los medios de comunicación, el teatro, …; puestos a estar desamparados prefiero buscar soluciones por mi cuenta.


Ya saben también lo curioso que resulta hablar de vida y evolución, de racionalidad, de espíritu crítico, cuando cuatro minutos antes los niños han estudiado la fe incuestionable, la creación en siete días, los abuelos Adán y Eva.


En todo caso, Ansó creo que supone una excepción respecto a la extraña imposición religiosa, y apenas un veinte o treinta por ciento de alumnos de cada clase cursan religión. De este modo, aún resulta más raro que un setenta u ochenta por ciento de alumnos tengan que buscar una alternativa a algo que parece muy extraño, del mismo modo para un ateo que para un convencido devoto, en el tiempo escolar.


En la mínima reflexión que el agitado comienzo de curso permitió pensé que, si los niños religiosos y su maestro iban a tratar de acercarse a su dios durante el curso, quizá una buena opción para los ateos y su maestro consistiría en tratar de acercarse a la realidad que nos muestran los sentidos, a la naturaleza, y rellenar un cuaderno de campo naturalista. Después de ver algunos ejemplos en Internet o en libros (joyas artísticas como las de José Antonio Sencianes, Santiago Osácar, los cuadernos de campo históricos recién publicados de Doñana, las andanzas juveniles de G. Durrell, …), hoy hemos comenzando saliendo al monte y tratando de reflejar en nuestros cuadernos aquello que nos llamaba la atención del entorno natural circundante. Un abeto, un nogal ya sin hojas, un fruto del escaramujo, la montaña entera majestuosa, el vuelo al modo de una cometa del milano real, etc. Otras veces serán unas huellas, unos petirrojos, o unos gorgojos. Una labor donde prima la observación y la quietud, facetas difíciles de conseguir en niños muy menores de edad, pero que ha dado lugar a una bonita actividad con resultados favorables e interesantes.


Que tengan un buen miércoles.

SI ALGUIEN ENTIENDE ALGO...

Un camarero que sirve mostos mientras alterna poemas propios con los de un autor ruso, recita proverbios y máximas a la vez que niega la tortilla de patata del domingo.

Un sendero de vegetación densa saturada de color y, en la cima, un viento gélido rasgando la piel.

Un gurú exfotógrafo con su grupo de seguidores haciendo sus ejercicios en la buhardilla.

Un amor que viene y va.

Niños que ríen, corren, saltan y gritan, que recuerdan días pasados con sorprendente viveza y cariño.

Sólo cuarenta horas. Así es imposible que alguien entienda algo.

jueves, 14 de octubre de 2010

OCURRENCIAS PARA UN APOCALIPSIS ENTRAÑABLE Y DIVERTIDO.

Ahí, por la derecha, ya se aprecia la llegada del fin del mundo.

Si finalmente el asunto torero se integra en el ministerio de Cultura, tendremos la evidencia incuestionable de que el fin del mundo es inminente y la humanidad ha entrado en una espiral de estupidez sin freno ni remedio.

Por mi parte, supongo que en los currículos educativos tendrán que incluir el toreo: historia, arte y estética de la faena, héroes de ayer y hoy; supongo que yo acabaré haciendo unidades didácticas sobre el Juli y el Muchachito de la Puebla. Y ensayaré con los alumnos el manejo del estoque y el capote.

Supongo también que la SGAE tendrá que estar al tanto y cobrar la tasa correspondiente a todo el que lleve cuernos o derivados, e incluso al que se atreva a exclamar un "olé" en contexto distinto al taurino.

Qué divertida es la vida.