Rodrigo Rato llevando ramas a su banco
Definitivamente el mundo se está poniendo muy difícil de entender. Más aún de explicar. Igual lo mejor sería no pretender ni una cosa ni otra. Mi abuela murió sin saber leer ni escribir, su comprensión del mundo se limitó a trabajar y a querer a los que tenía cerca. Y creo que tuvo una gran vida. Quizá sirva con eso y el problema radica en que lo complicamos demasiado.
A grandes rasgos el mundo lo diseñó un ganadero. El concepto clave en el día a día del planeta es el de ordeñar. El entramado macroeconómico es una gran máquina succionadora que extrae el líquido aprovechable al despistado que pasa cerca. Por eso es también importante despistar. Ordeña en la mayor medida posible, pues el ganadero suele tener prisa por ordeñar en otros lugares y a otras personas. El sistema muestra su perfección cuando el ordeñado debe pagar con su esfuerzo, una vez más, las reparaciones de la máquina succionadora. Es el gran circuito cerrado y perfecto del ordeño. Además la máquina puede succionar de modos inverosímiles: igual le da exprimir una teta, que cobrar dos veces por lo mismo, que pagarte cada vez menos por hacer cada día un poco más.
Si se añade un poco de aletargamiento general, miedo, fútbol y televisión variada, un campo de golf o un casino, información ingente de efecto despiste, el organismo ordeñado casi acabará dando gracias por su suerte o se enzarzará en ardua pelea con los ordeñados por otras máquinas.
Hoy nuestro presidente ha dicho que está mintiendo, pero que y qué; en Grecia el partido neonazi avanza, da una rueda de prensa llena de gritos y miedo y anuncia que sus medidas para el control de la inmigración pasan por minar las fronteras. He comprobado la afirmación en varios lugares porque no podía creerlo. Minar, tal cual, poner minas en el suelo.
No sé qué añadir. Los que nos creemos con un poco de dignidad deberíamos hacer algo. Digo yo.
2 comentarios:
Lo que parecía inverosímil hace una década, ahora es real: la extrema derecha han entrado con fuerza en los parlamentos europeos (Francia, Grecia, Holanda, Finlandia…). Grecia para los griegos, fuera los inmigrantes; Finlandia para los finlandeses auténticos… Hemos hablado de ello en muchas ocasiones. La crisis dinamita la estabilidad política y fomenta la dispersión hacia los arcos de la extrema derecha y la extrema izquierda…
No sé cómo evolucionará la dimensión de esta crisis. No sé si está controlada la situación y si hay conductor en la locomotora que sabe adónde va… pero los años treinta nos ofrecen un panorama desalentador sobre las consecuencias que puede tener el abandono del centro político, aun sabiendo que dicho centro claramente es el sostén de un sistema en que el poder económico ejerce su tiranía sobre nosotros y nos utiliza como piezas prescindibles. Es un problema complejo. Creo que los ciudadanos corrientes (como tú y como yo) no pueden entender qué está pasando. O sí lo entendemos perfectamente con las viñetas de El Roto. ¿Qué hacer, pues? ¿Qué actitud adoptar? ¿A quién votar? ¿Qué pensar de ese crecimiento exponencial de la izquierda y la derecha extremas en Grecia y que puede augurar lo que pasará pronto por aquí si la crisis sigue ahondándose?
No tengo respuestas, Kikiricabra.
Hola, Joselu.
Yo creo que todo es mucho más sencillo. Las personas normales adivinábamos hace siete u ocho años que el camino que seguía españa era imposible de mantener mucho tiempo. Hoy los niños de siete años hacen nítidas reflexiones sobre lo esencial de la crisis que los adultos, con sus prejuicios y retorcimiento mental, no queremos o no podemos hacer. Menos aún los políticos con responsabilidad, que tienen una gran cortina de irrealidad delante de sus narices. La esencia del problema está en nuestro egoísmo, no hay más. No hay empatía ni solidaridad. El que tiene mucho quiere más, cueste lo que cueste. Esto implica que otros sufren.
Un fuerte abrazo.
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