jueves, 29 de septiembre de 2011

DUDAS COMPARTIDAS.

¿Hacia dónde?

Hoy apenas puedo compartir con ustedes un fragmento de una entrevista que leí hace unos días en una sala de espera. Las dos o tres preguntas del texto rondan por mi cabeza con patológica frecuencia, por lo que observé con gran interés las ideas del personaje entrevistado. Al acabar intenté arrancar las páginas para llevarlas conmigo, pero los compañeros de espera leían con un ojo el Hola y con el otro vigilaban mis movimientos, así que desistí. Cómo si robar estuviera hoy mal visto!. Afortunadamente en casa pude dar con el texto:

La política me interesa como ciudadano, no como artista. Nunca he creído que los gobiernos sean capaces de resolver los problemas reales o de poner fin al sufrimiento del mundo. Digamos que eliges a un demócrata o a un republicano o que los ciudadanos de Libia han derrotado a Gadafi y logran llevar una vida más libre y democrática. Todo eso es maravilloso, estoy a favor, pero aún tienes que resolver las grandes preguntas: «¿Por qué estamos aquí?». En cuanto has derrotado al dictador de turno, tienes un poco de dinero, no te mueres de hambre y vives en una democracia, te das cuenta de una cosa: «Voy a morir. Y mi familia y mis hijos, también. ¿Cuál es el sentido de todo esto?». Esas son las verdaderas preguntas, que a mí me aterrorizan mucho más que los gobiernos.

Que tengan buen fin de semana.

5 comentarios:

Joselu dijo...

No acabo de entender el motivo por qué has escogido este texto de este artista que expresa su angustia por la condición humana. El tema es tan medular y está tan en el origen de toda reflexión existencial que es difícil puntualizarlo. Es cierto ¿Y bien? Los seres humanos, o al menos algunos, ansían dar un sentido a su existencia que está condicionada y limitada por el hecho de que vamos a morir. En esa fragilidad reside nuestra capacidad para apreciar la belleza, pienso. Góngora lo expresó bellamente en su soneto A una rosa:


Ayer naciste y morirás mañana.
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lucida,
y para no ser nada estás lozana?
Si te engañó su hermosura vana,
bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano,
ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas, que te aguarda algún tirano;
dilata tu nacer para tu vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.

Hubo un tiempo en que me inquietaba esta cuestión. Ahora no. Supongo que debe ser el sentimiento de lo inevitable.

Saludos.

Animal de Fondo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Kikiricabra dijo...

Hola, Joselu.

¿Por qué lo he escrito? Creo que es tener que responder esta pregunta hace que la respuesta no tenga sentido. La certeza de la muerte me alucina, agita mi pensamiento de modo vertiginoso. Y me inquieta absolutamente. Leí las palabras de este hombre (Woody Allen, por cierto) y en ellas vi reflejadas algunos de mis sentimientos. Especialmente la idea de permanencia del pensamiento mortal en la base de la actividad mental, de forma que una vez resueltos o superados los problemas cotidianos, más o menos graves, siempre acabas llegando a la barrera infranqueable que significa el tema del que estamos escribiendo.

Muchas gracias por traer el poema de Góngora. Es precioso.

Kikiricabra dijo...

Animal de Fondo, puesto que has eliminado tu comentario imagino no deseas que responda a algunas de las cuestiones que planteabas. Sí diré que el fragmento está descontextualizado y creo que la superficialidad que se pueda captar puede tener relación con ello. Que nombre Libia es anecdótico, simplemente se refiere a su interés por abordar las grandes cuestiones existenciales. Está claro que tales cuestiones existenciales surgen con el estómago más lleno que vacío y sin correr peligro constante de muerte, pues en tales casos la mente está ocupada justo en mantener la vida sin considerar su sentido. Pero ese es otro tema.

Un saludo y encantado siempre de contar con tu presencia.

Animal de Fondo dijo...

Escribí apresuradamente; al final el comentario no me convencía ni a mí mismo, así que lo borré. Quiero firmemente quedarme en los amaneceres, el centro y la serenidad; sin embargo, no consigo alejarme del todo del atardecer, los arrabales y la desdicha. Es una variación sobre una frase de Borges. ¡Que le vamos a hacer!
Un abrazo, siempre es un placer leerte.

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