martes, 30 de noviembre de 2010

MIRANDO AL CIELO.


¿No sienten la imperiosa necesidad de conocer cómo se formó el Universo? ¿no tienen obsesión por ese primer instante ocurrido hace trece mil setecientos millones de años? Más aún: ¡por el instante anterior! ¿un sistema nervioso de gama media y con treinta años de uso puede aún comprender y estudiar física?


Nueva hipótesis lanzada por Roger Penrose sobre un Universo que se destruye y da lugar a otro nuevo en un proceso ¿infinito?


¿Por qué los niños y adolescentes no ponen en sus carpetas fotos del señor Penrose o de Carl Sagan si son incluso más guapos que Ronaldinho?

2 comentarios:

Joselu dijo...

Hermoso bosque en otoño. Por lo que veo, a los jóvenes que trato, desde luego no les interesa El Quijote y tampoco el origen del universo. ¿Qué les llena? Pues no lo sé.

Anónimo dijo...

Pues hay que dar dos meneos a esos jóvenes. ¿Qué hacemos durante el día si no nos hemos estremecida jamás al mirar al cielo y sentir nuestra pequeñez? Hay que acercar a esos jóvenes peludos a las grandes emociones y sentimientos. Y luego que tiren por donde el destino establezca; pero... ¿qué sentido tiene la vida si no nos hemos enfrentado a esta búsqueda de sentido (y a nuestra propia búsqueda interior) ni una sola vez?

Poesía, ciencia, filosofía, astronomía en píldoras de 500 mgr. para cada joven. Ellos tendrán que enmendar la patraña de planeta que les dejamos en herencia.

Un abrazo, compañero digital.

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