martes, 14 de octubre de 2008

DE ARTISTAS E INSPIRACIONES. UNA POESÍA CADA ATARDECER.

La vida es otra cosa...

“Fue uno de tantos jóvenes que buscan una manera de reaccionar contra una sociedad uniformadora. Cultivó la diferencia entre él y sus semejantes excavando un vacío cultural. No quiso la fama vulgar de una buena persona”.

Feliz consuelo. Nos acabamos de conocer y creo que resultará una amistad arrebatadora. Las Flores del Mal nos unirán para siempre:

“Mi juventud tan sólo fue una negra tormenta,
Cruzada aquí y allá por soles luminosos;
Tal estrago en mí han hecho los rayos y la lluvia,
que en mi jardín ya quedan muy pocos frutos rojos.

Y heme que ya el otoño toqué de las ideas,
Y es menester usar la pala y los rastrillos
para igualar de nuevo las tierras inundadas,
donde el agua ha cavado grandes hoyos cual tumbas.

¿Encontrarán las nuevas flores con las que sueño,
en este suelo igual que una playa empapado,
el alimento místico que ha de darles vigor?

- ¡Oh dolor! ¡Oh dolor! ¡Come el Tiempo a la vida,
y el oscuro Enemigo que el corazón nos roe
se fortifica y crece robándonos la sangre!”

La magnífica edición de Cátedra me permite también disfrutar de la versión original, en el francés que desconozco absolutamente, pero que es a través del cual surgen y escapan de mi cabeza algunos sueños y fantasías. Y varios colores y aromas. Con él se escribe parte de mi vida con Ella, el idioma del rojo Café Aragón, en Pau.

Las campanas de Peñarroya marcaron el pulso de mi vida durante dos años. Ahora el corazón busca desorientado un nuevo guía para sus latidos. Hoy me pareció acercarme, pero no, sonaban huecos y lejanos. Más adelante, la melodía de su violín me llevó hasta pensamientos sobre inexplicables recovecos, curvas infinitas, caminos sin aparente destino, que algunos recorren manteniendo siempre un gesto de dignidad y humildad en el rostro. Lecciones de vida.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tus reflexiones y el poema de Baudelaire proyectan un paisaje de melancolía y de sensación de vacío. "Ahora el corazón busca desorientado un nuevo guía para sus latidos". Paso del tiempo, impasse vital, espera, y ese rostro con dignidad de aquellos que saben vivir. Más vale vivir sintiéndose digno. Es lo único que vale. Eso e intentar ser feliz.

Anónimo dijo...

Ese mismo balcón me llevó a pararme en estos días del Pilar en que una se recorre todas las esquinas y rincones de nuestra querida Zaragoza. Estuve a punto de fotografiarla, pero cuando eché mano al bolso...me la había dejado ese día en casa. Y ahora te la veo y me hace ilusión...Parecidas reflexiones fueron las mías.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Mucho mejor esa ventana que la que tengo enfrente con un cartel de "Se vende y es urgente"
Ya me parece que sé el lugar de tan estupendo balcón.
Me gusta esa unión de Baudelaire con los tiempos que corren.

Un abrazo,

Marta

Anónimo dijo...

Mucho mejor esa ventana que la que tengo enfrente con un cartel de "Se vende y es urgente"
Ya me parece que sé el lugar de tan estupendo balcón.
Me gusta esa unión de Baudelaire con los tiempos que corren.

Un abrazo,

Marta

Anónimo dijo...

Hola Joselu. Me gusta mucho la filosofía, y suelo leer lo que puedo sobre ella. Como nadie tiene respuestas para lo realmente importante, estoy seguro que vivir buscando la dignidad en una de las mejores maneras de pasar la vida. Me encantó la actitud del violinista. Y me recordó la historia del inmigrante africano cardiólogo dedicado a la recogida de la fruta.

Mamen, nuestra querida Zaragoza..., ese balcón me dio también envidia, porque yo no tengo valor para colocar un cartel parecido, gustándome tanto.

Marta, cerca de la calle Don Jaime. No conozco a Baudelaire apenas, pero creo que puede encajar con este tiempo. Me pregunto la razón: ¿los motivos de su rebeldía guardarán alguna relación con los que se pueden encontrar en nuestro tiempo?, ¿no habrán cambiado apenas las cosas en 200 años (las sustanciales, me refiero)?, ¿no evoluciona la sociedad sino nuestra percepción del mundo conforme envejecemos?. Quizá los atropellos e injusticias sean los mismos, pero en diferentes circunstancias, con mayor sofisticación.

Salud para tres.
José Luis.

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