miércoles, 8 de octubre de 2008

DE ANSÓ, LA ESCUELA, Y LOS TONTOS O FARSANTES.

Foto homenaje a la pura belleza


"Os damos la bienvenida con ista copleta ansotana i os animamos a que nos mandez todas as coplas o ditos que seplaz:

Sale o sol por a Reclusa
respandece en Maidoguí
y da guelta por Alano
i s'esconde en Zordoquí.

Que el año benidero esté pleno de salú i felicidad."

Ayer fue un día de plenitud ansotana. Recibí un correo con un precioso texto que me llenó de alegría y nostalgia, y que me hizo gran ilusión. También, al abrir el buzón, encontré la Fuella Nº 4, la revista de la Asociación Cultural A Gorgocha de Ansó, que nos da la bienvenida con las palabras que he colocado al principio.

En la escuela: al margen de la desbordante cantidad de trabajo, reuniones, coordinaciones, etc, por hacer, voy asentándome a buen ritmo, y las clases de esta semana ya se han parecido a lo que entiendo por una clase decorosa. Las posibilidades de trabajo son mayores que las intuidas al principio y la clave parece encontrarse en la capacidad de probar, adaptar, pensar y trabajar del maestro. Nada nuevo, pero en mayor medida.

Esta semana he tenido dos encuentros con sendos maestros que me han sido tremendamente provechosos. Especialmente, una maestra espectacular en su trabajo diario me indicó que quizá la vía por la que estaba leyendo y avanzando no era la mejor, que ella entendía su clase como la de unos niños de infantil (por la edad que tienen) que requerían algunas adaptaciones en el proceso educativo. Nada más. Se parte desde la educación. Al contrario, la perspectiva que me estaba devorando partía (en mi opinión, claro) de la patología, la discapacidad, y desde allí se desplegaba un programa de psicomotricidad muy cercano a lo terapéutico y rehabilitador, cuyos principios y teoría desconozco totalmente. Quizá ambos enfoques compartan muchas actividades, pero desde perspectivas muy diferentes. Como maestro, o aprendiz de ello, que me siento, esta vía que la maestra me mostró y me animó a seguir allanó buena parte de las dificultades en las que estaba tropezando. “tú, ¿qué has hecho estos años? (…); pues haz eso y adelante”. Por eso, ya llevamos unos días con clases en las que se aprende, se disfruta, y en las que siento que puedo aportar algo a los niños.

Si ayer fue el santísimo padre, hoy no me puedo resistir a citar lo de Gran Scala. He seguido con atención la noticia estos meses, pero me exigí que los pensamientos no salieran de mi cabeza. Por salud. Parece que el asunto avanza y Ontiñena se afianza como sede. En el periódico de Aragón, Marcelino Iglesias:

(…) total cooperación e interés que han demostrado los vecinos de esta localidad para acoger Gran Scala, "como visión de futuro esperanzador que aportará beneficios, sostenibilidad y empleo a la zona”.

Lo leo, lo releo, lo vuelvo a leer y releer… y una de tres: o el presidente de Aragón es tonto (con todos mis respetos), o perdió la vergüenza al salir de Bonansa, o cree que los aragoneses son estúpidos. Cinco parques temáticos (espías y otras zarandajas), decenas de hoteles, treinta y dos casinos, decenas de restaurantes, y varios campos de golf (incluido el más grande de Europa): ¿sostenibilidad?, anda majo, ¿cuál de las tres?.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, es algo incomprensible. Recuerdo que estaba en Italia cuando leí que en Sicilia querían hacer un parque temático sobre la mafia.
Se organizó un escándalo y ahora lo que tienen es otra vez a la mafia pero fuera del parque temático, en la pura y cruda cotidianidad.

Marcelino es de los tontos que hacen tontear. Con esa sonrisa de no haber roto un plato. Y en cuanto a nosotr@s, los aragoneses, algo de simples y comemierdas somos porque aguantar tantas cosas no es de recibo.

Prefiero ver la foto de Ansó un rato y relajarme.

M

Anónimo dijo...

Soy aragonés en Cataluña desde hace ya treinta años. Visito Zaragoza de vez en cuando, pero algo me hace sentir unido a la tierra. Por fin he descubierto donde estás destinado, en Ansó ¿no?. Quien ame la serenidad del paisaje rural y de las cosas sencillas, la vida tranquila, como parece que es tu caso, seguro que es un destino sensacional. Yo hace muchos años que estoy destinado en el cinturón industrial de Barcelona y estoy habituado al ritmo frenético, a la tensión social y disciplinaria, al vivir sin vivir en mí. El proyecto de crear decenas de casinos y hoteles en los Monegros entra en contradicción con esos principios de sostenibilidad a que haces referencia y es fomentar el juego, un drama que muchas familias sufren íntimamente. Me parece demencial. La foto del pueblo es muy bonita. Disfrútalo y sigue aprendiendo técnicas con tus compañeros que parecen duchos en el asunto. Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Hola M (parece alguna contraseña de Star Wars, o similar).

Aquí el parque temático, uno de los cinco, será de espías, aunque siguiendo con la lógica del asunto imagino no les importaría hacerlo sobre la mafia o los bivalvos del Huerva.

Los políticos son infames. Nadie tiene el coraje que plantear de una vez que el modelo de vida actual no es posible, que debemos dejar de pensar que crecer es sinónimo de mejorar y avanzar, y que tiene que llegar un día en el que el desarrollo social no venga dado por las cifras de crecimiento económico. Que cuando ya tenemos todo, no hace falta seguir necesitando más. Pero para defender estas ideas de estancamiento e incluso decrecimiento económico hace falta un valor que ninguno tiene, porque se jugarían al instante los votos y su complaciente vida pública: la sociedad no perdonaría limitación alguna en su vida de consumo y desenfreno.

Me enrollo; en resumen, creo que Gran Scala encierra las mayores mentiras, atropellos, e inmoralidades que he conocido en mi vida en la clase política. Sí, mejor miraré la foto.

Joselu, Ansó fue mi primer destino, donde pasé una año sensacional. Luego dos en Peñarroya de Tastavins (Matarraña, Teruel), y ahora en la infernal capital del reino, donde lo único bueno es mi familia y mi novia. Mi escondido compañero de blog, Jaime, también es aragonés (de Cretas) que trabaja en Cataluña, y vivió al principio el duro contraste de su pueblo con el cinturon industrial barcelonés.

Saludos para ambos.
José Luis.

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