Antes de dormir cumplo el ritual y miro algunas páginas. Mal. Encuentro la noticia de la muerte de la maestra Palmira Plá.
Apenas sé sobre ella y sobre la educación. Apenas sé nada. Apenas sabía de su casa en Cretas, el pueblo de Jaime.
Hace pocos días acabé de leer Por Escribir sus Nombres, la novela de Víctor Juan sobre lo que pudo ser y no fue, sobre lo que fue y no pudo no ser. La novela de Paco Ponzán y Palmira Plá. También la leyó Paula, y ya me hablaba del valor de esa maestra luchadora.
Como aprendices de maestros, sentimos profundamente la muerte de esta persona de referencia para aquellos que intuyen que esta profesión significa poner muchas cosas en juego.
Apenas sé sobre ella y sobre la educación. Apenas sé nada. Apenas sabía de su casa en Cretas, el pueblo de Jaime.
Hace pocos días acabé de leer Por Escribir sus Nombres, la novela de Víctor Juan sobre lo que pudo ser y no fue, sobre lo que fue y no pudo no ser. La novela de Paco Ponzán y Palmira Plá. También la leyó Paula, y ya me hablaba del valor de esa maestra luchadora.
Como aprendices de maestros, sentimos profundamente la muerte de esta persona de referencia para aquellos que intuyen que esta profesión significa poner muchas cosas en juego.
6 comentarios:
mas duele la muerte de un joven de 22 años con la vida por delante no crees??, lo otro es simple ley de vida!!!
RIP Antonio Puerta
Tampoco conocía a Palmira Plá, y siento su muerte. Por varias cosas, entre ellas el lugar común (Cretas)en el que ella nació y en el que tan buenos momentos he vivido. Otra por la profesión que nos unía, en la que creo con fervor y por la que voy a seguir apostando y, otra, quizá más poética, porque me recuerda a otra compañera (un beso Amparo), que como ella, mantenía la ilusión en la cara y la alegría en los ojos cuando hablaba (y habla) de su Biescas querido y de los "tiempos difíciles", cuando ella era maestra en ese Pirineo sin urbanizar.
Tampoco conocía a Antonio Puerta, y sus muerte también me apena, pero dudo de que Antonio me hubiera podido enseñar tanto como podía haberlo hecho Palmira o como hizo Amparo en su momento.
La muerte, al fin y al cabo, es el final del viaje y nos llega por igual a unos, (maestras de 90 años) como a otros (jugadores de fútbol de 22, o niños de 6, o adolescentes de 17...), así que, anónimo, no quieras establecer una jerarquía de dolor en la muerte de las personas, porque esto no funciona así.
Descansen en paz, Palmira y Antonio; Antonio y Palmira.
Hola Abel. Encantado de leerte de nuevo.
Anónimo, el tema del blog es el que es, y esta persona tenía un valor incalculable en nuestra profesión. No escribamos cualquier cosa.
Saludos.
José Luis.
Para Abel
Hola,
estuve en la fiesta que los compañeros de Amparo organizaron en junio de 2004 en Biescas, con motivo de la jubilación de Amparo. Publiqué en Qriterio aragonés una breve crónica http://www.unizar.es/cce/vjuan/cronica_biescas.htm
Aquí puedes ver algunas fotografías de aquel día
http://www.unizar.es/cce/vjuan/fotografias_ed_biecas.htm
Y aquí un cuentico que escribí para MAESTRAS, el libro que dedicado a Amparo:
http://www.unizar.es/cce/vjuan/alma_maria.htm
Saludos,
víctor
abel de todos podemos aprender, maestros, niños, futbolistas, al fin y al cabo personas!!!
Hola Víctor.
Aprovechando tu visita, coloco aquí el enlace para leer tus palabras sobre Palmira Plá:
http://www.victorjuan.net/
Un abrazo y gracias.
José Luis.
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