Fernando es un niño de 7 años. Para nuestro concurso semanal de escritores, esta fue su historia de la semana pasada:
“Cuando mi padre era pequeño vivía en la masía.
Como en invierno se hace pronto de noche y no tenían tele, ni radio me cuenta que les ponían una manta a cada uno para no tener frío, su abuelo cogía una tea encendida y se iban después de cenar a pasar un rato a otra masía.
Allí los mayores jugaban a las cartas y hablaban y los pequeños jugaban. Otras veces venían los de las otras masías a la suya.
FIN.”
Bien escrito, bien presentado,...; un esfuerzo e interés, común en muchos compañeros, que anima y motiva para continuar con iniciativas similares.
Por otra parte, he tenido que cambiar la dinámica de premiar a la mejor historia de cada clase cada semana. Por una parte, me estaba arruinando, y, por otra, lo realmente importante: temía que la única motivación de los escritores consistiese en la recompensa material. Así, hemos decidido que la mejor historia se recogerá para figurar en la recopilación final, y tomaremos registro de todos los participantes, de modo que en unos meses serán premiados aquellos que hayan mostrado una buena continuidad en la participación. Premiaremos la constancia, y el simple gusto por escribir. Algo así pretendo.
“Cuando mi padre era pequeño vivía en la masía.
Como en invierno se hace pronto de noche y no tenían tele, ni radio me cuenta que les ponían una manta a cada uno para no tener frío, su abuelo cogía una tea encendida y se iban después de cenar a pasar un rato a otra masía.
Allí los mayores jugaban a las cartas y hablaban y los pequeños jugaban. Otras veces venían los de las otras masías a la suya.
FIN.”
Bien escrito, bien presentado,...; un esfuerzo e interés, común en muchos compañeros, que anima y motiva para continuar con iniciativas similares.
Por otra parte, he tenido que cambiar la dinámica de premiar a la mejor historia de cada clase cada semana. Por una parte, me estaba arruinando, y, por otra, lo realmente importante: temía que la única motivación de los escritores consistiese en la recompensa material. Así, hemos decidido que la mejor historia se recogerá para figurar en la recopilación final, y tomaremos registro de todos los participantes, de modo que en unos meses serán premiados aquellos que hayan mostrado una buena continuidad en la participación. Premiaremos la constancia, y el simple gusto por escribir. Algo así pretendo.
6 comentarios:
Muy bien José Luis, ¿qué te parece si al final de curso encuadernas todos los relatos? seguro que a los chicos les emociona ser los protagonistas de un libro; Gracias por tus bonitas palabras.
Hola Julia.
Estoy en ello. Busco un medio para hacerlo de un modo bonito, pero creo que tendré que acabar haciendo unas frías fotocopias. ¿Podría encuadernarlo de algún modo asequible?.
Gracias y saludos.
José Luis.
Claro que sí;si eres un poco habilidoso podías fotocopiar y luego quemar los bordes a modo de pergamino, poner unas cartulinas de portada y contraportada, hacer un par de agujeros y pasar una lana con una lazada.Incluso podría hacerse un taller de plástica para preparar los libros; espero que te haya dado alguna idea; hasta pronto
Gracias por las ideas Julia. Será el primer libro que hacemos.
Saludos.
José Luis.
he llegado hasta aquí siguiendo el rastro de Palmira Plá y me sorprende gratamente corroborar lo que ya sabía y que mucha gente no entiende, muchos maestros los son y lo ejercen por pura vocación, como Palmira.
Que suerte tienen tus alumnos y cuan equivocados estan muchos padres, aunque los que estan equivocados creo que es porque no se preocupan lo suficiente si conocieran a gente como tu descubririan lo que es el magisterio. Muchos padres procedemos de una educación impartida por funcionarios premiados con la carrera y sin otro afán que vivir y ser respetados.
Bueno que no me gusta escribir y es la primera vez que siento la necesidad de hacerlo por la alegria que he sentido al leerte, como decía siguiendo el rastro de lo relacionado con Palmira Pá
Es precioso que digas que te produce alegría leer lo que escribimos.
Hace un rato le decía a mi novia que el único mérito que me puedo atribuir es el de hacer unas pocas cosas con ilusión. Eso sí, pero queda todo lo demás por hacer y aprender. Y, además, tampoco es gran mérito. Así entiendo que debe ser la escuela. Sin ilusión y ganas de acudir cada mañana, creo que no sería demasiado feliz.
Palmira Plá es de Cretas, lugar donde nació Jaime, compañero de blog. Pronto tendremos la suerte de hablar de una novela con Palmirá Pla como protagonista, y cuyo escritor, Víctor Juan, tenemos la suerte de conocer.
Esperamos seguir contando con tus palabras.
Saludos.
José Luis.
Publicar un comentario