miércoles, 1 de febrero de 2006

En la reunión de este trimestre indiqué a los padres que estábamos en el momento importante del curso, tras el primer trimestre de adaptación y el último tan corto. Espero que le saquemos gran provecho, pero tengo la impresión de que se empieza a acumular el trabajo.

Estos días hemos tenido que suplir al maestro de infantil, como hemos podido, entre los otros tres maestros de la escuela. Hoy por la tarde he estado yo con estos alumnos de infantil y con los míos. Horroroso. No he podido hacer nada más que sofocar quejas y peticiones, vigilar que nadie se hiciese daño. En definitiva, he hecho de madre. Y lo odio porque no es mi trabajo (creo) y me genera una terrible sensación de descontrol y de no sacar ningún trabajo adelante con mi grupo.

El día a día está plagado de obstáculos como éste, o fiestas, o días de la Paz, del Carnaval, o del Jamón con Tomate. A eso le añadimos los lógicos catarros de cada niño, sus viajes, etc., y tenemos que la continuidad, que tan importante me parece, está amenazada por todas partes.

Hoy el señor al que pago cada mes, me ha dado un regalo en forma de palabras. He podido escuchar algunas historias de hace años, de cuando la vida era más seria y más auténtica que ahora, cuando no había silicona, ni photoshop. No dejo de pensar en los vertiginosos cambios de los últimos años. Ya se sabe... no me gusta casi ninguno.

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