Respecto a mi problema del martes en la escuela, Paula, mi novia telefónica, me ha responsabilizado de la mayor parte del asunto, lo que aún me hace sentirme peor, porque supongo que tiene buena parte de razón.
Hoy ha sido en Ansó el último miércoles destinado a esquiar. Estos miércoles han supuesto un regalo para el bagaje motriz de los alumnos, pero han generado una falta de continuidad en las clases que ha tirado por tierra parte de mis objetivos para este segundo trimestre, el supuestamente más largo y, por varias razones, el de mayor importancia didáctica.
Por si fuera poco, el miércoles próximo celebraremos el día del árbol. Espero que aquel que dentro de 15 años se coma las nueces sienta un poco de cargo de conciencia por las clases que dejaremos de dar.
En San Andreu creo que todo sigue bien. Nuestro corresponsal hoy ha hecho una escandalosa dejación de funciones y no ha dado señales ni noticias.
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