lunes, 16 de mayo de 2011

SENTADO SIN PALABRAS.

Dentro de unas pocas horas salgo con tres decenas y pico de niños hacia un lugar bien lejano. Allí, en ese invento tan extraordinario llamado CRIET, pasaremos la semana. Mientras repasaba los papeles que no debo olvidar y la lista de alumnos, me he detenido un momento a pensar en la responsabilidad que significa acompañar a tal cantidad de humanos jóvenes y en lo poco que reparaba hace cinco años en estos detalles. El alejamiento de la juventud aprovecha cualquier resquicio para mostrarse.

Últimamente las ideas para escribir, aún siendo recién nacidas, aparecen lentas y cansadas. Lo único que últimamente surge con facilidad es la necesidad de estar rodeado de naturaleza y subir a lugares altos donde sentarme y observar. Les dejo con esta sensación en forma de dos imágenes.



Que tengan una buena semana, especialmente si suelen sonreír y saludar con alegría a quien se cruza con ustedes.