martes, 28 de marzo de 2006

PLAF!.


Así ha sonado la bofetada que me han regalado hoy. Ya son varias veces en este curso que en el momento más insospechado, tras una acción inocente, pego un buen resbalón.

Hoy ha ocurrido algo así. Después de actuar con la mejor de las intenciones posibles, más allá de lo lectivo u obligatorio, ha habido una distinta interpretación de los hechos por parte de una familia, una distinta visión de la realidad, y un encontronazo de opiniones. Esto me afecta, aunque no tanto como antes. Cada día veo con mayor recelo a las familias, ya que tras tanta heterogeneidad observo que puede surgir un problema de cualquier parte.

En una especie de reunión entre los distintos profesores del colegio, una de los asuntos tratados ha sido el de ese sentimiento de continuo cuestionar al profesor por parte de algunas familias. Ya asumí hace años que al trabajar rodeado de muchas personas seguro que un buen puñado dudan de tu capacidad, esfuerzo, ..., e incluso piensan que eres un poco tonto, pero, aún así, cuando se crean algunos de estos conflictos, el resto del día aún mantiene un asqueroso sabor amargo.

Hoy marcho enfadado a la cama.