miércoles, 19 de octubre de 2005

"Para los que emplean palabras simples, para los que no se doblan ante el que manda, para los hombres y las mujeres de las sierras ásperas de España, que han vivido siempre sin reclamar nada, para quienes no piden nada y sólo solicitan un poco más si hablan de amor, para los que ignoran al estado y temen los inviernos largos, para los que , como Sísifo en su condena, han pasado la vida moviendo las piedras en las montañas, ...". Así comienza el libro "José, un Hombre de los Pirineos" de Severino Pallaruelo, donde creo haber aprendido mucho sobre la vida, sobre lo importante, sobre la sencillez, y que da pie al título, y al sentido, de este diario.

Con estas palabras comienza el camino de lo que espero sea un lugar donde reflexionar y poder explicar a quien interese algunas de las circunstancias más especiales de mi recién comenzada vida como maestro.

Si todo va bien, también espero que la amistad que inicié hace ya 7 años (!!!) con Jaime tenga un nuevo punto de encuentro en este espacio. El tandem que hemos formado en los dos últimos años de estudio y convivencia se cerró este año al ser destinado él a Cataluña y yo al Pirineo Aragonés. El escribir los dos puede suponer un contrapunto interesante entre dos entornos educativos tan distintos como el de un pueblo industrial catalán y un colegio de un CRA en un pueblecito aragonés, además de ayudarnos a mantener nuestra comunicación en la distancia.

Si finalmente hay algún estudiante al otro lado, esperamos que podamos serles de la mayor utilidad posible, acercándoles la realidad educativa hasta sus clases de la universidad, donde a muchos nos gustaría poder volver ahora para sacar mayor provecho a esas asignaturas, momentos, profesores, ..., cuyo sentido no comprendimos bien en su día.