martes, 22 de noviembre de 2005

Ya todos los niños de clase tienen su dirección de correo electrónico, saben navegar con cierta soltura, y utilizan algunos de los conocidos programas de comunicación instantánea.
La implantación en las clases, a través del programa de nuevas tecnologías "Ramón y Cajal", de recursos como ordenadores portátiles para los alumnos de tercer ciclo, un cañón proyector, e impresoras, hace que tengamos la obligación de sentirnos privilegiados. Las posibilidades para el profesor y los alumnos son infinitas.
Hoy, como es norma semanal, nos ha visitado el asesor informático del CPR. Además, le ha acompañado José Antonio, el maestro de Ariño que comenzó a implantar el proyecto de las tablet PC (ordenadores portátiles) en las aulas escolares.
Hemos aprovechado para dar forma al periódico escolar que tenemos entre manos. Los alumnos ya tienen preparadas gran parte de sus secciones y hoy hemos comenzado a subirlas a la web. En cuanto cerremos unos flecos espero poder presentarla para que se pueda visitar. También espero poder hablar sobre unas interesantísimas páginas desarrolladas por el departamento de educación sobre recursos educativos en internet.
Con estos programas de nuevas tecnologías Aragón es ahora mismo pionera en España, e incluso recibe peticiones de asesoramiento de algunos países europeos. Por ejemplo, un grupo de trabajo aragonés ha recibido en la reciente feria de tecnología SIMO algunas distinciones por los trabajos desarrollados presentados, materializadas en premios como una pizarra digital.
Por lo demás, mis alumnos de 3º y 4º andan por Canfranc hasta mañana, realizando unas jornadas de interpretación de la naturaleza (lástima no poder estar con ellos). Lo positivo es que estoy en clase con 5 niños del mismo curso (5º) y podemos tratar contenidos con gran detenimiento. Éstos acudirán toda la semana próxima al CRIET de Calamocha, lo que están esperando con gran ilusión.
Hoy en Israel, grupos de niños acaban a palos con el ejército (el ejército con ellos, mejor dicho) mientras se dirigían con sus mochilas al colegio. Aún hay quien cree en esa historia de que el hombre es el único ser racional.