sábado, 17 de marzo de 2007

UN AZUL QUE DIFÍCILMENTE SE OLVIDA.

Siguiendo con el empeño de encontrar cosas bonitas por el mundo, y disfrutar mirándolas, que quizá sea lo único que importe, hoy me apetece traer aquí unas cuantas palabras que le he robado a un tipo en un foro. Da la casualidad de ser mi hermano, pero da igual. El asunto tiene que ver con tener la sensibilidad suficiente como para sufrir e ir a casa triste por la muerte de un precioso animalito.

Habiendo tantas personas, en ocasiones nombradas en el blog, cegadas por el egoísmo, el dinero, el poder, ajenas al mundo, a su pasado y su futuro, parece justo acercar aquí un relato que representa todo lo contrario: una mirada limpia, sencilla, emocionada, que contempla algunos detalles del milagro y regalo que supone estar vivo cada día. Espero que alguna vez disfrutéis del vuelo del martín pescador, el bólido azul de los Galachos de Juslibol.

“Bueno os cuento la tarde.
Bici, pedaleos, por fin llego, un cernícalo sale espantado a mi paso por debajo del cortado, mochuelos no, búho a medias (lo veo pero se esconde después de unos segundos).
Me meto por el soto, no sé dónde ir, he leído que en ocasiones los picos van a comer a comederos, así que me voy a uno que conozco un poco escondido donde los del centro van a echar comida, por ilusión que no sea, el comedero está seco y ni rastro de nada; lo peor es que allí habían puesto una especie de hide con una tabla de conglomerado donde escondido detrás de ella podías ver el comedero perfectamente, pues bien, el balance de la primera semana de mayor afluencia de visitantes: tabla reventada, rota, chafada, tendrá arreglo, pero...
Marcho de allí y me meto por el camino donde la semana pasada bimbé a los agateadores, un pito real me grita casi en la oreja y sale volando (es la segunda vez que lo veo), allí currucas capirotadas, un cormorán me sale de los pies, ruiseñores bastardos, y un pajarito me llama la atención en un chopo,... ese antifaz...PÁJARO MOSCÓN¡¡¡¡¡¡¡¡por fin¡¡¡ me parece que un macho por lo que pone en mi guía, saltando de rama en rama por el chopo.
Salgo al camino principal, hay dos pescadores en el puente de los martines así que no quiero dar la nota con el telescopio. No por nada sino para que no sean descubiertos; me meto por otro camino, carboneros cantando, mosquiteros comunes cantando ("chip, chap, chip, chap..." si no me he informado mal.)...
Al salir de unos chopos detrás mío salen pajaritos volando como asustados, un poco mosqueado sigo mirando y una figura me pasa justo por encima volando bajo...TOMA, GAVILÁN¡¡¡ Alas anchas cola larga, el dibujo... No era muy grande algo más robusto que un cernícalo.
Acudo al punto exacto donde veo a los martines, al pasar por el puente y mirar hacía allí, un azul inconfundible contrasta con el color del agua...
Al llegar allí miro la zona, tiene muy buena pinta muchos agujeros, el sitio está un poco escondido, aunque la marca de los "cerdos" (y que me perdonen los pobres cochinos...) está presente, latas, botellas, plásticos...
De repente me da un vuelco el corazón... veo esa figurita, azul increíble, tirada en el agua, un martín pescador yace en el agua sin vida, tristeza, lo que he sentido después se resume en eso...tristeza.
Después muchas golondrinas sobrevolando la laguna del Plano, fotos al gran duque, un comportamiento extraño de un cernícalo haciendo lo que parecía atacar al un colirrojo tizón, los mochuelos que no aparecen...Ya no es lo mismo...
Ya no hay marchas atrás, el día era muy bueno, pito real, moscón, gavilán,... vuelvo a casa sin ganas, había una pareja, lo más lógico es que ese martín sea uno de los miembros de esa pareja que yo veía y que casi seguro este año hubiera agraciado al galacho de más color, un azul que difícilmente se olvida...”

(Pablo).