miércoles, 15 de febrero de 2006

Hoy Blogger está cansado y no me deja publicar, pero no le culpo, ya que son días para estarlo. Todos tenemos derecho.

Jaime me dice que debo poner título a mis artículos. No me apetece demasiado, así que seguiré sin hacerlo hasta que me obligue un poco más.

Hoy iba a ser una tarde de trabajo, puesto que a las 19h ya estaba todo dispuesto para ello, pero tres niños se han puesto a llamarme a gritos desde la calle. Tenían hambre y solicitaban merienda. Así que hemos comprado unas tortas y hemos estado hablando de la vida, de su mundo y el mío, un buen rato, mientras pasábamos un poco de fresco.

Carnaval a la vista. Lo que es lo mismo: otra zancadilla al trabajo diario, a la continuidad. Ojo, sé que todo tiene su sentido, pero deberían ser cuestiones puntuales. Si sumo todos estos días “especiales”, y las fiestas, y…, no le encuentro el sentido. Y si añadimos los preparativos y las secuelas…

Intento diseñar una miniweb para el colegio. Necesito informático.

Los alumnos han establecido contacto electrónico y ordinario con unos amables y simpáticos niños del C.P. César Augusto de Zaragoza. Es una actividad que da pie para aprender muchas cosas.

Estos días el timón anda un poco confundido Jaime, voy a la deriva con las velas rotas, y esperando si seré abordado por los piratas, o retomaré el pulso de la nave.

Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor